Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Ten un poco de vergüenza ajena, mujer. Tápate los kilos de más.

Fíjense bien en esta fotografía. ¿Qué ven? Es una mujer que hace poco ha dado a luz. ¿Hay algo que les ofenda?

Mujeres que presumen de cuerpazo tras el parto.
Mujeres que presumen de cuerpazo tras el parto.

Y ahora fíjense en esta otra imagen. También de una mujer que hace poco ha dado a luz. ¿Qué ven? ¿Hay algo que les ofenda?

A Hannah Moore le cerraron su cuenta en Instagram por esta fotografía.
A Hannah Moore le cerraron su cuenta en Instagram por esta fotografía.

Mismas imágenes, diferentes cuerpos. Sin embargo, a una de sus autoras -y propietaria del cuerpo- le han bloqueado la cuenta en Instagram Seguro que adivinan cuál.

¿A que sí?

Porque se puede lucir carne, ¡claro que se puede! mientras esa carne esté prieta y turgente. Se puede lucir carne mientras esa carne sea joven y tersa. Se puede lucir carne mientras esa carne excite. Pero cuidado si esa carne es de mujer real.

Cuidado si esa carne es de alguien que aún no se ha recuperado del parto. Cuidado si esa carne está aún deformada por el embarazo –por la explosión que los embarazos son para los cuerpos de las mujeres-. Cuidado si está llena de estrías, o con la grasa aún desbordando por los flancos.

Porque entonces ese cuerpo molesta. En este mundo en el que sólo se puede lucir piel de Photoshop, las carnes reales hacen daño a la vista. ¡Quita esa cosa fea de ahí, hombre, quita esa cosa fea, que me duele la vista!

“Quise subir esa fotografía a Instagram” ha contado su autora, “para mostrar que había tenido gemelos, y lo poco segura de mí misma que me sentía; cómo las relaciones habían cambiado y lo difícil que es incluso encontrar ropa que me guste con este cuerpo”.

Una mujer real en un mundo real. Como muchas -como casi todas- de las que están leyendo estas líneas. Pero para Instagram, algo que no tenía derecho de estar allí. Cuenta bloqueada. (tras la polémica, Instagram se justificó explicando un extraño error técnico justo con esa usuaria y justo al poco de subir la fotografía. ¿Demasiadas coincidencias?)

A Miley Cyrus no le han bloqueado la cuenta en Instagram, no.
A Miley Cyrus no le han bloqueado la cuenta en Instagram, no.

¿Qué mensaje estamos mandando? ¿Qué sólo lo perfecto puede mostrarse? ¿Qué sólo la belleza y la armonía y la tersura son dignos de aparecer en las redes sociales? ¿Qué el noventa y nueve coma noventa y nueve por ciento de la población no debería ni ir en traje de baño a la playa? ¿Cuántas veces han pensado eso de “ésta mejor tapadita, ¿no se ha visto en un espejo?, que venga a la playa en chándal y no se lo quite?"

La chica de la foto censurada tiene 20 años. Y había dado a luz a gemelos.

¡Ya está bien de tanta presión social!

¿Nos molestan los kilos de más tras el embarazo? El cuerpo es sabio, y acumula grasa para la lactancia, asegurando así la supervivencia del recién nacido. Además, ¿cómo no va a irse esa grasa a partes extrañas de nuestro cuerpo, si el bebé ocupa toda nuestra zona abdominal y hace que nuestro estómago e intestinos estén casi en la garganta?

Por favor, ¡basta ya de titulares del tipo “la actriz tal está espectacular sólo cuatro semanas después de dar a luz, como si no hubiera pasado un embarazo por ella”. ¡Cuánto daño hacen al resto de mujeres.

¿Nos molestan las estrías? Pues las tienen la mayoría de mujeres. Nuestra carga hormonal nos hace propensas a ellas –pubertad, embarazos, menopausia-, y son imposibles de disimular. Son marcas de guerra. Pero claro, tenemos que ser estéticamente perfectos. Si no, mejor tapaditos.

La campaña Mujeres Tigre quiere dar un empujón de autoestima a las mujeres con estrías. Decenas de ellas están subiendo a las redes sociales imágenes de su piel rota. Soy mujer. Tengo estrías. ¿Y qué? ¿Y qué? Pues lean algunos de los comentarios. Lean. “Curioso artículo haciendo apología de lo antiestético. Hay que saber estar y tener sentido de la oportunidad, evitando no molestar a los demás. Hay que ser poco generoso para imponer sí o sí al resto la visión de las propias imperfecciones. Y lo saben”.

Claro. Lo no perfecto, al armario. ¿Verdad? Mejor escondido. Que no se vea.