Un jurado popular absuelve al hombre que mató a una ‘escort’ por no acostarse con él

Un arma como la usada por Ezekiel Gilbert (Shutterstock)
Un arma como la usada por Ezekiel Gilbert (Shutterstock)

Ezekiel Gilbert y Lenora Ivie Frago tuvieron, en la Nochebuena de 2009, una de las peores citas de la historia: él, un texano de entonces 26 años, la había encontrado a ella, una escort profesional de 23 años, a través de la web Craiglist, donde ciudadanos individuales ofrecen todo tipo de bienes y servicios. En este caso, Frago ofrecía su compañía y los dos acordaron que esta valía 150 dólares por unas horas.

El acuerdo parecía así de los más anodinos y nada indicaba que la cosa iba a acabar en el peor estilo texano: cuando Lenora se negó a tener relaciones sexuales con Gilbert, este sacó una pistola y le disparó en el cuello. La mujer quedó paralizada y, meses después, murió de complicaciones relacionadas con el incidente.

Y la historia hubiera pasado a engrosar el triste historial penal del mundo de las escorts de no ser porque esta semana, un jurado popular en Texas ha absuelto a Ezekiel de todos los cargos a los que, obviamente, se tuvo que enfrentar tras haber provocado la muerte de la joven.

El delirante razonamiento es que, en ese Estado, es legal recurrir a la fuerza y provocar con ella la muerte si es para evitar el robo de propiedad privada, siempre y cuando esto suceda de noche.

Esa, al menos, es la ley. El precedente que asienta el veredicto es que es legal matar a una escort si ésta se niega a mantener relaciones sexuales con quien la ha contratado.

Y ese fue el eje de la defensa de Gilbert: le había dado el dinero a Frago para recibir favores sexuales y ella se fue sin cumplir su parte del trato y le dio el dinero a su manager un poco antes de que él sacara el arma.

La acusación sostuvo durante el juicio que este ángulo era una perversión de la ley texana, que había sido aprobada por ciudadanos de bien, no quienes intentan forzar a otros a prostituirse. El equipo de Gilbert replicó que el término prostitución era, en este caso, una argucia para robar el dinero del acusado, que además no pretendía matar a Frago, sino que había sido un accidente.

"Siento de veras la muerte de la señorita Frago", explicó Gilbert, que tras conocer el veredicto, se abrazó, lleno de alegría, con sus abogados. "He pasado estos últimos cuatro años en un infierno psicológico. Tengo pesadillas. Si en televisión veo armas y gente morir, cambio el canal".

Fuente: Yahoo! España
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