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¿Vuelve Loffreda a los Pumas? No: el Tano nunca se fue

Loffreda regresa a los Pumas en un momento delicado para el rugby argentino

Marcelo Hernán Loffreda cumplió 61 años el 17 de mayo y lleva más de una tercera parte de su vida vinculado con el seleccionado argentino de rugby. Cuando se vuelva a escribir la historia de los Pumas habrá que dedicarle un capítulo entero. Leyenda como jugador durante 16 temporadas y como entrenador en ocho, en las cuales dirigió al equipo del Bronce, el ingeniero formado en el San Isidro Club asume ahora otra función, la de manager deportivo. El contrato con la UAR está pactado hasta diciembre de 2023, una vez que haya concluido la Copa del Mundo de Francia. La capacidad, la dedicación y la trayectoria son motivos para celebrar este nuevo desafío que encara el Tano, un hombre, además, sumamente respetado en el ambiente por su factor humano.

Loffreda vuelve en un momento delicado para el rugby profesional argentino. La pandemia dinamitó al menos por un tiempo el proyecto Jaguares tal como se lo había pensado, la mayoría de los jugadores titulares está yéndose a Europa y los horizontes de competencia internacional aparecen nublados por las distancias físicas que tiene la Argentina con el resto de las potencias de este deporte. También se perdió peso en World Rugby con la derrota de Agustín Pichot. Y además, se viene de una eliminación pronta y fea de la última Copa del Mundo, y todavía no hubo partidos para ver si no quedaron secuelas del paso por Japón. En ese panorama habrá que ver cómo camina el día por día junto a Mario Ledesma y, fundamentalmente, cómo se repartirán las tareas para que se complementen y no se superpongan.

Pichot, que como capitán hizo fuerte su vínculo con el Tano después del Mundial Australia 2003, ya había querido llevarlo a la UAR en dos ocasiones: a fines de 2017, cuando el entrenador era Daniel Hourcade, y un año después, ya con Ledesma al mando. En ambos casos no hubo acuerdo entre las partes, pero ahora la oferta para una tarea más global (organización y juego) definió la situación.

El cargo de manager deportivo fue inaugurado en su verdadera dimensión con José Santamarina, Puma en los mundiales de 1991 y 1995. Amigo de Hourcade y de Pichot, el tucumano cumplió en el período 2013-2018 una tarea de gravitante incidencia en los jugadores y la dirigencia. Para el último mundial fue convocado Gonzalo Longo, Puma en los torneos de 1999, 2003 y 2007, pero su corto paso por el puesto no tuvo grandes alternativas.

El de Loffreda, que no jugó ningún mundial, es un nombre fuerte para el rugby nacional. Para Ledesma será un reto tenerlo a su lado. Salvando las distancias entre Nueva Zelanda y la Argentina, es como si Graham Henry fuera nombrado como manager de Ian Foster en los All Blacks. Aunque Loffreda y Ledesma no sólo han compartido innumerables vestuarios y giras, sino que además cada uno por su lado conoce a través de la piel lo que implica la camiseta celeste y blanca. Si se potencian entre ambos pueden hacer crecer al seleccionado y también al resto de la estructura profesional.

Otros tiempos: aquí, junto a Agustín Pichot

Loffreda estuvo en triunfos ante Australia (acá y allá), Sudáfrica, Inglaterra (una vez como capitán y otra como entrenador), Francia y Escocia (en ambos roles), Irlanda y Gales. En el SIC fue multicampeón y protagonizó dos hazañas: la victoria en 1980 en Gales sobre Cardiff (era uno de los mejores cinco equipos del mundo) y el empate con los Wallabies en 1987, en Vélez. En uno fue el máximo goleador; en el otro, el capitán. "Fue un jugador muy valiente y un líder que siempre predicó con el ejemplo", dice Alfredo Soares Gache, compañero en el SIC y debutante con el Tano en los Pumas en 1978.

Fanático del rugby desde chico, quizá uno de los backs más formidables a la hora de tacklear, formado al lado de Veco Villegas, metódico, estudioso, profesional, buena gente y respetuoso de los jugadores, Loffreda no vuelve a los Pumas. Nunca se fue.