Un rarísimo árbol conmueve a California

Es viejo e inmóvil y últimamente se ha puesto un poco amarillento. Vive en una esquina poco atractiva y que, para colmo, está a punto de ser transformada por la llegada de un nuevo tren suburbano aclamado por la mayoría de los votantes.

Pero él sigue allí, impasible y silencioso. Es único en el mundo y por ello su caso ha causado interés y cierta polémica en Cotati, en el Condado de Sonoma, California.

De acuerdo a la televisora local KGO, en una esquina de esa localidad se alza un árbol muy especial: un ejemplar de secoya albina (albino chimera) del que solo habría unos 10 en el mundo. El árbol se ubica a pocas yardas de una vía del tren en una zona que será modificada de modo importante con la construcción del nuevo tren SMART en esa zona del norte de California. Y es justo esa obra la que ha puesto al viejo árbol en la mirada pública, como no había sucedido en las muchas décadas que lleva allí, plantado y echando hojas.

Al parecer, según la KGO, el árbol es una rareza biológica: un ejemplar que reúne dos subespecies en sí mismo y que por ello es de gran valor científico. Intercala hojas verdes y blancas (por eso se le llama albino). Según Reuters, ese ejemplar posee un doble juego de ADN, lo que lo hace singular y permite esa doble característica. Y según la agencia Reuters el árbol ha comenzado a movilizar a la comunidad preservacionista, que considera muy importante la salvación de esa peculiar planta mutante.

Nadie quiere imaginar que sea cortado para dar paso a nuevas vías o instalaciones ferroviarias y con ello se pierda uno de los poquísimos ejemplares de su clase, aunque ese era su destino cuando nadie se interesaba en él, hasta hace apenas unos días. Su primavera, al menos la mediática, le ha llegado un poquito temprano.

El venerable árbol mide 52 pies de alto y está a solo 12 pies de las vías del tren. Las regulaciones de seguridad ferroviaria indican que el árbol deberá ser retirado del lugar. Eso puede desde luego causar la muerte del árbol. Pero dejarlo donde está tampoco parece una opción adecuada, pues la cercanía de la vía y las vibraciones y demás lo podrían afectar de modo tan importante que podría incluso caer y morir.

Así, el dilema es de peso. Algunos han considerado la posibilidad de que la vía sea la que se mueva, y no el raro mutante, pero eso se ve difícil. La alternativa más viable, según Reuters, sería trasplantarlo a un espacio donde esté seguro, no moleste el avance de las infraestructuras y, sobre todo, pueda seguir brotando y permitiendo a la ciencia comprender mejor su maravilla.

Mientras se define su suerte, a la sombra de ese árbol, literalmente, fluyen encontradas la ciencia y el progreso urbano bajo sus hojas blancas, verdes y amarillas.