El organismo vivo más viejo

Un grupo de científicos ha encontrado en el Mediterráneo al ser vivo más longevo que se conoce. Se trata de la especie Posidonia oceanica, una de las pocas plantas superiores marinas que puede llegar a vivir hasta 200.000 años. Hasta ahora, el récord lo tenía una especie de arbusto de Tasmania con algo más de 43.000 años.

A lo largo del Mediterráneo se pueden encontrar praderas de posidonia de gran extensión, llegando en algunos lugares a ocupar más de 15 kilómetros. Estas praderas están formadas por una sola estirpe genética, lo que quiere decir que todas las plantas son en realidad clones de la primera que se asentó.

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Para calcular la edad de esta planta se ha secuenciado su genoma y se ha estudiado su crecimiento. Como dice el artículo, esta planta crece muy lentamente, aproximadamente un centímetro cada año. Para poder ocupar la superficie actual, el primer ejemplar tendría que tener un mínimo de 12.500 años. Los cálculos más realistas lo sitúan en los 200.000 años.

Esto es así por dos motivos. Por una parte, la posidonia es capaz de reproducirse de manera vegetativa. Pequeños fragmentos de la planta, generalmente porciones del tallo, pueden dar lugar a plantas completas gracias al mismo mecanismo que permite hacer esquejes de muchas plantas de jardinería.

La segunda razón se debe a su rizoma, un tallo subterráneo en el que acumulan alimentos y que crece en horizontal, paralelo al suelo. De este rizoma van saliendo tallos, permitiendo que la planta se extienda por una superficie mucho mayor. Generalmente, estos rizomas se acaban partiendo y separando, pero las plantas que se han formado se mantienen. Y estas plantas son en realidad clones unas de otras.

La importancia de la Posidonia oceanica no pasa únicamente por ser el organismo de vida más larga. Es una pieza fundamental en los ecosistemas del Mar Mediterráneo, ya que ayuda a asentar el substrato sobre el que otras especies habitan, realizan labores de depuración del agua y proporcionan alimento a numerosas especies, por citar alguno de los servicios ambientales que ofrece.

Los autores del trabajo han aprovechado para poner de relieve otro hecho: la posidonia está en declive. El aumento en la temperatura y en la acidez del agua está afectando mucho a esta especie. Por otra parte, las hélices de los barcos, especialmente los de recreo, está segando estas praderas como si se tratase de césped.