El Papa, las profecías y otro fin del mundo
El mundo no estalló el año pasado. ¿Recuerdan la famosa profecía de los mayas? Puras pamplinas. Pues ahora los agoreros renuevan sus votos por la pronta llegada del Armagedón, como si ansiaran la destrucción de nuestro planeta. La súbita renuncia del Papa Benedicto XVI ha hecho saltar la chispa para esta nueva llamarada profética que supuestamente nos abrasará a todos.
El Sumo Pontífice ha sorprendido a casi todo el mundo con su inesperada resignación. En un comunicado oficial, el líder de la Iglesia Católica ha confesado que su avanzada edad, 85 años, le ha restado las energías suficientes para realizar su misión. El vigor “ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”, afirma.
Un espectador de los asuntos eclesiásticos podría encogerse de hombros ante la noticia, porque a fin de cuentas la sucesión de los Papas ha ocurrido en los últimos siglos con natural regularidad, salvo algunas excepciones como la muerte misteriosa de Juan Pablo I, el fugaz antecesor de Juan Pablo II. Pero los conocedores de antiguas predicciones han visto en este hecho otro signo del cercano final. Benedicto XVI podría ser… ¡el penúltimo Papa!
La principal fuente de esta nueva versión del Fin del Mundo proviene de San Malaquías, un obispo irlandés nacido en 1094. Según cuenta la biografía escrita por San Bernardo, este piadoso pastor viajó a la Santa Sede entre 1139 y 1140. Al parecer la floreciente corrupción observada en la ciudad eterna le inspiró una serie de profecías sobre los sucesores de Celestino II (Pontífice entre 1143 y 1144) hasta nuestros tiempos, una lista en la cual Benedicto XVI ocuparía el lugar 111.
Después de monseñor Joseph Ratzinger, de acuerdo con La Profecía de los Papas de Malaquías, “durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo. El Fin.” ¡Qué terrible augurio para los habitantes de la espléndida capital italiana! Como si no bastasen todos los nubarrones que oscurecen el cielo europeo para recibir, enhoramala, este vaticinio.
El libro de las profecías de San Malaquías, mencionado por primera vez en 1559, y publicado en Inglaterra en 1969, describe con breves frases simbólicas a cada uno de los inquilinos de la Santa Sede. Benedicto XVI es descrito como Gloria del Olivo, una supuesta alusión a la rama de olivo que corona el escudo de la Orden de los Benedictinos.
Al coro de augurios no podría faltar el llevado y traído Nostradamus, quien habría adivinado el ascenso de un Papa negro, el último antes del Apocalipsis. Esta profecía también ha sido relacionada antes con la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, la cual desataría una guerra civil y otros terribles males para la nación norteamericana. Al menos hasta el presente escasean los indicios de que algo semejante ocurrirá en el futuro próximo.
Volviendo al Papa negro, uno de los candidatos a suceder a Benedicto XVI sería Peter Turkson, de 64 años, cardenal nacido en Ghana y presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz. En declaraciones a la prensa en octubre de 2009, el prelado africano coqueteó con la idea de convertirse en el primer Sumo Pontífice no blanco de la historia de la Iglesia Católica. “Si Dios quisiera ver un hombre negro también como Papa, ¡pues gracias sean dadas a Dios!”, exclamó luego de recordar la ascensión de Obama como primer mandatario negro de Estados Unidos.
Esperaremos entonces a que el Cónclave –reunión de cardenales en Roma—decida a inicios de la primavera quién será el sucesor de Benedicto. Y después… será el fin de las especulaciones o quizás... el verdadero fin del mundo.