La ONU condena la generalización de la tortura en las cárceles sirias

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, durante una conferencia en Ginebra (Suiza), el 2 de diciembre de 2013 (AFP/Archivos | Fabrice Coffrini)

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, condenó este lunes la generalización de la tortura en las cárceles sirias y lamentó su uso por parte de algunos grupos armados. En un documento de 8 páginas, la Alta Comisionada, que entrevistó a 38 personas que sufrieron torturas, se hace eco de estos aterradores testimonios anónimos. El informe de la ONU describe una "generalización de la tortura y de los malos tratos en los centros del gobierno". Añade que varios grupos armados, "en particular el Estado Islámico en Irak y en Levante (EIIL), el Frente al Nosra, Ahrar al-Sham, Asifat al-Shamal y Liwa al-Tawhid, disponen de centros de detención" en los que hombres, mujeres y niños son torturados, sobre todo desde 2013. "Nuestros resultados confirman que la tortura es frecuente en los centros de detención gubernamentales en Siria y que también recurren a ella algunos grupos armados", afirma Pillay. Según el informe, "hombres, mujeres y niños son a menudo secuestrados en las calles, sus casas o en el lugar en el que trabajan, o son detenidos en puestos de control del gobierno, y trasladados a decenas de centros de detención oficiales o secretos del gobierno". Estas personas son frecuentemente detenidas en secreto, de forma indefinida y a veces trasladadas de un centro a otro, condena la ONU, que detalla que entre esos centros de detención se encuentran edificios del ejército y aeropuertos. Varios de los casos descritos en el informe se refieren a prisioneros inmovilizados o colgados a la pared, con los ojos vendados, golpeados, quemados, electrocutados y torturados con diferentes objetos. La Alta Comisionada también documenta casos de violencia sexual contra hombres y mujeres. En la mayoría de los casos, los guardias recurren a la tortura "inmediatamente después de la detención y durante los primeros días o semanas de detención y de interrogatorios" y denuncia que cuando "llegan al centro de detención, los detenidos son habitualmente golpeados y humillados durante varias horas por los guardias en lo que se conoce ya como la 'recepción de acogida'". Las personas torturadas son de todos los orígenes religiosos y étnicos, según la ONU, para quien la tortura constituye un crimen contra la humanidad cuando se usa de forma generalizada.