Quince años sin Carl Sagan

Cuando apenas tenía ocho o nueve años, al joven Carl Sagan alguien le contó que las estrellas eran en realidadsoles muy lejanos, tan lejanos que tan solo se veían como pequeñas luces brillantes en el cielo nocturno. Aquella simple explicación dejó fascinado al chaval, que, sin pensárselo dos veces, corrió a la biblioteca más cercana en su barrio de Brooklyn y le pidió a la bibliotecaria que le diera un libro sobre las estrellas.

La buena señora le dio un libro sobre estrellas, sí, pero sobre estrellas de Hollywood, actores, directores... Y no era eso lo que nuestro joven buscaba. Volvió de nuevo a la biblioteca y le explicó a la encargada que lo que él quería era un libro sobre las estrellas que brillaban en el cielo. La bibliotecaria miró a Carl Sagan, sonrió y fue en busca del libro correcto... Ese sería el comienzo de una larga historia de pasión por la ciencia.

Hoy se cumplen quince años sin Carl Sagan. Quince años sin el divulgador más grande que ha tenido la Ciencia, la curiosidad, la astronomía y el escepticismo. Desde aquel 20 de diciembre de 1996 todos los que amamos la ciencia estamos un poco huérfanos.

Hablar sobre Carl Sagan es muy fácil o muy difícil. Se pueden decir tantas cosas que a veces uno puede caer en la tentación de centrarse en sus obras, libros y documentales, olvidando lo más importante: su pasión, su afán de divulgar, su fascinación por el ser humano, su optimismo, su verdadera calidad como persona.

Para quienes conocéis a Carl Sagan, poco de lo que os diga será nuevo. Para quienes no lo conocéis, os diré que, personalmente, si alguna vez tuviéramos que enviar a un ser humano, solo un ser humano, para representarnos como humanidad... yo elegiría a Carl Sagan.

Por eso, el mejor homenaje que le podemos hacer no es hablar sobre él... sino dejar que él hable. Para ello os dejo este video que nos recuerda su voz, sus ideas, sus consejos.