El engañoso encanto de los escarabajos besadores

Algunos animales tienen nombres curiosos. No sólo por lo sorprendente o gracioso, sino porque dan a entender situaciones que no son reales. Un caso de este tipo son los escarabajos besadores, "kissing bugs" en inglés. A pesar de lo que pueda dar a pensar su nombre, son feroces depredadores que suponen un verdadero problema para la salud humana.

Esto queda mucho mejor reflejado en el otro nombre común que tienen: escarabajos asesinos. El nombre científico de esta familia de insectos es Reduviidae.

Y el término asesinos se lo han ganado gracias a su comportamiento. Todas las especies de este grupo son depredadores, y también todos ellos muestran el mismo comportamiento de caza. La estrategia que siguen consiste en emboscar a sus presas, y cuando estas se sitúan a una distancia adecuada, atacan con mucha rapidez y violencia.

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Cuando han inmovilizado a su presa le clavan el rostrum, su mandíbula modificada. Inyectan una saliva formada por ácidos digestivos que disuelven la carne de sus presas convirtiéndolo en una pulpa. Tras esto, pasan a sorber este líquido. Este tipo de alimentación se conoce como digestión extra-oral o externa.

Se les conoce como escarabajos besadores por la forma en la que atacan a las personas. Cuando entran en contacto con poblaciones humanas esperan al momento oportuno para atacar, y pican en torno a la boca. El resultado no son sólo picaduras muy dolorosas. También transmiten la enfermedad de Chagas, una enfermedad parasitaria crónica.

El problema al que se enfrentan los científicos con este grupo de insectos es que, cada vez más, se están adaptando a alimentarse de seres humanos. El número de especies capaz de atacar a humanos va creciendo lenta pero sostenidamente, lo cual supone un grave problema de salud. Y esto es así porque los asentamientos humanos van ganando terreno a los ecosistemas naturales, lo que lleva a que el encuentro de distintas especies de estos escarabajos con las personas sea cada vez más común.

Para intentar atajar este problema, los biólogos se han centrado en su historia evolutiva. Conociendo cómo ha evolucionado este grupo se pueden diseñar medidas para evitar que se adapten a nosotros. O, si esto no fuese posible, al menos tener una idea de qué especies pueden tomar este camino y preparar soluciones específicas.

Lo sorprendente, hasta el momento, es lo poco que se conoce sobre este grupo. A pesar de ser un grupo con una larga trayectoria evolutiva, existen muy pocos fósiles. Y los que hay son de especies relativamente modernas, con características muy cercanas a las de los actuales escarabajos besadores.

Un equipo de investigación de la Universidad de California ha publicado recientemente un artículo que  cambia bastantes ideas sobre estos insectos. Aunando datos de fósiles con estudios sobre el comportamiento, la ecología y la genética de las especies modernas, han sido capaces de dar una fecha aproximada de cuándo aparecieron estos animales, y de cuál es su origen.

Antes de esta publicación, se pensaba que este grupo tenía al menos 107 millones de años, un tiempo  suficiente para haberse ido adaptando lentamente a su forma de alimentación. Pero según la última revisión, tienen poco más de 27 millones de años. Es decir, que este grupo apareció cuando los mamíferos ya eran la fauna dominante, y se han adaptado rápidamente a esta fuente de comida.

También han sido capaces de dar respuesta a su origen. En contra de lo que se pensaba, estos escarabajos no son el resultado de dos ramas distintas que han terminado por tener grandes similitudes. Son el resultado de la evolución de un único grupo, lo que da idea de su capacidad para adaptarse.

Aún quedan muchos estudios por realizar para poder mejorar la lucha contra estos animales y las enfermedades que transmiten, pero al menos el camino está más claro.


Fuente: Yahoo! España
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