Ryan García, el boxeador que todos quieren por ser garantía de millones, no por su talento

Ryan García el pasado 2 de diciembre en su pelea ante Óscar Duarte. (Carmen Mandato/Getty Images)
Ryan García el pasado 2 de diciembre en su pelea ante Óscar Duarte. (Carmen Mandato/Getty Images)

Ryan García se ha convertido en una estrella del boxeo con una particularidad: todavía no consigue un campeonato del mundo. Con 25 años, el King cuenta con una fama que no corresponde a sus logros. Ya no es una joven promesa, etiqueta con la que cargó desde su debut profesional hasta el combate del año pasado contra Gervonta Davis. Aquella pelea, celebrada en la T-Mobile Arena de Las Vegas, representó el fin del invicto de García. Fue el golpe más duro en su carrera, pero la popularidad de la que goza lo mantiene como un imán de taquillas a prueba de derrotas (según ESPN, aquel evento le dejó ganancias por unos 30 millones de dólares).

Y por eso es normal que su carta sea altamente cotizada entre los promotores del boxeo. Actualmente, García tiene un vínculo laboral con Golden Boy Promotions, empresa de Óscar de la Hoya. Durante muchos años la relación aparentó ser perfecta. De la Hoya cobijó a García en su camino a la consagración, pero todo estalló después de la pelea contra Davis. Las sensaciones tras la caída dejaron ver que la relación no era buena.

García se quejó días después: de la Hoya no había subido a mostrarle apoyo al acabar el combate y tampoco acudió a la conferencia de prensa posterior. De la Hoya replicó que él había sido clave para 'calentar' la promoción del combate (dijo en Twitter que, sin él, parecía un funeral) y que la derrota era culpa de García por aceptar la cláusula de rehidratación impuesta por el equipo de Davis. En junio de 2023, García presentó una demanda contra su promotor. Argumentaba que no se le habían respetado acuerdos promocionales (por ejemplo, pelear en diversas cadenas de televisión y no sólo en DAZN, socio de Golden Boy).

Igualmente, quería su carta de libertad, pues decía que su contrato vencía en el 2023, por haber firmado en 2016 (en California estos vínculos contractuales no pueden exceder los siete años). Sin embargo, García firmó de nuevo en 2019, por lo que quedó atado al contrato. Su regreso al ring se dio el pasado 2 de diciembre cuando noqueó en ocho asaltos al mexicano Óscar Duarte. Previo al combate, la tensión volvió a hacerse presente. De la Hoya habló muy bien de Duarte, insinuando favoritismo por él. Mientras Bernard Hopkins, socio de Golden Boy, dijo que él iba a decidir el futuro de García tras el combate.

García respondió con críticas a ambos. Dijo que él era el único que decidiría sus proyectos, y no Hopkins, y que de la Hoya no lo estaba apoyando. La respuesta de su promotor fue inmediata: "No me sorprende para nada, porque él tiene una mentalidad de niño. ¿Y qué pasa cuando le quitas un juguete a un niño? Empieza a llorar. Obviamente, no dice que yo le quité un juguete, pero no es maduro de la cabeza. Yo creo que esta va a ser una pelea difícil, fuerte, y veremos cómo va a reaccionar", dijo de la Hoya.

Hay múltiples planes interesantes para Ryan García en el camino. Es un peleador con futuro y atractivo para el negocio, aunque haya quedado claro que no pertenece a la élite plenamente. Y de la Hoya no lo va a soltar, más allá de las diferencias que han tenido. Al contrario. Lo cuidará.

Tras acudir a correr en Las Vegas con Floyd Mayweahter, quien le ha guiñado el ojo para promocionarlo, de la Hoya encendió alarmas: "Floyd, si quieres darle a Ryan el secreto de la defensa en el ring, genial. Aparte de eso, si todavía eres un promotor como dice aquí, vete a la mierda", escribió en Instagram. De la Hoya habló del futuro combate entre García y Rolando Romero, campeón AMB superligero, que será "un gran acontecimiento". Lo será, sin duda, aunque no necesariamente por términos boxísticos.

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