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Wuhan vive aún entre el miedo y la cautela con pocas tiendas abiertas

Wuhan (China), 30 mar (EFE).- Mercados y pequeños negocios, al margen de hospitales y servicios públicos, son de los pocos locales abiertos en una Wuhan que regresa aún muy lentamente a la normalidad y que vive todavía bajo el miedo a que los contagios puedan repuntar.

Esta ciudad china, cuna de la pandemia de coronavirus, no registró hoy oficialmente nuevos casos de la COVID-19 y tampoco informó de casos sospechosos, ni nuevos ni existentes, entre los 11 millones de residentes de la azotada capital provincial de Hubei.

La práctica ausencia de nuevos contagios -desde el 17 de marzo- ha animado a las autoridades a apostar por tratar de volver a la normalidad, aunque bajo estrictas medidas de prevención.

"Acabamos de abrir, ayer", cuenta a Efe el pequeño comerciante de una tienda de alimentación que ha recibido el permiso de las autoridades locales para reanudar la actividad.

Ahora aguarda a los clientes, mientras espera nuevas existencias y hace números para sobrevivir y poder pagar el alquiler de su local.

Quienes no han parado de trabajar desde que comenzó la estricta cuarentena impuesta hace más de dos meses en la ciudad -y que se levantará definitivamente el próximo 8 de abril- son, entre otros, los farmacéuticos, que atendían a todo tipo de pacientes, casi siempre a domicilio.

"QUIERO CREER QUE HEMOS PASADO LO PEOR"

"Muchos no tenían que ver con la COVID-19. A ellos los mandaban al hospital", relata una dependienta, Chen, en una farmacia del barrio de Hankou, antes de admitir que hubo momentos en que se encontraron sin existencias.

"Ahora hay más clientes que antes, quiero creer que hemos pasado lo peor", asegura.

En Wuhan se han producido al menos 2.547 de las 3.304 muertes por la COVID-19 certificadas oficialmente en China, aunque residentes de la urbe se muestran convencidos de que las cifras son mucho mayores.

Además, medios como Radio Free Asia estiman que, si se tiene en cuenta el número de incineraciones diarias registradas en los primeros meses de la epidemia, el número de víctimas mortales puede rondar las 40.000.

"La cifra es al menos dos o tres veces más que las oficiales", sugiere a Efe un ciudadano desde el anonimato.

Otra residente lo niega, afirma que son "suposiciones poco razonables" e incide en que lo importante es que "hay que mandar un mensaje de esperanza porque podemos superar esta situación. Esto ha unido a los chinos más que nunca".

UN DISTRITO COMERCIAL MAS ACTIVO

El director de la Comisión Nacional de Salud china, Ma Xiaomei, indicó este domingo en Wuhan que en este momento no se trata sólo de "aprender a prevenir y controlar la COVID-19 restringiendo la movilidad", sino también de hacerlo "en la normalidad", aunque bajo la premisa de que la prevención siga siendo "la máxima prioridad".

Aunque la mayoría de tiendas y restaurantes sigue cerrada y sólo se aceptan pedidos para llevar, el distrito comercial de Jiangan, en pleno centro de la ciudad, ofrece un aspecto más concurrido y es de los pocos donde pueden encontrarse puestos abiertos.

Destacan, en medio del desamparo, las tiendas de firmas como Apple y Huawei que ya se preparan para recibir a sus primeros clientes.

"No hay apertura como tal. Nosotros no sabemos cuándo volveremos al trabajo, debemos esperar a que nos autoricen. Sólo vienen aquí amigos, viejos clientes", explica un dependiente de la empresa de la manzana mordida.

Pese a que muchos pueden salir ya a la calle, el miedo al virus les invita a esperar a que las cosas se calmen. Y, dado que muchos residentes aún no han cumplido sus cuarentenas, el resultado es que la urbe todavía se encuentra a medio gas.

Cerca del cerrado Museo de Arte de la ciudad, una madre y su hija pasean y se toman fotografías para celebrar la paulatina vuelta a la normalidad.

"Vivimos aquí cerca, hemos venido a comprar un té con leche. Venimos andando porque preferimos no utilizar el autobús, a no ser que sea necesario. No hay mucha gente que lo utilice", indica la mujer, de nombre Yang.

Este medio de transporte, junto con el suburbano, ya ha comenzado a operar en la ciudad y sólo se puede usar si el residente justifica un buen estado de salud o muestra un código móvil de reconocimiento rápido (QR) de color verde.

Todavía hay comunidades de vecinos que prohíben salir a los residentes, pero la suya es de aquellas que no han presentado casos y, por lo tanto, pueden salir, declara la hija ante la atenta mirada de su madre.

"El control del Gobierno es muy estricto todavía", agrega, antes de sonreír bajo su mascarilla -es obligatorio salir a la calle con ella puesta- y afirmar que está "muy feliz" de por fin pisar la calle, aunque siempre con protección.

"Es mejor evitar las aglomeraciones, protegerse. No hay casos en Wuhan desde hace días, pero puede haber algunos casos sospechosos o infecciones asintomáticas", dice antes de despedirse.

LOS CASOS ACTIVOS EN CHINA DESCIENDEN DE 2.500

Entretanto, la Comisión Nacional de Sanidad de China aseguró hoy que el número de contagiados del coronavirus SARS-CoV-2 "activos" en el país es de 2.396, la primera vez desde enero que baja de los 2.500.

En cuanto a los nuevos decesos, el organismo oficial contabilizó cuatro, todos ellos en Wuhan, donde se encuentran 597 de los 633 pacientes que, según las cifras del Gobierno, están en estado grave por la resultante neumonía COVID-19 en China.

De acuerdo con la fuente, hasta la pasada medianoche local (16.00 GMT del domingo) se diagnosticaron 31 nuevos casos, 30 de ellos procedentes del extranjero: los llamados casos "importados".

El número total de infectados diagnosticados en China desde el inicio de la pandemia es de 81.470, entre los que han perecido 3.304 y, por el momento, se ha dado de alta a 75.700 personas tras haber superado con éxito la enfermedad.

Hasta la fecha se ha realizado seguimiento médico a 704.190 contactos cercanos con infectados, de los cuales 19.235 continúan en observación y, de ellos, 168 serían casos sospechosos de haberse contagiado del SARS-CoV-2.

El pasado 12 de marzo el Gobierno chino declaró que el pico de transmisiones había llegado a su fin en el país.

Jesús Centeno

(c) Agencia EFE