¿Quién sabe más cosas sobre tu hijo? ¿Tú, o la niñera? Un demoledor video que te hará pensar

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El video es terrible.

El título ya avanza algo: "Mamás y criadas". Como si fuera una guerra.

Y con los hijos de por medio.

Entrevistados por separado, mamás, asistentas e hijos, tuvieron que contestar a las mismas preguntas sobre el día a día y los gustos de los niños.- "Creo que mi hija quiere ser ingeniera", dice la mamá.

- "Creo que ella quiere ser princesa", dice la asistenta, en otra entrevista por separado.

¿Adivinan qué quiere ser la niña? - "Princesa", claro, dice ella feliz.

- "Creo que mi hijo aún no sabe qué quiere ser de mayor", cuenta otra madre.

- “Piloto, creo que quiere ser piloto”, dice la asistenta.

Y, efectivamente, el niño lo confirma -“Quiero ser piloto cuando crezca”.

- “Su asignatura preferida… creo que el inglés”, aventura una madre.

- “El chino”, contesta, segura, otra asistenta.

- “El chino”, dice contundente el niño.

¿Quién es la mejor amiga de tu hijo/a en el colegio? ¿Le gusta algún chico/a? ¿Qué hace cuando tiene pesadillas por la noche? Las asistentas vapulearon a las madres. Tuvieron un 74 por ciento más de respuestas correctas que las mamás.

¿No deberíamos pasar más tiempo con nuestros hijos?, concluye, demoledor, el video, que forma parte de la campaña singapurense “I Give a day off”. En ese país asiático trabajan 225.000 empleadas domésticas –en un país de cuatro millones y medio de habitantes-, la mayoría lo hace sin descanso, los siete días de la semana. “Démosle a las empleadas domésticas los días libres que la ley les concede. IGIVEADAYOFF.ORG”.

Muy bien. El video apunta y dispara sobre las condiciones de semi-esclavitud en las que muchas familias de Singapur tienen a sus empleadas domésticas, y lo hace dando donde más duele: en los hijos. Pero, ¿por qué sólo culpabiliza a las madres? ¿Por qué sólo son las madres las que no saben qué quiere ser su hijo de mayor, o quién le gusta en clase, o cuál es su asignatura preferida? ¿Y los padres? ¿Dónde están los padres?

Ya está bien de hacer sentir culpables a las madres. Bastante culpables nos sentimos nosotras mismas. Un hijo, señoras y señores, es de dos personas.