Yordenis Ugás puso el corazón, pero Errol Spence trajo más boxeo para imponerse por KO técnico en Dallas
Yordenis Ugás lo intentó, pero no pudo. En un escenario tan majestuoso como el AT&T Stadium, el cubano luchó por convertirse en propietario de tres de los cuatro cinturones existentes en las 147 libras, pero se marchó de Dallas sin el suyo al caer frente a Errol Spence Jr. delante de cerca de 40,000 aficionados.
A pesar de sus esfuerzos, Ugás fue superado en el 10mo round por nocaut técnico -cuando el médico detuvo la acción por lo cerrado de un ojo del antillano- ante un Spence, quien respondió las dudas sobre alguna secuela de un accidente que por poco le cuesta la vida y una lesión en el ojo que le mantuvo alejado mucho tiempo de los cuadriláteros.
“Me siento triste que no pude darle la victoria a la gente que me está apoyando’‘, comentó Ugás. “Entrene duro, pero fui superado por uno de los mejores boxeadores, un campeón. Yo quería seguir luchando hasta el final, pero no podía ver por el ojo. Pero quería seguir hasta el final’‘.
Las apuestas y los pronósticos pesaban abrumadoramente del lado de Spence, quien además era el favorito de los miles de aficionados que vinieron a esta cartelera de Premier Boxing Champions en Dallas para apoyar al héroe local y que se fueron con la alegría de verlo reafirmado como el mejor welter del momento y muy cerca de un choque contra el otro campeón en pie, Terence Crawford.
El primer asalto transcurrió bastante pausado, aunque Spence propuso un poco más, utilizando el jab para mantener ocupado a Ugás, quien pasaba varios golpes y buscaba la manera de establecer ese estilo de contragolpe que tanto éxito le había traído en el pasado.
Spence echó mano sus habilidades para moverse alrededor del cuadrilátero, marcando más su territorio y golpeando primero con combinaciones uno-dos al cuerpo del cubano, que intentaba apresurar la acción, pero sin conseguirlo en los inicios del combate.
El local aumentaba el ataque para el tercero, pero Ugás también comenzaba a responder mejor y entraba en zona de ataque, dejándole saber a Spence que esta pelea no sería tan fácil como imaginaba con sus predicciones de buscar un nocaut a toda costa.
Pero el quinto fue todo para Spence, quien atacó de manera implacable, mientras Ugás iba un poco a remolque en el ritmo de la acción, mientras la pelea se disputaba en la corta distancia, algo que no era muy usual en el estadounidense y que pagaría caro.
En el sexto llegó un momento excelente para el cubano, quien con un golpe fuerte le sacaba el protector bucal a un Spence confundido que fue presa de la acción continuaba de Ugás, aunque lograba encontrar el camino y terminaba bien el asalto delante de un público impaciente.
Spence recompensó a sus fanáticos con un tremendo séptimo asalto, trabajando con brutalidad al cuerpo de Ugás, quien comenzaba a mostrar en su rostro las huellas de una batalla tremenda, especialmente en su ojo derecho que se cerraba de manera peligrosa.
De ahí en lo adelante solo aumentaría la brecha a favor de Spence y en par de ocasiones el árbitro tuvo que chequear el ojo de Ugás, a quien le detuvieron el combate en el 10mo asalto para el delirio de las decenas de miles que vinieron a contemplar la victoria del hijo pródigo.
Esta era la segunda vez que Ugás pisaba el AT&T Stadium, porque hace 12 años, casi recién llegado de Cuba, lo invitaron un 13 de noviembre a ver un mega combate entre el entonces invencible Manny Pacquiao contra el mexicano Antonio Margarito que reunió a más de 41,000 espectadores y vendió por encima del 1.5 millones de Pago Por Ver.
Sin duda, es una dolorosa derrota para el cubano, pero no será lo último que veamos de Ugás, quien ha sobrevivido a muchos obstáculos en su vida y que, después de sanar sus heridas, deberá volver al cuadrilátero.