El siniestro regalo que esperaba a Adam Lanza

Ha pasado casi un año y Estados Unidos aún intenta recobrarse de la brutal matanza en la escuela de Sandy Hook en Connecticut en la que murieron 26 personas, 20 de ellas niños, a manos de Adam Lanza, un joven de 20 años que tenía trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad y síndrome de Asperger.

Pero esta tragedia dejó muchos interrogantes en el imaginario colectivo que ahora el informe hecho público por la fiscalía del estado de Connecticut trata de resolver. Y los detalles, lejos de tranquilizar, asustan, ya que la obsesión del joven por las armas y por los tiroteos escolares hacían prever un final como el que ocurrió.

Una de las principales claves del caso es la relación que Lanza guardaba con su madre, la que a la postre se convirtió en su primera víctima en su carrera de destrucción y muerte ese funesto 14 de diciembre de 2012.

La investigación ha dado a conocer que Nancy Lanza le iba a regalar por Navidad a su hijo un cheque para comprar una pistola. Era frecuente que ambos hicieran prácticas de tiro y recibieran clases de cómo manejar el rifle de forma segura. La madre lo utilizaba como una forma de compartir momentos con Lanza, un joven bastante solitario y retraído.

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La relación entre madre e hijo estaba lejos de ser la ideal; al contrario era distante y fría. A pesar de vivir en la misma casa, solo se comunicaban por correo electrónico y Nancy tenía prohibido absolutamente entrar en la habitación del joven o poner el árbol en Navidad, por ejemplo. Incluso se tuvo que deshacer de un gato porque Lanza no lo quería en la vivienda.

Tras los asesinatos de Sandy Hook, muchos culparon a la madre por no haber reaccionado a tiempo, viendo que el joven presentaba unos desórdenes de tal calibre, que era necesario que recibiese tratamiento urgente, sin embargo Lanza siempre lo rechazó.

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También se criticó a Nancy por haberle enseñado el manejo de las armas, ya que el asesino utilizó los rifles de ella para perpetrar la matanza, aunque se desconoce dónde los tenía guardados.

A pesar de que no se temía que Lanza fuera violento, lo cierto es que estaba obsesionado con los tiroteos escolares y había recopilado información sobre varios que se habían producido en los últimos años como el del instituto Columbine (Colorado) en 1999, e incluso de uno que ocurrió en 1891, hace más de 100 años.

Lo que no ha podido determinar con precisión la investigación es por qué lo hizo Adam Lanza; cuál fue el desencadenante para que ese día de diciembre cogiera los rifles, asesinase a su madre y se encaminase a la escuela de Sandy Hook para realizar su matanza. Las respuestas a estas preguntas solo las sabía el joven y con su muerte quedaron enterradas para siempre.

Fuente: Yahoo! España
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