El faro en la roca: la isla más pequeña del mundo

Las islas Sorlingas (Isles of Scilly) son un grupo de alrededor de 50 pequeños islotes y rocas situados en su mayoría al suroeste de Cornualles, el extremo suroccidental del Reino Unido. Bañadas por el mar Céltico, solo cinco de ellas —St. Mary's (la mayor), Tresco, St. Martin's, Bryher y St. Agnes— están habitadas, pero cuatro millas al oeste del archipiélago, está la más pequeña de todas, reconocida por el libro Guinness de los récords como la más pequeña del mundo: Bishop Rock (la roca del obispo), donde cuenta la leyenda que en tiempos históricos los criminales condenados eran abandonados —con pan y agua— hasta su muerte.

Aunque su tamaño es minúsculo, la isla gana protagonismo en las tablas y rutas marítimas, ya que es el junction point (empalme) para calcular la distancia total entre los puertos de New York (EEUU) y Le Havre (Francia), y el punto oriental que une las costas americanas y el Mar Caribe con el Canal de La Mancha. Su superficie de 100 a 130 metros cuadrados está casi en su totalidad ocupada por un faro que se apoya sobre un escarpado peñasco de 46m de profundidad, pero antes de que el faro fuera instalado, los barcos se destruían en pedazos por las rocas que se esconden bajo el mar, incluyendo el escuadrón del almirante Sir Cloudesley Shovell de la flota británica en 1707, donde murieron 2,000 marineros.

Como al oeste no hay más tierra (hasta la costa americana) el faro está expuesto a toda la fuerza de las tormentas atlánticas, por lo que James Walker, ingeniero del Trinity House (organismo regulador de las ayudas a la navegación de Inglaterra y Gales), estaba en contra de la construcción de una torre de granito sólido, argumentando que el borde de la roca era demasiado pequeño y los elementos climáticos muy poderosos (demostró que las presiones del viento excedían las 7,000 libras por pie cuadrado y que el área era azotada anualmente hasta por 30 tormentas).

En 1847 se decidió erigir un faro mediante una innovadora técnica llamada screw-pile, que consistía en hundir patas de hierro fundido en el granito sólido, reforzado y fijado con vigas de hierro forjado. El principio era que el mar corriera libremente entre los pedestales, en lugar de que la maciza torre de mampostería actuara como un rompeolas. Dos años más tarde se procedió al segundo paso: la instalación de los equipos de iluminación; pero la noche del 5 de febrero de 1850, antes de que pudiera completarse la siguiente etapa, una fuerte tormenta arrasó con toda la estructura.

Sin desanimarse luego del primer intento fallido, James Walker retomó la idea de la torre con base de granito. Después de examinar el sitio, eligió el cimiento para la base de 10 metros de diámetro donde fijó cada bloque —con un peso de una a dos toneladas— en la posición preseleccionada, y luego de siete años de trabajo se terminó la torre de 2,500 toneladas. La luz del faro se encendió por primera vez el 1 de septiembre de 1858.

En 1881, después de que el ingeniero civil inglés Sir James Douglass hiciera una inspección detallada de la torre, se decidió fortalecer la estructura y aumentar 12 metros la elevación de la luz. El proyecto fue bastante complejo ya que implicaba la construcción de un nuevo faro en torno al antiguo, y se completó en octubre de 1887. El peso del granito adicional fue 3,200 toneladas, lo que hace un peso total de 5,700, y la altura alcanzó los 44 metros sobre el nivel del mar.

Por lo difícil que se hacía el acceso por mar a la isla, Trinity House decidió construir un helipuerto sobre el faro en 1976. Los últimos guardianes de Bishop Rock abandonaron la isla en diciembre de 1992, cuando se automatizó el funcionamiento del faro.