¡Cuánta agua en una hamburguesa!

Aunque usted no lo crea, cada vez que come una hamburguesa se está bebiendo 2.393 litros de agua… esto es, en otras palabras, todo el líquido que necesita su cuerpo en unos dos años. Pero, ¿dónde se oculta tanta agua? ¿De qué manera podríamos evitar ese derroche cotidiano?

Según una campaña de la organización europea Generación Awake (o Generación Despierta), la mayor parte del consumo de agua proviene de la producción agrícola. En cambio, la proporción empleada en las industrias y en los hogares representa en conjunto menos del 10 por ciento del total. Sin embargo, nuestra "huella de agua" se extiende mucho más allá de los usos domésticos, pues cada producto que compramos esconde una larga cadena líquida.

Citemos algunos ejemplos de la Guía del Agua de Awake:

- Una simple rebanada de pan es igual a 48 litros de agua. La razón fundamental: el regadío en los campos de trigo, imprescindible para sostener los cultivos.

- ¡Unos jeans equivalen a 9.982 litros de agua! Además del uso en las plantaciones de algodón, también se necesita agua en la confección, el desteñido y finalmente en la primera lavada.

- Un kilogramo de carne de filetes de res oculta 15.415 litros de agua, utilizados en la alimentación de los animales, en especial cuando esta depende del maíz y la soja. Por esta misma razón un par de zapatos de piel representan 8.547 litros.

Aunque Generación Awake no pretende que dejemos de comer pan, carnes o vestirnos con los cómodos jeans, sí recomienda alternativas para hacer más sostenible este consumo. Lavar la ropa con menos frecuencia, adquirir productos agrícolas etiquetados como biológicos, cocer patatas en vez de arroz, cambiar el menú de la hamburguesa tradicional por otra de vegetales o pollo, cultivar nuestras hortalizas…

Si bien disponemos de enormes cantidades de agua en el planeta, casi toda se agita en los océanos. Apenas 2,5 por ciento fluye en glaciares, nieves perpetuas, el agua subterránea, los ríos, lagos y otras fuentes menores. La contaminación de esta reserva mundial y su utilización intensiva ya amenazan la sobrevivencia de no pocas comunidades. Entonces, cuando pida la próxima hamburguesa, recuerde que está disfrutando de un recurso natural abundante, pero no infinito.