El tortuoso camino de los graduados universitarios

Parece que la realidad no se encuentra en sintonía con las expectativas de los estudiantes universitarios sobre sus carreras. Una encuesta revela que 19 de 20 graduados cambian de trabajo al menos una vez en un plazo de tres años luego de concluir los estudios superiores.

Un estudio realizado por el New College, de Londres, saca a la luz varios fenómenos: 1) el veinte por ciento de todos los adultos con al menos un título universitario en Gran Bretaña -más de dos millones de personas – pueden acumular al menos un millón de libras esterlinas; 2) sólo la mitad trabajan en el mismo campo en que se graduó, y 3) la mayoría de los graduados de hoy ya han cambiado de profesión al menos una vez a la edad de 24.

(Sander van der Wel/Wikimedia Commons)
(Sander van der Wel/Wikimedia Commons)

¿Por qué solo la mitad de los profesionales continúan la carrera que estudiaron? Los estudios apuntan a la inestabilidad financiera (sea personal o del país) lo cual motiva a uno de cada diez egresados a iniciar su propio negocio, y a mayor cantidad de personas a considerar (al menos) esta posibilidad (por ejemplo, 85 % de los graduados en México).

Otro factor se conecta con la adquisición de nuevas habilidades e intereses que surgen una vez que el ex-estudiante se incorpora al mundo laboral y sus exigencias lo conducen a optar por nuevos caminos en los que tal vez no se haya pensado antes o se desconocian sus ventajas. Sin embargo, el fenómeno que mas parece preocupar a la sociedad actual tanto en España, en América Latina o estados Unidos es el "infraempleo", el cual conduce a la sobre-cualificación, es decir, a ocupar puestos para los que no se requiere un alto nivel de educación.

En España, según información dada a conocer por la agencia Conocimiento y Desarrollo (CyD), uno de cada tres titulados universitarios ocupa un puesto laboral por debajo de su cualificación. En otras palabras, sus empleos no se corresponden con sus estudios, no porque sus vocaciones o pasiones cambiaran, sino por la falta de opciones de trabajo. Tanto la crisis del mercado laboral, como el alto número de graduados universitarios pueden considerarse como las causas de esta situación. Cada año se gradúan en las universidades españolas unos 220 mil estudiantes, y la crisis actual  no da cabida a semejante cifra de candidatos a empleo.

En el caso de Estados Unidos, casi la mitad de los trabajadores con títulos universitarios poseen una cualificación superior a sus posiciones actuales, de acuerdo con un informe publicado por el Centro para la Accesibilidad y Productividad de la Educación Superior. De hecho, aproximadamente el 37 por ciento de los graduados universitarios están trabajando en puestos que sólo requieren un diploma de escuela secundaria o menos. ¿Ejemplos?: licenciados como conductores de taxis y cantineros. En el 2025, el número de graduados universitarios en los Estados Unidos aumentará en 20 millones, pero el número de puestos de trabajo que requieren un grado de licenciatura sólo se incrementará en 8 millones.

Debido a esta situación, suele suceder que las empresas actúen con recelo al contratar a egresados con títulos de maestría y doctorado. Estos candidatos pueden ser vistos como no fieles al puesto de trabajo, pues se piensa que emigrarán a ofertas más tentadoras en el futuro. Asi, los demasiado "sobrecualificados” en Estados Unidos muchas veces son rechazados por las compañías. Es el caso de gerentes con experiencia en puestos de alto nivel que solicitan una posición de bajo perfil.

En México, alrededor de mil profesionales con títulos de doctorado se encuentran desempleados, mientras que 13 mil con maestrías y medio millón de licenciados tampoco encuentran trabajo. A menudo las televisoras locales mexicanas dan fe de este fenómeno, y de las opciones a las que frecuentemente tienen que recurrir estos profesionales: empleos en el sector informal de la economía. Suele suceder entre los egresados de las carreras de Negocios y Administración y entre los de Comunicación, aunque en la actualidad cualquier especialidad es candidata al fracaso en el mercado. Una mejor probabilidad de éxito la tienen aquellos estudiantes de ingenierías, horizonte que también se percibe en el resto de América Latina.

Con la situación económica actual y una serie de sectores destinados al crecimiento, la trayectoria de las carreras tradicionales se ha convertido en un largo y sinuoso camino. Los graduados deben convertirse en entes adaptables, multifacéticos, y deben adquirir habilidades que les lleven a ocupar diferentes roles y optar por diversas industrias, opinan los expertos en educación. Tal es el reto de la educación superior para enfrentar las exigencias y los altibajos del mercado laboral.