La cárcel de los “conspiradores” venezolanos

La cárcel donde está detenido el opositor venezolano Leopoldo López, en una celda de aislamiento desde el 18 de febrero, es el lugar donde han ido a parar quienes han sido formalmente acusados de conspiración por el difunto Hugo Chávez y su sucesor en la presidencia de Venezuela, Nicolás Maduro. Al Centro Nacional de Procesados Militares se le conoce popularmente como la cárcel de Ramo Verde y tras sus rejas han estado -algunos de ellos siguen estando- generales, exministros, sindicalistas.

Estas instalaciones fueron acondicionadas como cárcel militar en 1992 para recluir allí al teniente coronel Hugo Chávez Frías y a los oficiales que le acompañaron en la intentona golpista del 2 de febrero de ese año contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Pero los militares alzados fueron finalmente trasladados a un penal para presos comunes, hasta que el presidente Rafael Caldera dictó el sobreseimiento de la causa en su contra, dos años más tarde.

Fue Hugo Chávez, convertido en presidente en diciembre de 1998, quien comenzó a emplear estas instalaciones para encerrar a enemigos políticos y antiguos compañeros de armas que le confrontaron durante su gobierno. Allí estuvo recluido el general Francisco Usón, ex ministro de Finanzas de Chávez, condenado en 2004 a cinco años y medio de prisión por incurrir en el delito de “ultraje a la Fuerza Armada”, al ofrecer unas declaraciones en televisión sobre la muerte de ocho soldados en una celda de castigo de un cuartel. El día que fue detenido, el general Usón se encontraba en el interior del país, recolectando firmas para la convocatoria de un referendo revocatorio contra Chávez; tres años más tarde fue puesto en libertad condicional.

En esa misma época –año 2005— estuvo en Ramo Verde el expresidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, sentenciado a 15 años por promover la huelga petrolera de diciembre de 2002. En agosto de 2006, Ortega se fugó de la cárcel junto con tres oficiales –Darío, Jesús y Rafael Ángel Farías, procesados por llevar a Caracas a un supuesto grupo de paramilitares que pretendía asesinar a Chávez. Desde 2007, Ortega vive asilado en Lima, Perú.

El capitán Otto Gebauer pasó ocho años en esta cárcel y fue, de los militares detenidos por el golpe de Estado de abril de 2002 que depuso a Hugo Chávez durante 48 horas, quien más tiempo estuvo en prisión. Gebauer fue el oficial que custodió a Hugo Chávez entre la madrugada del 11 de abril de 2002 hasta la noche del 13 de abril, y fue condenado en 2007 a 12 años, seis meses y 12 horas de prisión por los delitos de “insubordinación militar” y “privación ilegítima de la libertad del presidente Hugo Chávez”. Paradójicamente, el autor material e intelectual de los delitos que le fueron imputados, el coronel Luis Beltrán Vahamonde Rojas, fue condenado a tres años y dos meses de prisión y puesto en libertad al cumplir un tercio de la pena. Gebauer salió finalmente en libertad en mayo de 2011.

Frente al calabozo que ocupaba Gebauer, en la tercera planta del edificio, continúa preso el general Raúl Isaías Baduel: compadre, ex ministro de la Defensa de Chávez, y el hombre que planeó su rescate para restituirlo en el poder el 13 de abril de 2002. Baduel entregó el mando de las Fuerzas Armadas en julio de 2007 y dos semanas después, comenzó a ser investigado por varios cargos de corrupción y enriquecimiento ilícito, y fue detenido en abril de 2009, en medio de un gran despliegue policial.

Durante algunos meses, el exministro compartió celda con otros dos antiguos miembros del alto mando militar de Chávez: el general de división Wilfredo Barroso, ex jefe del Estado Mayor de la Guardia Nacional, y el almirante Carlos Millán Millán, ex jefe del Estado Mayor Conjunto. Ambos estaban ya retirados cuando se les acusó por televisión de intento de magnicidio y de instigar a la rebelión; fueron liberados en octubre de 2009, después de pasar un año en prisión. El juicio de Barroso y Millán nunca concluyó y fueron ellos los únicos detenidos por supuestamente planear el asesinato de Chávez que, hasta entonces y desde 1999, había denunciado 28 conjuras para matarle.

La cárcel de Ramo Verde está ubicada en las afueras de la ciudad de Los Teques, a unos 30 kilómetros de Caracas, sobre una colina sembrada de eucaliptos a la que se tiene acceso a través de una única carretera llena de curvas. El complejo está compuesto por un edificio de cinco plantas, una torre más pequeña –de cuatro--, una cancha deportiva y un pequeño huerto. Todo esto rodeado por tres cercas metálicas. En el primer piso de la torre hay una cantina y un taller de serigrafía y manualidades donde los oficiales de más bajo rango aprenden a confeccionar zapatos, banderas y orfebrería; y entre la primera y segunda planta hay salas acondicionadas para las consultas jurídicas.

Hay calabozos más grandes que otros: en el tercer piso están las celdas de 50 metros cuadrados, equipadas con cocina, baños y un par de ventanas, que comparten hasta tres prisioneros; y otras que miden la mitad, para dos reos. También hay celdas de aislamiento, sin ventanas, donde apenas cabe un colchón; en una de ellas está Leopoldo López.