¿Cómo viven la guerra informativa los países europeos vecinos de Rusia?

Desde la invasión rusa de Ucrania, la propaganda y la desinformación se han percibido como una amenaza importante en varios países. ¿Por qué los medios juegan un papel tan importante e incluso se convierten en un instrumento de política interna?

La guerra de información ocupa un lugar cada vez más importante en la agenda política de los vecinos de Rusia. Los políticos hablan de propaganda y desinformación. Los analistas señalan que son las fuerzas políticas locales las que son particularmente activas en la promoción del punto de vista pro-Kremlin.

Una feroz lucha política interna con referencias a la guerra de la información, acusaciones de propaganda y un uso de la prensa, que los opositores califican como desinformación rusa, se está desarrollando en Georgia y Moldavia. Ambos países aspiran a la adhesión a la UE y están en camino de lograrlo. En ambos países, el lado ruso se opone al occidental y se acusa al Gobierno de socavar las aspiraciones europeas de la nación.

En Georgia, esta confrontación parece particularmente aguda debido a la "polarización de los medios y la sociedad", explica Dustin Gilbreath, Director Adjunto de Ciencia del Centro de Recursos de Investigación del Cáucaso. Llama la atención sobre el hecho de que, según recientes encuestas de opinión, el apoyo a las aspiraciones europeas del país está batiendo récords. Pero la agitación antioccidental se ve amenazada por la participación de figuras públicas:

"Cuando el Gobierno del Sueño Georgiano repite líneas explícitamente antioccidentales, insultando regularmente a la Administración estadounidense e insultando a los diputados de la UE, diciendo que Estados Unidos está tratando de arrastrar a Georgia a la guerra, pocas personas creen estas narrativas; pero algunas han llegado a creerlas. Mientras tanto,la desinformación proviene principalmente de personas dentro del país, y en su mayoría amplificadas por funcionarios del Gobierno de Sueño Georgiano. Y este es un problema importante".

Según Gilbreath, el resultado de la invasión rusa de Ucrania jugará un papel importante para Georgia. Tiflis confía en que esta agresión es similar a los acontecimientos de la guerra ruso-georgiana. Si Moscú gana, otros países vecinos podrían permanecer para siempre dentro de la órbita de la influencia rusa. Los fracasos militares del Kremlin ofrecen la esperanza de un fortalecimiento de la soberanía.

Una forma de influir por parte de Rusia

Moscú está tratando de influir en la política georgiana, no de una manera positiva sino de una manera negativa, dice el periodista independiente y observador político Razi Zhante. Significa que Moscú no está tratando de crear una imagen positiva de Rusia, sino que está tratando de crear una imagen negativa del mundo occidental, diciendo cómo los valores europeos están en contradicción con los tradicionales georgianos, reclamando la amenaza LGBT y jugando con otras formas de intolerancia.

Al mismo tiempo, Zhante cree que ningún medio o desinformación puede revertir la tendencia principal en Georgia, donde el 80% de los ciudadanos quieren unirse a la UE, y el Kremlin entiende que:

"Rusia ni siquiera está tratando de cambiar las mentes de los georgianos, en realidad está trabajando con los líderes. Eso es exactamente lo que está sucediendo ahora. En este momento realmente necesitamos seguir lo que está sucediendo en Georgia y probablemente tendremos semanas y meses turbulentos y tensos por delante, durante los cuales el camino geopolítico e histórico del país está en juego y puede caer bajo la influencia rusa".

Tal escenario, según Zhante, plantea la amenaza de una mayor autoritarización de la gobernanza. La sociedad no está dispuesta a aceptar un rechazo a la integración europea y se encontrará en un conflicto inevitable con las autoridades, que, a su vez, estarán dispuestas a recurrir a métodos cada vez más violentos de contención de la protesta, confiando en el apoyo ruso.

División moldava

Los medios prorrusos se han convertido en un componente importante en la lucha política en Moldavia. Aquí los políticos también se quejan de la propaganda en el contexto de la división entre los partidarios europeos y prorrusos. "Este conflicto refleja las aspiraciones revanchistas del antiguo régimen", dice Felix Hett de la Fundación Friedrich Ebert en Moldavia:

"La mayor amenaza, desde el punto de vista del actual Gobierno moldavo, es el regreso al poder de las viejas fuerzas políticas cleptocráticas, oligárquicas y orientadas a Rusia. Y creo que este es el mayor problema en el sentido de que están usando estas narrativas rusas para promover su propia agenda política interna".

Hett señala que los moldavos en un entorno polarizado encuentran una fuente de información en la que confían. Al mismo tiempo, las fuentes oficiales y el Gobierno, a menudo no gozan de esa confianza, y la difícil situación social y económica exacerba el conflicto. Esta, según el analista, es la principal dificultad para combatir la supuesta desinformación y propaganda.

En una sociedad que tiene estrechos vínculos con Rusia y la UE, Hett cree que el enfoque debe estar en restaurar la confianza en las instituciones estatales.

Para combatir la desinformación, la presidenta moldava, Maia Sandu, ha propuesto la creación de un "Centro de Patriotismo" nacional. Recientemente acusó a Moscú de preparar un golpe de Estado y de intentar desestabilizar la situación en el país. Rusia rechaza estas afirmaciones, declarando que no interfiere en los asuntos internos de otros Estados.