George Harrison: El rock bajo una mirada altruista

Víctor Hernández Ángeles

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 25 (EL UNIVERSAL).- El rock ya había sido rebelde, lascivo, contestatario, revolucionario, introspectivo, adictivo, idealista, psicodélico… pero le faltaba ser solidario y filantrópico. Y entonces George Harrison lo llevó con esa mira a una nueva etapa, la beneficencia.

A decir de la especialista Tere Chacón, designada por el museo de Liverpool The Beatles Story como Embajadora Global de la Beatlemanía, la organización del Concierto para Bangladesh, de 1971, es parte del gran legado de Harrison a la cultura, pues aprovechó la popularidad del rock para ayudar a personas desfavorecidas o afectadas por tragedias.

De igual forma, es recordado por ser un guitarrista extraordinario, que además de crear maravillosos sonidos musicales, introdujo instrumentos poco habituales al rock como el sitar; además, fue capaz de entender a dos genios como John Lennon y Paul McCartney, para que junto a Ringo Starr, crear melodías clásicas en la cultura pop, explica el profesor Carlos Nepomuceno Arias, del Taller de Guitarra de música popular, rock, blues, jazz, clásica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.

En lo que ambos expertos coinciden es que Harrison logró, con la organización del Concierto para Bangladesh, que el rock-pop se involucrara en ayudar, pues desde entonces esa solidaridad se ha replicado varias veces: el Live Aid fo Africa de 1985; el America: a tribute to heroes (2001) para recaudar fondos destinados a la primera línea de auxilio en los ataques terroristas del 11-S en Nueva York, o más recientemente el One World: Together at Home (2020), celebrado en plena pandemia del Covid-19 para apoyar al personal médico que combatía el mal.

George Harrison, quien nació un 25 de febrero de 1943 en Liverpool, Inglaterra, siempre fue un músico vanguardista que nunca se encerró musicalmente hablando en The Beatles, señala el profesor Carlos Arias, pues fue capaz de colaborar con artistas como Ravi Shankar (su mentor), Eric Clapton, Bob Dylan, Billy Preston, Leon Russell, y otros más. Ellos, junto a su compañero Ringo Starr, se presentaron en el Madison Square Garden de Nueva York en agosto de 1971, casi un año después de que publicara su más grande obra artística: "All Things Must Pass" (1970), considerada por especialistas como el mejor disco solista lanzado por cualquier otro integrante de The Beatles.

Harrison estaba en el punto más alto de su carrera solista cuando decidió ser altruista; en ese lapso se daba espacio para producir a otros artistas, como Badfinger, y colaborar con sus excompañeros; en ese 1971 a Ringo Starr le produjo su hit "It Don't Come Easy", y acompañó con su guitarra a John Lennon en varios temas de su disco "Imagine".

Pero alcanzar ese nivel artístico no fue sencillo para George, explica Tere Chacón, coautora junto a Arturo Espinosa y Marco Antonio Brito del libro De Rockeros y Beatleros Vol. 1 (Lebrí Editorial), ya que en sus años con The Beatles fue segregado creativamente, además de que fue tratado injustamente en la cuestión económica.

Los líderes de la banda, John Lennon y Paul McCartney, eran los principales compositores, y también eran quienes más percibían ingresos de los cuatro; Harrison resintió ese maltrato y escribió "Only a Northern Song", expresando su desencanto por la empresa de publicación de música Northern Song Ltd, donde John y Paul poseían un 15% de acciones mientras George era propietario sólo de un 0.8%.

Y en la parte musical, pese a que su guitarra fue vital para que las canciones de Paul y John adquirieran otra dimensión, explica el maestro Carlos Arias, sus composiciones eran despreciadas y el interés que ponían los líderes del grupo era poco o nulo, pese a que desde el inició George dio muestras de ser un autor competente, señala la también locutora Tere Chacón, y pone como ejemplo "Don't Bother Me", del disco With the Beatles. "Pero incluso John llegaba a burlarse de los temas que proponía Harrison, de manera hiriente, relegándolos o descartándolos", afirma Chacón.

En cuanto a Paul, éste lo trataba como músico de apoyo más que como un igual, ordenándole qué y cómo tocar, tal y como se observa en la filmación del documental Let It Be, donde Michael Lindsay-Hogg los capta discutiendo por unos acordes.

George, quien falleció de cáncer de pulmón el 29 de noviembre de 2001, fue quién más renegó de la locura de la beatlemanía al grado de sentirse aliviado cuando dejaron las giras en 1966 y fue el más feliz cuando la banda se disolvió en 1970.

Y es que mientras John y Paul se lanzaban puyas en el arranque de sus carreras solistas, Harrison los rebasaba tanto artística como socialmente. Y esa libertad creativa alejada de The Beatles le dio para fundar su propia productora cinematográfica, HandMade Films, con la que inició una trayectoria como productor ejecutivo de películas como Life of Brian (1979) y Shanghai Surprise (1986), donde actúan Madonna y Sean Penn.

George, quien sobrevivió a una terrible agresión en 1999, cuando una persona desequilibrada ingresó a su mansión y le propinó múltiples puñaladas, ataque del que fue rescatado por su esposa Olivia Harrison, de origen mexicano, con quien tuvo su único hijo, Dhani Harrison, dejó una larga lista de grandes canciones en su carrera, que a decir de los especialistas, son ya unos clásicos: "While My Guitar Gently Weeps", "Here Comes The Sun", "Something" (con The Beatles), "My Sweet Lord", "Give Me Love (Give Me Peace on Earth)", "What is Life", "Dark Sweet Lady", "Blow Away", "All Those Years Ago" (de su carrera solista), "Handle with Care", "End of the Line" (con los The Traveling Wilburys: Bob Dylan, Jeff Lynne, Roy Orbison y Tom Petty).