Famosos, celulares, hackers y fotografías íntimas
En esta era cibernética debería ser harto conocido que cada foto, correo y comunicación queda archivada en alguna parte. Este pasado septiembre las imágenes divulgadas de una Scarlett Johansson desnudita posando para el lente de su Smartphone causaron gran revuelo.
Otras fotos muy reveladoras de Mila Kunis y Justin Timberlake también fueron colgadas en el Internet y se estima que las celebridades podrían ser más. Pero el caso de Johansson fue el más que llamó la atención, al punto que contó con la ayuda del FBI. El FBI quiso encontrar al culpable del que sacó a revelar el redondeado trasero y el pecho de la protagonista de "Lost in Translation". ¿Sería por sus curvas y piel de porcelana o porque pudieron probar que se trataba de un asunto de invasión de privacidad y no una treta como de tantas otras 'semi-estrellas' que han alcanzado fama o relevancia al distribuir sus desnudos?
Los esfuerzos del FBI rindiendo frutos rapidito cuando a menos de un mes del escándalo, el 12 de octubre, se señaló a Christopher Chaney como el responsable de 'hackear' los correos electrónicos de famosos. El hombre de Florida de 35 años admite tener una fascinación con las estrellas de Hollywood al extremo que infiltró sus correos para saber más de ellos, pero insiste que nunca vendió fotos ni se lucró de esas actividades.
Aunque se disculpó con "sé que lo que hice es probablemente la peor invasión de privacidad que alguien puede experimentar" a un programa televisivo, cuando le tocó su vista preliminar judicial el 1ro de noviembre se declaró inocente de los 26 cargos que enfrenta que incluyen acceso y daño de computadoras, escuchas telefónicas y suplantación de identidad. El acusado enfrenta hasta 121 años de prisión y usó tres nombres para llevar a cabo los ataques.
Scarlett mantuvo un perfil bajo por un tiempo después del destape de las fotos. Primero ofreció una entrevista en la que se presentó dolida y fastidiada. "¿Quién no quiere proteger su propia privacidad? Solo porque uno esté en el candelero, o solo porque uno sea actor o trabaje en películas o lo que sea no significa que no tenga el derecho a la propia privacidad personal", dijo Johansson a CNN.
En cuanto a las invasiones a su privacidad dijo que "hay que adaptarse, pero hay ciertas instancias en la que uno da mucho de una mismo y al final uno tiene que plantarse y decir: 'No, espera, la quiero recuperar", dijo en sus primeros comentarios tras el incidente.
Pero la revista Vanity Fair obtuvo una versión más "light" del asunto y con una explicación: las fotos eran para el ex. "Se las mandé a (quien era) mi marido, no hay nada malo en ello", señaló a la revista Vanity Fair la ex esposa de Ryan Reynolds. La intérprete especificó que "no era como hacer una porno, aunque eso tampoco tendría nada malo". Scarlett pareció también estar orgullosa de cómo aparecía en esas imágenes: "Yo sé cuáles son mis mejores ángulos".