Un año difícil para Wikileaks

Dos años después de su fulgurante salida a la luz pública, el famoso grupo de hackers Wikileaks atraviesa una crisis que podría augurar el final de su aventura. Su líder, el editor australiano Julian Assange, permanece recluido en la embajada de Ecuador en Londres, mientras sus colegas se baten afuera en varios procesos judiciales que desangran las finanzas de la organización. Y para colmo, viejos aliados los abandonan.

Sin la espectacularidad de anteriores filtraciones, Wikileaks volvió a desclasificar en octubre un centenar de documentos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, cuyo gobierno no desiste de sus intenciones de juzgar a Assange, mientras se prepara el juicio al único encausado hasta el momento: el soldado Bradley Manning.

El asilo de Julian Assange

El 19 de junio pasado Julian Assange abandonó su reclusión domiciliaria en una residencia rural inglesa y se presentó en la representación diplomática de Ecuador ante el Reino Unido. Pero, ¿por qué eligió ese pequeño país suramericano?
El líder de Wikileaks y el presidente Rafael Correa se habían conocido públicamente en mayo, durante una entrevista que el mandatario ecuatoriano concedió al programa de entrevistas The World Tomorrow, conducido por Assange. Durante la conversación remota coincidieron en las críticas a Estados Unidos y su influencia en la política de la nación andina. El perseguido activista también pudo haberse presentado en las embajadas de Venezuela, Bolivia o Cuba, todos aliados en el enfrentamiento contra un enemigo común: “el imperialismo norteamericano”.

El refugio de Assange en la sede diplomática evitó su extradición a Suecia, donde debe responder por cargos de violación y acoso sexual, de los cuales se ha declarado inocente. Tras largos meses de espera, la Corte Suprema del Reino Unido había fallado en su contra.

El suspenso sobre su destino concluyó parcialmente el 26 de agosto, cuando Quito anunció que le concedía asilo diplomático. Aunque la cancillería británica ha amenazado con irrumpir en la embajada para hacer cumplir la deportación a Suecia, porque no reconoce además la protección de “asilo diplomático”, hasta la fecha las autoridades del país europeo solo mantienen custodia policial en el perímetro de la embajada y no han intentado penetrar en ella.

Assange permanece entonces prácticamente preso, hasta que sus representantes legales, encabezados por el célebre juez Baltazar Garzón, encuentren una vía para llevarlo a Ecuador o aceptar su enjuiciamiento en Estocolmo con garantías de que no será enviado a Estados Unidos. Un cambio de gobierno en Quito también podría alterar su estatus.

En una entrevista a la CNN, el ex hacker describió su reclusión actual como “vivir en una estación espacial”. “No hay luz natural”, dijo. “Sé lo que es la vida de los prisioneros y esto es mucho mejor”, aseguró.

La persecución continúa

Si alguien dudaba todavía de la importancia del caso Wikileaks para las autoridades estadounidenses, el juez federal Liam O’Grady, magistrado de un jurado en Virginia, extendió durante seis meses más el secreto sobre los registros de tres de los implicados en la causa: Jacob Appelbaum, un informático residente en Seattle y representante del grupo en Estados Unidos; Birgitta Jonsdottir, parlamentaria islandesa y el empresario holandés Rop Gonggrijp, ambos relacionados con el lanzamiento del video “Collateral Murder”, una clip sobre el ataque de helicópteros del ejército norteamericano a un grupo de civiles y dos periodistas en Bagdad.

“Por motivos que se señalan en el memorando de los Estados Unidos, el desprecintado de los documentos en este momento podría perjudicar una investigación criminal en curso", dictaminó O’Grady, según el texto obtenido por Wired.

Los archivos mencionados contienen toda la información sobre el uso de la red social Twitter por parte de Appelbaum, Jonsdottir y Gonggrijp: datos personales, direcciones IP desde las cuales accedían, detalles acerca de las conexiones, ficheros intercambiados… Esos registros fueron solicitados por el Departamento de Justicia a Twitter en diciembre de 2010.

En la citada entrevista concedida por Assange a CNN, el activista califica de “inmoral” la investigación en contra de Wikileaks porque en su opinión viola la primera enmienda de la Constitución estadounidense, que establece una serie de libertades civiles, entre ellas la de expresión. “Hay un intento de extraditarme sin evidencias, con el supuesto propósito de interrogarme”, aseguró el ex hacker. “Mientras, el FBI se ha comprometido a elaborar este enorme expediente, ahora superior a 41.235 páginas”, dijo.

Bradley Manning se declara culpable


El soldado Bradley Manning aceptó declararse culpable una parte de los cargos que se le imputan, a condición de recibir una condena menor. El ex militar, único procesado en Estados Unidos por las filtraciones a Wikileaks, enfrenta 22 acusaciones por presunta colaboración con el enemigo, fraude informático y abuso de sus responsabilidades. Si es sentenciado por esos motivos podría pasar el resto de sus días en la cárcel.

Manning, un bisoño analista de inteligencia desplegado en Bagdad entre 2009 y 2010, habría entregado centenares de miles de documentos clasificados a Wikileaks. Sus abogados sostienen que el joven sufría cierta agitación psicológica por su orientación homosexual, una condición censurada en el ejército hasta la abolición de las política “Don’t ask, don’t tell” en 2011. La defensa también afirma que la información compartida por Manning hizo poco o ningún daño a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Si la corte marcial en curso rechaza la declaración de culpabilidad parcial de Manning, entonces el juicio comenzaría en febrero de 2013.

Desde Londres, Assange había elogiado en agosto la actitud del ex soldado estadounidense. “Si Bradley Manning hizo lo que se señala en las acusaciones, es un héroe, un ejemplo para todos nosotros y uno de los más destacados presos políticos del mundo”, aseveró en sus primeras declaraciones tras el otorgamiento de asilo en la embajada ecuatoriana.

¿Anonymous vs. Wikileaks?


Tras dos años de feliz matrimonio hacker, las relaciones entre Wikileaks y al menos una parte de la “legión” de la comunidad Anonymous podrían terminar en un amargo divorcio. Las discrepancias entre la organización de Assange y el misterioso grupo de activistas se han disparado luego de la implementación de una plataforma de pago para acceder a los documentos desclasificados de Wikileaks.

Voceros del grupo, cuyos líderes y estructura se desconocen, han asegurado que Anonymous no expondrá en el futuro a sus miembros por defender a Wikileaks. En una declaración publicada por uno de sus representantes en el sitio AnonPaste.me, acusaron a los seguidores de Assange de “deshonrar e insultar a Anonymous y a todos los activistas de la información” al demandar una retribución monetaria por el acceso a los datos descubiertos.

Para sostener sus revelaciones sobre “la corrupción y enfrentar la censura a Internet”, Anonymous anunció la creación de un nuevo sitio donde se publicarán los documentos desclasificados: TYLER. La página web, dirigida en especial contra gobiernos y grandes transnacionales, tiene prevista su publicación oficial el 21 de diciembre, el día del “fin del mundo” según la profecía maya.

Anonymous ha acumulado una vertiginosa celebridad en los últimos meses por su intervención en los más diversos casos, desde el cierre de Megaupload, hasta la búsqueda del culpable del suicidio de una adolescente en Canadá. Sus ataques a redes informáticas de gobiernos y empresas han demostrado el enorme poder de sus militantes sobre las tecnologías de la información y las comunicaciones. En 2013 se cumplirá una década de su primera aparición.