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Celebran a Ligeti en el marco de su centenario

José Quezada

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 29 (EL UNIVERSAL).- Para José Luis Castillo, director artístico del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea, nunca va a dejar de ser una aventura adentrarse en los repertorios de György Ligeti, cuyo centenario se celebró este domingo. Por más ciclos que se programen, siempre es necesario darle difusión al compositor austríaco que, en palabras de Castillo, marcó un final de partida en la música del siglo XX; que supo conjurar a la música textural y atmosférica y que dejó atrás ciertas vanguardias que, en su momento, revolucionaron la historia de las obras musicales.

"Es alguien a partir de quien merece la pena reflexionar: él supo determinar un punto final con Farben (Colores) de Arnold Schönberg; él convocó la escritura isorrítmica y cerró una discusión en torno al tiempo y al ritmo para comprobar si podían ser utilizados en los parámetros que él quería; conjuró la creación textural e hizo una ópera sin música dramática: es una figura capital, no sólo del arte del siglo pasado, sino de todos los tiempos", detalla Castillo, quien desde el año pasado ha estado en pláticas con el director de Música UNAM, José Wolffer, para realizar, desde abril y hasta septiembre, el ciclo Foco Ligeti —ya en 2022, ambas dependencias colaboraron en el ciclo por el aniversario de otro gran compositor: Iannis Xenakis.

Sobre el legado de Ligeti, Wolffer imagina a un escucha hipotético que nunca ha estado en contacto con su obra, pero que podría sentirse atraído, de forma inevitable, tras saber que colaboró con el cineasta británico Stanley Kubrick; que se introdujo al movimiento Fluxus, que le preocupó la exploración interdisciplinaria e hizo el Poema sinfónico para 100 metrónomos, obra cargada de humor que juega, de manera directa, con una tradición del siglo XIX: la de los grandes lienzos orquestales, a la manera de los de Richard Strauss.

Wolffer refiere un sentido del humor, que se reflejó en obras como la ópera "El gran macabro" y les abrió las puertas a los compositores de su tiempo, cercados entre la música serial y el minimalismo, para encontrar y seguir su propio camino. Fue, continúa, un personaje emblemático y singular y su plasticidad en la manera de abordar la creación, por ejemplo, en la imaginación que hay en Atmósferas y Lontano, obras de vasta influencia internacional, ha dejado huella en el trabajo de tres grandes compositores mexicanos del presente: Gabriela Ortiz, Jorge Torres Sáenz y Carlos Sánchez Gutiérrez.

Con la conciencia de este legado, la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam) y su director titular, Sylvain Gasançon, les han dado un papel central a los repertorios de Ligeti en cada uno de los programas de la segunda temporada del año. Justo este fin de semana se presentó, en el marco del centenario, el Lontano, en diálogo con dos obras que marcaron al compositor: Música para cuerdas, percusión y celesta, de Béla Bartók, y la Sinfonía núm. 5 en do menor, Op. 67, de Ludwig van Beethoven; el 10 y 11 de junio serán los siguientes dos conciertos dedicados a Ligeti con Iván López Reynoso como el director huésped elegido.

Por su parte, el Ensamble Cepromusic tiene en su programa, desde abril, las 11 obras ya mencionadas, más dos piezas de Conlon Nancarrow, compositor estadounidense, naturalizado mexicano, cuya exploración artística tuvo puntos de coincidencia con la de Ligeti, "uno de los primeros en hablar de la música de Nancarrow y decir: allá en México, metido en una casa en Las Águilas, hay un hombre que trabaja desde hace décadas con sus máquinas de perforación y sus pianolas, y hace música singular", abunda Wolffer.

Vale la pena subrayar que el Ensamble Cepromusic, año con año presenta ciclos monográficos, especializados en los grandes compositores contemporáneos, y que las 11 obras seleccionadas, distribuidas a lo largo de cuatro conciertos —explica Castillo— sólo pueden ser abordadas por ensambles: "A nivel técnico, musical, instrumental y vocal, es un compositor demandante. Los miembros del ensamble y los solistas invitados se enfrentan a tocar música compleja de forma sostenida. Son conciertos de alta exigencia, por mucho tiempo y muchos programas", dice el director.

Las próximas presentaciones del ensamblé serán el 9 de junio (Sala Manuel M. Ponce, Palacio de Bellas Artes, 19:00 horas) y 10 de junio (Auditorio MUAC, 12:00 horas), con el Concierto para violonchelo y orquesta, "pieza fascinante, hay quien habla de ella como "el anticoncierto". Además, se interpretará la Primera pieza para pequeña orquesta, de Nancarrow". El ciclo abarca la música de cámara, de orquesta, los cuartetos y las obras dramáticas: "Es un panorama, al menos, suficiente".

Para terminar, Castillo resalta que alguien como Stanley Kubrick, tan refinado en la relación entre música e imagen, acudió a Ligeti: "Es música de la espera y de la potencialidad".

Wolffer recordó que allá por el año 2002, al frente del Festival Radar, le dedicó un ciclo a Ligeti y estuvo en contacto con él, a través de su secretaria particular; lo invitó a México, pero él declinó la oferta con amabilidad. Años atrás, en 1996, Wolffer ya lo había contactado porque trabajaba en la edición en español de un libro dedicado a Nancarrow. Se tenía la pretensión de que Ligeti fuera el autor del prólogo, pero contestó que no estaba de acuerdo con algunas de las premisas analíticas del libro.