En la mente de Ryan Brunn, violador y asesino de una niña

Una tarde de principios de diciembre, una niña de siete años dejó a sus amigos en el parque para ir a por bebidas. De camino, pasó por las obras de una urbanización de su barrio, en el condado Cherokee de Georgia (Estados Unidos). Allí, Jorelys Rivera notó que alguien le hacía una foto. Era uno de los obreros, que le pedía que se acercara. Ella lo hizo. Acto seguido, fue violada, apaleada, degollada y hallada tres días más tarde por la policía.

¿Será posible que salga algo bueno de semejante historia?

Joselyn Rivera, en la foto que se distribuyó durante la búsqueda de tres días por su cadáver (AP Photo/Cherokee County Sheriff’s Department)
Joselyn Rivera, en la foto que se distribuyó durante la búsqueda de tres días por su cadáver (AP Photo/Cherokee County Sheriff’s Department)

Hay criminólogos que, con el debido respeto, creen que sí. Porque ese obrero, un veinteañero llamado Ryan Brunn, hizo una de las cosas menos frecuentes en la gente de su calaña: accedió a ser entrevistado desde la cárcel durante tres horas para explicar qué se le pasaba por la cabeza en esos momentos. Una ventana estremecedora a la mente de un asesino. Una oportunidad única. Y un ejercicio devastador. Dos días después de la entrevista, Brunn se suicidó en su celda con una sudadera gris. ¿Tan grave fue lo que dijo?

"No tenía intención de matar a un niño", cuenta Brunn. "No he hecho nada parecido en mi vida. Solo pensaba, '¿me van a pillar?'. Me había vuelto tan loco que me dejé los guantes y las ataduras de plástico en el suelo". Ese despiste fue lo que provocó su detención.

En la entrevista, Brunn contó que solo se dio cuenta de que tenía que matar a la niña cuando ésta le pidió ir al baño. "Sé que es duro de decir, pero creo que lo que pasó no hubiera ocurrido si no hubiera ido a baño", dijo.

Ryan Brunn, momentos después de su ingreso en prisión (AP Photo/Courtesy of the Cherokee Sheriff’s Department)
Ryan Brunn, momentos después de su ingreso en prisión (AP Photo/Courtesy of the Cherokee Sheriff’s Department)

Los interrogadores también le preguntaron cómo la niña se había hecho los cortes en la cara: "¿Estabas reuniendo valor para cortarle el cuello, para forzarla o para torturarla?", le dijo uno de los agentes. "Es una de las tres y no sé cuál. Pero quiero saberlo". "Está hecho y ya está", contestó Brunn. "Ya he ido a juicio. Pero no sé cómo pasó eso".

Tampoco sabía por qué eligió a Rivera como víctima: "Me arrepiento de todo lo que hice. Ojalá siguiera trabajando. Ojalá pudiera ver a los Giants en la Super Bowl. Pero sé que no voy a poder hacer nada de eso".

Efectivamente. A los dos días, apareció muerto. Y los Giants ganaron la Super Bowl.

Fuente: Daily Mail