Érase una vez un set | Barbie: Todo lo que fue necesario para construir el impresionante mundo de Barbieland

Érase una vez un set | Barbie: Todo lo que fue necesario para construir el impresionante mundo de Barbieland
Érase una vez un set | Barbie: Todo lo que fue necesario para construir el impresionante mundo de Barbieland

La muy esperada película de Barbie, que llegará a las plataformas de streaming este 12 de septiembre, se ha establecido como el éxito, ya no sólo de la temporada, sino de la última época del cine. Pero este “viaje encantador” de la muñeca de Mattel, a través del mundo cubierto de rosa contó con una gran cantidad de anécdotas y datos curiosos para convertirse en el evento cinematográfico que trascendió límites.

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Filmada principalmente en los Warner Bros Studios de Londres, la película se tomó muy en serio la tarea de construir una Barbie Land a la altura de las circunstancias, quedando así los elementos narrativos y discursivos enteramente respaldados de un espectáculo visual impactante. Gerwig a la autenticidad, este mundo de fantasía se basa en escenarios físicos en lugar de CGI. Para darle vida a Barbieland, la directora y su equipo elaboraron meticulosamente un conjunto de reglas, inspirándose en la rica historia, el cine y la moda de Barbie.

Durante los pasados meses, tanto Greta Gerwig, como Margot Robbie y las mentes creativas de Mattel, revelaron para la revista TIME cuál había sido su viaje para construir los meticulosos detalles de la producción de la película. Gerwig, Robbie y el equipo de producción se embarcaron en un curso de inmersión diseñado por Mattel en el 2018 y el 2019, conocido extraoficialmente como Barbie bootcamp. El viaje comenzó con la historia del origen de Barbie, creada por Ruth Handler, y profundizó en los atuendos icónicos de la muñeca a lo largo de las décadas.

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Esta investigación sirvió como base para la narrativa de la película, explorando la intrincada relación madre-hija entre Ruth Handler y su hija Barbara. Como explicó Gerwig, "Una película de Barbie sólo será una película de madre e hija en muchos niveles porque eran Ruth Handler y Barbara: esa era la relación". La tarea estaba clara: conocer a la muñeca para reinventar al ícono.

Fue así como la directora y su coguionista, Noah Baumbach, enfrentaron el desafío de crear un universo coherente para Barbie Land. Establecieron reglas para edificar una utopía que a la par resonara con sus aspiraciones narrativas y los lineamientos de la juguetera. En sí mismo, este puede ser el mayor logro de la cinta, al compaginar dos objetivos, creativos y comerciales, que a priori no parecieran compatibles.

La magia está en los detalles

Dado el debut de Barbie en 1959, Gerwig y la diseñadora de producción nominada al Oscar, Sarah Greenwood, adoptaron una estética moderna de los cincuenta y sesenta para confeccionar la moda —y todos los elementos del filme relacionados a ella. Las Dream Houses, construidas sin paredes, requerían que los actores estuvieran sujetos a cables para evitar caídas inesperadas. Sin embargo, se convirtieron en un centro acogedor para el elenco, que a menudo se relajaba en sillas retro entre tomas.

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El equipo de Gerwig se inspiró en las películas del antiguo Hollywood para recrear el encanto cinematográfico de la época. En lugar de depender de pantallas verdes, pintaron fondos a mano para capturar la esencia de los antiguos musicales. La película presenta numerosas referencias a varias películas, desde clásicos como Cantando Bajo la Lluvia (100%) hasta éxitos contemporáneos como Ni Idea (81%).

Curiosamente, todos los elementos de este mundo se ajustan a una escala específica, manteniendo así una ilusión viva en materia del “deber ser” de un juguete. El mejor ejemplo de esto es el Corvette de Barbie, pues aunque pequeño, refleja el propio convertible de la muñeca. Considerando cada detalle como de gran importancia, desde las calcomanías en el refrigerador, pasando por los cepillos de dientes hasta accesorios de gran tamaño, el objetivo fue resaltar el carácter "muñeca" del mundo de Barbie, haciéndolo creíble en su artificialidad.

La diseñadora de vestuario ganadora del Oscar, Jacqueline Durran, replicó minuciosamente los looks más icónicos de Barbie, con el aporte de Kim Culmone, jefa de diseño de muñecas de moda en Mattel. La película muestra una variedad de atuendos, desde la elegancia de la década de los cincuenta hasta conjuntos con temática occidental moderna, todos elaborados artesanalmente para honrar el legado de Barbie.

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Del rosa a lo brechtiano

Esta atención al detalle fue plasmada en los accesorios con los que fue construido meticulosamente el set, entre los que destacó el tono distintivo de rosa de Barbie —Pantone 219. El uso extensivo de este tono específico en la película —y en su titánica campaña de publicidad— provocó una escasez mundial del color. El productor David Heyman enfatizó el desafío visual de manejar la abrumadora paleta rosa, pero elogió al director de fotografía mexicano, Rodrigo Prieto, por crear una combinación de colores hermosa y rica.

En el mundo del cine, pocas tareas son tan exigentes como convertir escenarios sonoros en decorados con precisión de época. Sin embargo, para la Greenwood y la decoradora Katie Spencer, conocidas por su trabajo en películas nominadas al Oscar como Expiación, Deseo y Pecado (83%) y Las Horas Más Oscuras (86%), realmente brillaron con su trabajo en Barbie.

Durante la promoción del filme, Greenwood declaró para The New York Times, que este fue uno de los trabajos filosóficos, intelectuales y cerebrales más difíciles que el equipo haya enfrentado. En su afán de compaginar con la visión de Gerwig y Baumbach, la cual indaga satíricamente en cuestiones importantes sobre la vida y la condición social de las mujeres, en el departamento de diseño tuvieron igualmente que convertirse en expertas del universo Barbie.

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"Tuvimos que investigarlo como si estuviera ambientado en 1780", explicó Spencer. Su meticulosa exploración tuvo como resultado el crear la sensación lúdica de un mundo de muñecas, redujeron intencionalmente las casas, los automóviles y las carreteras en un 23 por ciento, creando una sensación única surrealista y chic. Las Barbie Dreamhouses, emite ecos de la estética de una Palm Springs de mediados de siglo, carecían intencionalmente de elementos como escaleras y demás piezas que las dotaran de realismo. Para el mismo medio, Greenwood admitió: "He pintado mi dormitorio de rosa, literalmente. Nunca antes había pintado nada de rosa. ¡Ahora me encanta el rosa!".

El concepto de diseño abierto requirió que los diseñadores evocaran capas de fondo inspiradas en dioramas —maquetas que a menudo simulan un entorno real— de museos. Greenwood también subrayó la notoria falsedad de estas casas, en un tinte que calificó como "casi brechtiano. Es decir, que no pretenden hacerse uno con el personaje —ni su estética—, sino mostrar su diferencia y de esa forma romper las asociaciones convencionales con el fin de eliminar la dificultad de conciencia que padece el espectador.

A la par, la travesía de esta Barbie estuvo plagada de diversos contrastes. Por ejemplo, la casa de la Barbie Rara —interpretada por Kate McKinnon—, nos mostró ángulos inusuales y una paleta de colores mucho más variada. Mientras que las paredes estaban adornadas de garabatos y objetos extravagantes. Para muchos, este lugar también tenía una importante huella de las niñas humanas que suelen jugar “rudo” con sus muñecas.

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El cielo azul circundante y las montañas color malva fueron pintados a mano sobre un fondo de 800 pies de largo, que recuerda a los escenarios musicales antiguos. De igual manera, la Mojo Dojo Casa House de los Kens, contó con una evidente de “man cave” —esos santuarios para los hombres especialmente equipados con estéticas deportivas o de bar tradicional, que habitualmente se interpretan como una celebración de la masculinidad—, se construyeron como representación del caos y el absurdo resultantes gracias a una paleta visual extra en la película.

La belleza de Barbieland: Inspiración y simplicidad

Pero esta ambiciosa propuesta contó con algunas dificultades. Y es que con una gigante del marketing detrás del proyecto —que ya se había convertido por derecho propio en una de las cintas más anticipadas en los últimos tiempos— un mal cálculo en su ejecución podría haberla convertido en una expresión artística de lo kitsch o lo burdamente artificial.

Así, Barbieland necesitaba una dirección precisa y para montar un mundo rosado y plástico consciente de sí mismo, que además se enorgulleciera de serlo. Los componentes bidimensionales que se pueden observar en este mundo fueron, en palabras de la misma Greenwood, "arquitectónicamente complicados".

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Debido a la gran cantidad de detalles y props creados para la película, así como la gran cantidad de paredes faltantes en el set, fue necesario planificar el cómo no abrumar el primer plano de cada toma. “Tu fondo de pantalla y tu fondo son las otras casas, [ahí están] las otras Barbies, las montañas, el resto de Barbieland… ”, dice Greenwood, concluyendo que fue imperativa una visión clara, mucho más difícil de ejecutar que en una película normal.

Algunas decisiones estéticas tuvieron una repercusión directa en al experiencias cinematografía, pues Greenwood y Spencer redujeron todas las habitaciones en un 23%, haciendo que los actores de la película parecieran un poco más grandes. Esto es algo que a la par se convierte en metaficción y empatiza con el público, pues toda niña que alguna vez jugara con una Barbie sabe que el particular tamaño de la muñeca vuelve la experiencia única —y hasta desafiante para acoplarse al resto de tus juguetes.

Esto se consiguió dejando que los muebles, como mesas, sillas y encimeras, permanecieran en su tamaño habitual, pero los actores podían alcanzar fácilmente el techo y tocarlo. Sorprendentemente para una película tan invertida en color, todas las imágenes que los diseñadores utilizaron como referencia eran en blanco y negro —tomando como fuente el modernismo de mediados del siglo pasado—, como forma de centrarse en una arquitectura esencial de la que partió la inspiración para el decorado. Greenwood contó a la revista Fast Company que existe una hermosa simplicidad en todo esto, ya que Greta Gerwig quería que fuera hermoso, pero no desde el sofisticado punto de vista de un adulto, sino desde el punto de vista de un niño.

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Un cast para la historia

Así, con el liderazgo de Gerwig y Robie, este proyecto que abrazó a su “niña interior” fue tomado muy en serio por parte de todos sus miembros —y vaya que esto dio fruto en taquilla—, pero a decir verdad también hubo mucho espacio para pasar un buen rato. Durante los días de rodaje, el elenco disfrutaba de una atmósfera relajada, gracias a música como So Solid Crew y más temas de la vieja escuela de la música urbana británica.

Con esta música de fondo, el set en ocasiones se convertía en una pista de baile al estilo Magic Mike (80%), extendiendo esta diversión hasta el icónico club nocturno londinense The Box. Es muy probable que este elenco estuviera “jugando a actuar” durante el rodaje, pero no todo fue fácil para algunos de ellos. El alumno de Sex Education (91%) y la nueva encarnación de Doctor Who, Ncuti Gatwa, destacó que este fue uno de los ambientes más acogedores y empáticos en los que ha tenido el placer de trabajar.

Pero el próximo Doctor fue víctima del startruck, pues quedó deslumbrado ante la presencia de Ryan Gosling, pues confesó para Elle UK que se encontraba realmente nerviosos al rodar con el Ken principal, por lo que apenas pudo hablar durante el primer mes de rodaje. Pero esta admiración fue mutua, pues Gosling expresó su entusiasmo por la próxima interpretación como Doctor Who y la tildó como lo más emocionante en la televisión en este momento, además de alabar el talento de Gatwa.

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Muy al estilo de Chicas Pesadas (83%), trascendió que Robbie estableció un "día rosa" una vez a la semana, durante el cual todos en el set tenían que incorporar algo rosa en su vestimenta. Aquellos que no lo hicieran se enfrentarían a una multa y Robbie sí llegó a cobrar estas multas y las donó a organizaciones benéficas. Y el elenco masculino también encontró un vínculo de unidad en el proceso, por lo que crearon camisetas rosas adornadas con flecos de arcoíris como tributo al mensaje inclusivo y de apertura del proyecto.

Este ambiente de trabajo positivo y creativamente gratificante combinado con el éxito estratosférico de la cinta, ha hecho también que muchos actores se lamenten por no haber sido parte de ella. El más sonado hasta el momento es el caso de Timothée Chalamet, quien por conflictos de agenda quedó fuera de Barbieland.

Y es que esta producción contó con un camino realmente escarpado, antes de convertirse en la película del año y romper cualquier cantidad de records de su estudio, después de que Universal no pudo desarrollar el proyecto 2009, Sony tomó las riendas del proyecto en 2014, y en el que existió una infinita lista de actores y actrices vinculados a la película. Fue en 2018 cuando Warner Bros. decidió apostar por la muñeca de Mattel, pero en esta ocasión, el estudio rápidamente buscó a Robbie, primero en la labor de productora, y finalmente con el rol protagonista.

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No obstante, mucho miembro del cast original deseado por Gerwig no llegó a concretarse. Dan Levy fue otro de los actores que tuvo que dejar de lado la película de último momento por incompatibilidad de agenda. Lo mismo sucedió con Ben Platt, Bowen Yang y Saoirse Ronan, al igual que con Jonathan Groff, quien tuvo que ceder su lugar a Michael Cera.

Pero él mismo casi pierde su oportunidad de interpretar al único e irrepetible Alan, pues su agente pensó que el hecho de que Barbie fuera rodada en Londres no iba a ser del agrado del actor de Juno. A lo que Cera respondió: “¡¿Qué?! ¿Qué quieres decir? ¡Llámalos de nuevo! … Necesito hacer esa película”.

En el caso del papel de Barbie, Gal Gadot fue la primera opción de la Robbie productora, pero su participación en Rápidos Y Furiosos 10 (65%) se lo impidió. De igual manera, mientras el proyecto estuvo bajo el control de Sony, Amy Schumer estuvo a la cabeza de la cinta, pero recientemente la actriz ha confesado que diferencias creativas la separaron de Barbie antes de que esta pasara a Warner. Como su reemplazo llegaría a la mesa Anne Hathaway, pero no fue capaz de llegar a concretarse, ya que los derechos de Sony sobre Barbie expiraron durante el desarrollo de esta producción.

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