El elusivo calamar vampiro, capturado en vídeo

This frame grab from an underwater video shows a vampire squid in a typical feeding position, drifting horizontally in the deep sea with one of its filaments extended.

Que un grupo de investigadores detecte una especie animal rara – en el sentido de poco común – puede ser noticia o no, dependiendo de muchas cuestiones. Por ejemplo, si es una especie nueva, o aparece en un hábitat nuevo. O si se creía extinta. Eso sí, si al animal se le ha dado un nombre llamativo, puede resultar interesante. Y pocos nombres más sugerentes que el de calamar vampiro.

Este es el nombre del cefalópodo que fue grabado en vídeo recientemente en las aguas del Golfo de México. El nombre científico es aún mejor: Vampyroteuthis infernalis, literalmente “calamar vampiro del infierno”.

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Se trata de un animal muy interesante. Empezando por su aspecto, realmente único. Parece una mezcla entre un calamar y un pulpo. Tiene ocho brazos, pero no éstos no son independientes y están conectados entre sí por un tejido que recuerda a una capa. Además, los apéndices están recubiertos de cirros, unas espinas carnosas que le dan un aspecto amenazador.

A pesar de su aspecto y su nombre, este animal no representa ningún peligro para los humanos. Ni tampoco se alimenta de sangre. De hecho, es un carroñero que se nutre de cadáveres en descomposición y de “nieve marina”, pequeños restos de materia orgánica que flotan en la columna de agua.

Otro dato curioso son sus ojos. Si comparamos el tamaño de su cuerpo y el de sus órganos visuales, son los de mayor tamaño relativo del reino animal. Y como en otras cuestiones, están a medio camino entre los de los calamares y los pulpos.

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Que es su posición dentro del árbol de la vida, justo a medio camino entre un tipo y otro de cefalópodos. Serían los descendientes del grupo del que se diferenciaron teútidos (calamares) y los octópodos o pulpos.

Se podrían explicar muchas características interesantes de estos animales, aparte de las ya comentadas. Pero si hay que quedarse con una, serían los fotóforos. Se trata de órganos que producen luz, y que estos animales son capaces de controlar hasta el punto de producir pulsos de luz o flashes relativamente intensos.

Por todas estas razones, el hecho de haber podido detectar y grabar a este animal es una noticia interesante. Pero si además sirve para reconocer el trabajo de EVNautilus, una organización dedicada a estudiar el impacto de la contaminación en el Golfo de México, resulta aún más interesante.

La fuente original de la noticia, donde yo me enteré, aquí.