¿La Virgen María apareció en Costa de Marfil? (Parte I)
Las apariciones de la virgen María eran tan frecuentes en los siglos XIX y comienzos del XX como lo son ahora, en pleno siglo XXI, las visiones de ovnis. Entre los que creen y los que no creen se da una curiosa coincidencia: ambas corrientes de opinión destacan que estas manifestaciones suelen darse en períodos de hambrunas, crisis social o entre guerras, aunque los primeros creen que son el efecto (las apariciones transmiten un mensaje) y los segundos la causa (las crisis generan tales visiones).
Que desde principios de abril comenzaran a circular noticias de apariciones marianas en Costa de Marfil, un país en guerra desde 2002 con un norte musulmán y un sur cristiano, no debería extrañar. Según cálculos de 2008, el 38,6% de los marfileños es musulmán, seguido por un 32,8% cristiano, un 11,9% animista y un 16,7% sin religión.
Desde el pasado 11 de abril, la situación en el país africano dio un vuelco cuando el líder opositor que reclamaba haber ganado las últimas elecciones, un dirigente político de origen musulmán que había sido director para África del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alassane Ouattara, derrocó al presidente en ejercicio, Laurent Gbagbo, con el apoyo de la Francia de Nicolás Sarkozy y de las Naciones Unidas. Por aquellos días, las tropas de Ouattara fueron acusadas por la masacre de casi un millar de civiles en la zona de Duèkouè, al oeste del país, donde en este momento más de 30 mil cristianos viven hacinados en la Misión Salesiana Santa Teresa del Niño Jesús.
Días antes del estallido de la situación en Abidján, capital administrativa del país, una joven musulmana juró haber visto moverse a la estatua de la Virgen María, ubicada en el acceso de catedral de Saint Jean-Marie. Aquí tampoco corresponde ver una contradicción entre las creencias católicas y las musulmanas: la madre de Jesús no solo es la mujer más importante del Corán sino que también postula la milagrosa concepción de María.
Durante aquellos días de persecución y escape, tanto los rebeldes musulmanes, que entraron a sangre y fuego, como la minoría católica, que se replegó a la defensiva, podían disputarse el apoyo de la virgen María. La trágica matanza de Duèkouè, donde cientos de seres humanos fueron asesinados por la espalda y enterrados en fosas comunes, la vergonzosa caza de cristianos para impedir que se refugiaran en templos católicos y cristianos, acompañó el clima de zozobra reinante en el continente negro.
La nota que desbordó los noticieros habría tenido lugar en las inmediaciones de la catedral de Saint Jean-Marie. Hasta donde se sabe, ningún medio local abordó rigurosamente la cuestión, pero según las crónicas el 20 de abril, un día antes de Semana Santa, la virgen se manifestó ante una multitud que, deslumbrada, comenzó a filmar y a sacar fotos con sus teléfonos móviles. Una de esas filmaciones, acaso la que más circuló en Internet, muestra a una especie de figura que flota entre dos árboles y un intenso estallido de luz, que el espectador desprevenido puede atribuir a un prodigio celeste si nadie le avisa que esa luz corresponde al Sol.
(Este video conduce a otro link donde se advierte que comienzan a aparecer "análisis" donde las imágenes son manipuladas).
Analizar este fenómeno es recordar al periodista Quim Monzó, quien escribió en el diario La Vanguardia: "…hemos pasado de la concreción figurativa (la virgen María) a la cosa abstracta (una luz indefinida y parlante). Ese paso del figurativismo a la abstracción explicaría por qué, en un proceso paralelo al de la evolución del arte plástico, hace cien años la virgen se manifestaba sin problema y, en cambio, ahora apenas lo hace. Conviene también notar cómo, a medida que disminuyen las apariciones de la virgen, aumentan las de extraterrestres, mucho menos figurativas y que, a veces, son una pura concentración de luz".
"Pura concentración de luz", ni más ni menos. La credibilidad del video es imposible de determinar. Nadie sabe quién filmó las escenas. Tampoco parece sencillo definir si el griterío de histeria es el original. Tampoco sabemos si aquella "silueta" no fue insertada con un programa de arte digital. Por lo demás, cuando los rayos solares saturan la lente, causan un reflejo semejante al que vemos en el video.
Los escépticos tienen otro argumento. Dicen que es poco probable que, si la Madre de Dios quiso hacer una exhibición en el cielo de África, tuviera tan poco aprecio por la sensibilidad ocular de los testigos. Ensañándose, de paso, con los más devotos: a mayor fe, más voluntad de mirar al Sol (que es la evidente fuente luminosa que muestra el video).
Mientras que la hipótesis que mejor parece encajar con la situación marfileña pretende que la virgen María quiere evitar una guerra civil, cobra fuerza un "contrarrumor" llamado Proyecto Blue Beam, cuyo objetivo sería desarrollar tecnología holográfica de alta resolución para crear "falsos milagros" que permitirán engañar a la población. Otro video, supuestamente tomado en el mismo sitio, muestra un haz de luz que refuerza esta creencia:
Desde luego, este "famoso proyecto secreto" (nótese aquí el oxímoron, u obvia contradicción) no se basa en el menor dato susceptible de corroboración. Es, apenas, un rumor conspiranoico.
Pero cada vez que un fenómeno luminoso más o menos ambiguo cobra cierta notoriedad, allí están los denunciantes del Blue Beam viendo el accionar de esa sigilosa (pero bien publicitada) arma de la NASA incluso en casos donde esa conjetura es innecesaria, ya que refiere a la observación o filmación de efectos que se pueden explicar como destellos de luz solar en la lente de la videocámara o la cámara fotográfica, reentradas atmosféricas, lanzamiento de misiles, fraudes, etc.
Por lo demás, parece poco práctico proyectar en el cielo hologramas tridimensionales de dioses, platos voladores o criaturas mitológicas. Máxime cuando es mucho más fácil editar una buena filmación con la ayuda de un par de programas de efectos especiales y cierta imaginación para unir con estilo impactante sonidos e imágenes de diversa procedencia.
El debate queda abierto. Pero esta historia continúa.
Alejandro Agostinelli es periodista y editor del blog Factor 302.4