Hay algo de la maternidad que no me cuadra

¿De dónde vengo? Preguntó Romina a los 10 años y su mamá Estela, una mujer de 62 años le contó una historia que a Romina nunca le “cerró”.

Los meses pasaban y ella no quedaba embarazada. “No puedo ser madre”, repetía.
Los meses pasaban y ella no quedaba embarazada. “No puedo ser madre”, repetía.

Estela narró una historia en la que Romina había sido abandonada en el hospital en el que ella trabajaba como enfermera y ella se había hecho cargo.

Romina llega al consultorio por un motivo para ella crucial: no lograba permanecer en pareja por mucho tiempo a pesar de su objetivo número uno: “tener una familia”.

Ella tiene ahora 26 años y está en pareja con Martín de 31 años. La convivencia era buena hasta que comienzan a buscar un hijo.

Los meses pasaban y ella no quedaba embarazada. “No puedo ser madre”, repetía.

En las sucesivas entrevistas Romina va re construyendo sus peleas con su pareja mientras comienza a advertir que cada vez que peleaban coincidía con su período de ovulación.

En ese momento y “casualmente” peleaba con su novio, se distanciaban y en consecuencia no mantenían relaciones sexuales. Así no iba a quedar embarazada nunca.

Se descarta de esta manera en principio que se trate de algo biológico. Entonces: ¿por qué no puede ser madre? Algo insiste en sus entrevistas. “Mi madre no me cierra”.

¿De qué madre habla Romina?

El vínculo con su madre era bueno y contaba con sus manifestaciones amorosas y cuidados desde siempre. Llevada por el recorrido en sus entrevistas terapéuticas, Romina vuelve sobre aquella pregunta que hizo alguna vez. La historia de su origen.

Así es que tiene una conversación con Estela en la que le dice que necesita que reconstruyan juntas cómo llegó ella a su vida.

Este tema era sistemáticamente evitado por Estela, quien evidentemente esta vez vio la necesidad de dar otra respuesta a la tan repetida pregunta. Allí decide contar “la verdad acerca de la maternidad”.

Estela comienza su relato en sus propios orígenes. Romina no entiende al principio por qué va tan atrás para llegar contar su origen.

Estela cuenta entonces que ella era la tercera de cuatro hermanas, para sorpresa de Romina quien solo conoce a dos de sus tres tías.

Narra cómo crecieron en una familia humilde, cómo eran muy unidos desde siempre hasta que su hermana más pequeña quedó embarazada. Su padre enfurecido la hecha de su casa y no la ven por bastante tiempo hasta que un día llega con un bebé en brazos.

Se trataba de Romina quien entonces no es hija de Estela sino sobrina.

A partir de este dato Romina comienza paulatinamente a reconstruir su verdadera historia, su verdadero lugar en la familia.

Faltaba una pieza fundamental para poder aclarar su lugar de hija para lograr luego acceder a su lugar de madre.

Esto sucedió 5 meses después de tal revelación. Romina queda embarazada de una niña y continúa en terapia intentando armar el entramado de avatares de su historia, proponiéndose criar a su hija de la mano de la verdad.