Las sonrisas de Peña Nieto y Angélica Rivera para la república bananera

A estas alturas del partido no se sabe si lo mejor para México es cuando el Presidente sale de viaje o cuando se queda. Hemos llegado a ese punto donde tenerlo aterroriza tanto como perderlo, lo que nos tiene en una relación sádico-masoquista cada que toma el avión presidencial.

Cuando uno piensa que llegó la gota que derramó el vaso y que por fin hará reaccionar al Ejecutivo para que dé un giro sorprendente en su administración, llega otra cerecita al pastel y todo mundo vemos lo mismo. Es decir, que no pasa nada.

La fuga de magazo del ‘Chapo’ Guzmán es solo una muestra de que lo peor aún está por venir y que queramos o no, vamos a tener que aguantarnos, porque aquí nos tocó vivir.

Si bien es cierto que a estas alturas, haga lo que haga Enrique Peña Nieto de todos modos a nadie deja contento. Pero bien podría hacer un poquito de esfuerzo para no enchilar a cada rato al respetable. A menos que ya nos esté aplicando la 'Karamiña' y nos salga con un 'ya me cansé'.

Ya son dos las ocasiones en que ha tenido la oportunidad de decidir cómo afrontar una situación de crisis y en las dos ha puesto por delante la política exterior, el qué dirán, asumiendo que aquí deja una olla con leche hirviendo sin que haya alguien capaz de quitarla de la lumbre antes de que se haga un verdadero desastre.

El año pasado, justo cuando se iba a China, saltó el caso de la ‘blanca de su esposa’ de la que tanto se indignó ella, pero porque se la encontraron, al mismo tiempo que la puerta de Palacio Nacional ardía por la efervescencia de los desaparecidos en Ayotzinapa.

En esa ocasión lo único que salió en directo desde el avión fue la foto del maquillista de la primera dama y un gran silencio de todos los demás.

Ahora más o menos pasó lo mismo. O quizás peor, porque con la fuga del ‘Chapo’ no solo se escapó la única persona que no se le podía escapar al Presidente, sino la única carta fuerte, la del "héroe de la película, papá", que tenía aún viva Peña Nieto en sus tres años de gobierno.

Si al terminar su sexenio las cosas seguían así, todo mundo podía achacarle una y mil cosas, pero él aún podía presumir que fue el que capturó al ‘inatrapable’, al enemigo público número uno y que a diferencia de EEUU con Osama Bin Laden, lo capturó vivo y lo hizo pagar en prisión. Pero no. Para qué tener un as bajo la manga, un fondo de reserva, un milagrito guardado, si podía, como buen mexicano, gastarse todo de una buena vez, y ya en adelante Dios proveerá.

Peor aún. Para que regresarse en lugar de irse a Francia, que al fin todo le ha salido tan bien que una fuga de este tipo no podía pegarle tanto. La decisión de seguir con los planes y estar bajo la mirada de todos en los Champs Elysées fue como darse un balazo en el pie porque lo único que iba a pasar allá era la toma y publicación de fotos, fotos y más fotos de Angélica Rivera sonriendo con sus 456 facetas para alimentar el resentimiento social que han fomentado un día si y otro también con cada aparición en las revistas del corazón. Eso sin contar las partes incómodas donde sus movimientos dan rienda suelta al murmullo sobre la posible mala salud de su matrimonio. Y todo porque al parecer el 'preciso' no le quiso dar la mano a 'La Gaviota'.

De ahí en fuera, no ha habido algo trascendente de todos esos viajes que últimamente han hecho en la Presidencia, ni a China, ni al Reino Unido, ni a Francia, ni a España, ni Turquía (ni a Oaxaca, Sinaloa, Guerrero o Michoacán). Eso de que ‘van a entablar relaciones para luego traer grandes inversiones’ que se lo vayan a contar  a la Auditoria Superior de la Federación, pero ya no a nosotros.

Cuando un capital busca dónde asentarse y obtener mayores dividendos lo hace bajo parámetros que tiene muy bien estudiados y no porque el Presidente y su esposa hayan ido a sonreírle a medio mundo por allá. Por la Edad Media quedaron las necesarias estancias de los reyes y su prole en la casa del vecino para hacer alianzas contra otro enemigo. Con teléfonos, internet y mensajería instantánea, resulta ridículo aferrarse a esas prácticas. O por lo menos justificarlas con el mismo discurso de siempre.

Por eso no coincido en esta ocasión con el ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, de que haber cancelado la participación de México en la Fiesta Nacional de Francia  nomás porque se escapó ‘El Chapo’ nos hubiera dejado como una “república bananera”. Perdón por no leer el New York Times, pero es que eso somos, una república bananera con aires de primer mundo. ¿O qué es un país donde un poderoso criminal se escapa no una, sino dos veces, y de las maneras más risibles? ¿Qué es un país donde los funcionarios compran casas con préstamos provenientes de contratistas del gobierno y lo explican como si fuera un chiste? ¿Qué es una nación donde la discriminación y violencia contra la mujer, los homosexuales y las minorías es aún justificada y donde se trata a los indocumentados de Centroamérica peor que como tratan a los mexicanos ilegales en EEUU? Porque hasta donde la evidencia muestra, la pasarela de la primera dama y el Presidente allá en Europa no nos quitó ninguno de esos problemas.

Todo lo contrario, a estas alturas ver el mundo a través de las fotos de la pareja presidencial es notar que ya no caben dudas de que allá, en el gobierno, viven en un mundo muy diferente al de los millones de mexicanos. Y al del resto del planeta, que no pudo evitar mofarse de los eventos de esta semana, como este video que hicieron en Taiwán.

Pero, ah, el karma es canijo. Y la mala suerte también. Porque como decíamos al

principio, ya no se sabe si es bueno o malo que el Presidente se vaya, pues no solo se le escapó un ‘Chapo’, sino que también la primera licitación de campos petrolíferos  para privados fue un fracaso, tanto, que de 14 ofertas del gobierno, solo 2 fueron tomadas. Esta iba a ser la mega fiesta de la reforma energética y terminó en algo irrisorio para el nivel  de expectativa generado.

Y eso que no nos metemos en terrenos deportivos sobre el desempeño del único director técnico nacional que hace política a favor del Partido Verde mientras su ‘gigante’ futbolero se pone en aprietos con las súper potencias de Cuba, Guatemala y Trinidad y Tobago. Lo dicho, uno ya no sabe si es mejor tener al Presidente cerca o lejos.  O peor aún, simplemente tenerlo. Pero es que lo que hay en los demás partidos tampoco es nada alentador.

El gabinete que merecemos

El jefe de gobierno del DF decidió hacerle caso a sus instintos y por lo mismo no meterse en broncas ni con el PRD ni con Morena y hacer cambios en su gabinete. Solo para dejarlo peor. Sí, porque eso es lo que hace Miguel Ángel Mancera desde que llegó a administrar la capital mexicana. Componer lo que no estaba descompuesto y si algo sale mal, pues siempre se puede culpar a su antecesor. Porque poner a Patricia Mercado como su mano derecha es una apuesta ruda, pero que puede funcionar, pero poner a Alejandra Barrales, su exnovia, en ¿Educación? Si la actual senadora no ha mostrado nada que haga una diferencia durante todos su años en la grilla, con excepción de la vez que salió en la Revista H, donde sí mostró, pero nadie puede decir que de algo haya servido. Si a eso se le agrega que también recicló a Amalia García luego de su cuestionado paso por el gobierno de Zacatecas (¿fuiste gobernadora y ahora te conformas con una cartera local? Eso es necesidad de hueso) entonces lo único seguro que tenemos es que la intención es acabar de una vez por todas, pero con la Ciudad de México. Pero Mancera insiste en que es lo que merecemos. Usted dirá.

Posdata.¿Qué se puede esperar cuando alguien para disculparse y minimizar sus actos, llama 'chino' al Secretario de Gobernación? Ya no hay temor de Dios. Y por supuesto, menos de Osorio Chong.

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