Médico diagnosticaba cáncer a pacientes para cobrar al Medicare
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Una estafa multimillonaria se ha destapado en Michigan, con ramificaciones que tocan los ámbitos de la práctica médica, las finanzas y, sobre todo, la vida y la salud de muchas personas.
El doctor Farid Fata, oncólogo de 48 años que opera la empresa médica denominada Michigan Hematology Oncology PC, fue acusado de diagnosticar con cáncer a pacientes que no lo padecían para aplicarles costosos tratamientos y luego cobrárselos a Medicare. Tan sólo en dos años, Fata habría cobrado $35 millones en este concepto, según reveló la televisora local WXYZ. Pero los diagnósticos eran falsos o las terapias no eran médicamente necesarias. Fata fue arrestado y se encuentra en prisión con una fianza de $170,000.
Fata tiene varias clínicas de Michigan Hematology Oncology en el área de Detroit. En el sitio web de esa entidad se señala que “Michigan Hematology Oncology es una práctica médica privada dedicada a proveer el más alto nivel de cuidado” y añade que “tener a un médico en tu esquina que es compasivo… y estricto puede significar un mundo de diferencia”. Algo muy diferente a la cruel y codiciosa imagen que se desprende de su acusación de fraude.
Pero más allá de los halagos autoconcedidos en sus páginas web, según la acusación Fata habría realizado fraudes de modo sistemático para defraudar a Medicare enviando facturas por tratamientos de quimioterapia que no eran necesarios o incluso habría diagnosticado cáncer a pacientes sólo para aplicarles esos costosos y severos tratamientos.
En ciertos casos, esos pacientes no tenían cáncer o ya estaban recuperándose y por ello no requerían más quimioterapia. Otros padecían el cáncer en estado avanzado y no tenían ya posibilidad de curarse, por lo que el tratamiento tampoco era médicamente necesario. Con todo, en esos casos, Fata los habría sometido a quimioterapia –con todos los efectos negativos y el deterioro que esto implica- solo para cobrarle millones a Medicare.
Además, el médico creó una fundación denominada Swan for Life Cancer Foundation, dedicada a “celebrar a los sobrevivientes de cáncer y a proveer apoyo, educación y servicios de bienestar a pacientes con cáncer, sus familiares, amigos y proveedores de cuidado de salud en el sureste de Michigan”, según se lee en el sitio web de esa fundación. Desde luego, Fata recibía donaciones para esas tareas.
Aún no está claro si existe una conexión entre la fundación y los delitos de los que se acusa a Fata, aunque la televisora WXYZ descubrió que la misma no tiene oficinas en el lugar donde dice estar ubicada. La credibilidad, tanto de su empresa médica como de la fundación, ha recibido un severo golpe. De comprobarse las acusaciones, se trataría de un caso criminal realmente notorio de falta de escrúpulos y de ética médica en aras del enriquecimiento fácil.