Fuga de estadounidense ahonda crisis en maltrechas relaciones Bolivia-EEUU

La fuga del empresario estadounidense Jacob Ostreicher, detenido dos años por acusaciones de lavado de dinero y quien huyó de Bolivia en una operación apoyada presuntamente por Estados Unidos, según el gobierno boliviano, tensó esta semana aún más las maltrechas relaciones entre Washington y La Paz. El gobierno del presidente Evo Morales, que en 2008 expulsó al embajador norteamericano acusándolo de conspiración, culpó el miércoles a "autoridades del gobierno de EEUU (..) de haber apoyado en un operativo diseñado por un equipo de élite" la fuga de Ostreicher del país. Desde Washington, Marie Harf, vocera adjunta del Departamento de Estado, negó de forma rotunda que la Casa Blanca haya estado al tanto de la fuga: "No estuvimos involucrados en su salida de Bolivia", afirmó. Sin embargo, admitió que funcionarios consulares estadounidenses ayudaron a Ostreicher a arreglar el viaje de regreso a su país cuando llegó a Perú procedente de Bolivia. Este incidente "profundiza la brecha y hace más difícil el diálogo entre Bolivia y Estados Unidos, sobre todo porque el gobierno responsabiliza a los organismos norteamericanos de haber participado en la fuga en una actitud imperialista", explicó a la AFP Carlos Cordero, cientista político y docente de la universidad estatal de La Paz. Según Cordero, el gobierno usa el discurso anti-imperialista con fines políticos. "Eso genera simpatías (en votantes de Morales), así que este distraccionismo podría continuar y creo que de hecho se va a convertir en un tema electoral" en los comicios de 2014, cuando el actual presidente intente un tercer mandato, añadió. Esa opinión es compartida por Marcelo Silva, analista y docente universitario, quien cree que el proceso electoral "puede llevar a un enfriamiento mayor de las relaciones" bilaterales, puesto que el discurso anti-imperialista favorece los intereses del oficialismo. Por esta razón, "creo que en este momento, el gobierno boliviano no tiene el mínimo interés ni la más mínima necesidad de mejorar las relaciones con Estados Unidos", añadió Silva. Asimismo, el experto señaló que existe una diferencia entre esta crisis y la que se abrió con Brasil por la fuga del senador opositor Róger Pinto, "donde sí las relaciones estuvieron algo lastimadas y algo distantes". El legislador de oposición, que huyó en agosto apoyado por altos funcionarios de la legación diplomática brasileña, estuvo refugiado en la embajada de Brasil en La Paz por más de un año, y sobre él pesaba una condena por malversación de fondos públicos y otros juicios por difamación. Pinto se autodefinía como un perseguido político. Apoyo de sectores influyentes Versiones de prensa en Estados Unidos aseguran que Ostreicher recibió el apoyo de sectores influyentes de su país para escapar de donde cumplía prisión domiciliaria y salir del país. El New York Times escribió que en la fuga participaron "profesionales que saben cómo llevar a cabo estas operaciones". El ministro de la Presidencia boliviana, Juan Ramón Quintana, protestó porque Estados Unidos "se ha acostumbrado a violentar la soberanía de los Estados (..) Se está acostumbrando y con bastante frecuencia a prescindir de las normas internacionales", dijo. Los desencuentros entre La Paz y Washington datan desde que Morales, un indígena y productor de coca, asumió la presidencia en 2006 con un marcado discurso anti-imperialista, eco de la posición política del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. El pico más alto de las escabrosas relaciones La Paz-Washington ocurrió en 2008 cuando Bolivia expulsó al embajador norteamericano acusándolo de apoyar una conspiración interna contra Morales. Washington obró en la misma medida por reciprocidad e inscribió a Bolivia en la lista de países descertificados en la lucha antidroga y le cerró las puertas a su comercio. En 2008 también fue expulsada de Bolivia la agencia antidrogas norteamericana DEA y el año pasado la oficina de cooperación USAID. Donde La Paz y Washington tienen mayores discrepancias es en la lucha antidroga. Tras la expulsión de la DEA, Estados Unidos redujo su cooperación a unos 5 millones de dólares, mientras que el gobierno elevó para este año el presupuesto que destina a ese sector de 26 millones de dólares a 34 millones. El actor estadounidense Sean Penn (2do D) llega a la prisión Palmasola, en Santa Cruz, Bolivia, el 1 de noviembre de 2012, para visitar al empresario Jacob Ostreicher (2do D), detenido en Bolivia desde junio de 2012 por lavado de dinero y fugado en diciembre de 2013. El presidente de Bolivia Evo Morales con nativos aymaras en La Paz el 16 de setiembre de 2013 El actor Sean Penn declara ante el Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes estadounidense, donde pidió la libertad de su compatriota, el empresario estadounidense Jacob Ostreicher, el 20 de mayo de 2013 en Washington Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, durante una reunión de la OEA en Tiquipaya, Bolivia, el 4 de mayo de 2012 El presidente estadounidense Barack Obama, el 31 de octubre de 2013 en Washington