Un año de protestas en las calles
La plaza Tahrir se convirtió, durante el mes de febrero, en el símbolo y el epicentro de la revolución egipcia. Cientos primero, miles después, pedían la renuncia de Mubarak. Los manifestantes fueron apaleados, apedreados y baleados. Hubo heridos, muertos, violaciones y torturas, pero cada día que pasaba llegaban más. Nadie se movió de la plaza a pesar de los intentos del gobierno por desalojarla, primero con matones a sueldo, después con policías.
Mubarak cayó en el momento en el que el ejército tuvo que elegir a quién apoyar.
Aunque las cosas hoy no son lo que los manifestantes habían esperado, el movimiento de la plaza Tahrir y su resistencia pasiva se convirtieron en una inspiración instantánea para otros movimientos de protesta. Algunos, como sucedió en Yemen, fueron abortados inmediatamente y de manera brutal. Otros, como los de Madrid, Chile o Wall Street crecieron y se retroalimentaron unos a otros.
Los "indignados" de la Puerta del Sol
El movimiento "indignado" surgió en Madrid ante la preocupante situación económica que atraviesa España. El detonante económico no era más que la última gota que colmaba el vaso de unos individuos que se definían como indignados ante la actitud de (todos) los partidos políticos ante la realidad social que se vive en el país, con un índice de paro superior al 20% y con pocas expectativas de mejora.
Los indignados españoles reclamaban a los políticos mayor representatividad y listas abiertas, a los jueces menos politización y mano dura con la corrupción, una serie de demandas compartidas por la mayoría de los ciudadanos.
Sin un líder claro, el movimiento continuó creciendo aunque sus reclamaciones se fueron diluyendo ante la amalgama humana e ideológica que de una manera u otra se fue adhiriendo a los que protestaban. Tras acampar durante un mes en la Puerta del Sol de Madrid, fueron finalmente desalojados por razones de higiene, el mismo argumento que meses después se usaría en Nueva York.
Los estudiantes chilenos
Aunque con raíces diferentes y una metodología más clásica, las protestas de los estudiantes chilenos han sido uno de los movimientos populares más importantes del año y que mayor impacto político han tenido. Descontentos con la situación de la educación universitaria, los estudiantes tomaron la calle a pesar de las prohibiciones constantes en un movimiento que, lejos de agotarse creció y se mantuvo de manera consistente durante meses.
Las reivindicaciones estudiantiles eran claras y concretas, exigían al gobieno que aumentara su inversión en educación, encabezados por Camila Vallejo y por Giorgio Jackson, los chilenos respaldaron masivamente las protestas de sus hijos y forzaron una remodelación del gabinete además de acabar con la popularidad de Piñera.
Occupy Wall Street
El último movimiento de protesta en nacer fue el del 99%, cuya representación más conocida es el grupo que ocupa Wall Street. Hay otros similares en Oakland, etc.
Según argumentan, el 99% de la población ha perdido gradualmente el poder de decisión frente al 1%, personificado en los billonarios cuya influencia en los políticos es cada vez mayor.
Frustrados por la mala situación de la economía estadounidense, el alto coste del acceso a la salud, la baja valoración que el Congreso recibe, y la falta de medidas por parte de Obama frente a la industria financiera, el movimiento ha recibido atención dentro y fuera de Estados Unidos, aunque continúa, al igual que sucedió en Madrid, sin un líder ni una propuesta definida.