La misteriosa María que todos usamos en la cocina

¿Cuántas veces oímos a alguien, refiriéndose a un plato que tiene que cocinar, que para que quede mejor lo debe hacer en "baño María"?

El baño María, en latín balneum Mariae, es un método de calentamiento indirecto y lento de una sustancia líquida o sólida, que consiste en introducir el recipiente con lo que ha de calentarse dentro de otro con agua colocado al fuego. Se calienta primero el agua del recipiente mayor y esta calienta indirecta y lentamente la sustancia poniendo en contacto el agua caliente con el recipiente menor.

Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado quién es esta misteriosa María? Pues según la historia, entre el siglo I y el III, existió en  la antigua Alejandría -ciudad egipcia- una mujer hebrea a la que llamaban "María la judía" o también "María o Miriam la profetisa" y a quien algunos consideran la fundadora de la alquimia.

Según parece, fue ella quien creó esta forma de cocción, aunque en la manera original, en vez de agua, se usaban arena y ceniza muy calientes.

A María se le atribuyeron leyendas y mitos, y algunos la consideraron una de los "sabios de la antigüedad".

Un alquimista persa del siglo XI tradujo una obra de Zósimo de Panópolis, alquimista egipcio del siglo IV, en la que este describe un alambique de destilación que atribuye a "María, la transmisora del Arte".

Sin embargo el Diccionario Panhispánico de Dudas recoge otra leyenda cuando dice que "en su origen parece estar la referencia a María, hermana de Moisés, considerada la primera alquimista de la historia".

La misma obra dice que aunque la expresión originaria es "baño de María", con el tiempo "y al estar escasamente presente en la conciencia de los hablantes actuales la relación de esta expresión con el nombre propio de mujer, hoy es frecuente y aceptable la escritura con minúscula inicial baño maría".

Jorge Ignacio Covarrubias, secretario de la ANLE, contribuyó con este texto.