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Visitas a Olivos: al kirchnerismo se le complica un plan contra los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky

Consejo de la Magistratura
Fernando Massobrio

La revelación de las visitas a la Casa Rosada y la quinta de Olivos, en tiempos de Mauricio Macri, de los camaristas de Casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos motivó denuncias ante el Consejo de la Magistratura y planteos judiciales contra fallos que ellos dictaron. La estrategia, impulsada por el kirchnerismo, no tiene un camino fácil: la semana pasada la Casación rechazó el primero de esos planteos y en el Consejo de la Magistratura el oficialismo no tiene los votos, con los elementos que hay hoy en las denuncias, para promover el juicio político de estos camaristas.

Para las decisiones claves del Consejo (abrir juicios políticos y aprobar ternas de jueces) es necesaria una mayoría especial de dos tercios de los consejeros, que el kirchnerismo no alcanza por sí mismo. El año pasado la había conseguido para destrabar concursos (el más importante, el que terminó con la designación de Roberto Boico, exabogado de Cristina Kirchner, en la Cámara Federal) gracias a un acercamiento con los consejeros jueces Ricardo Recondo y Juan Manuel Culotta. Hoy, la relación con ellos es más tensa y en el caso puntual de Borinsky y Hornos los dos consejeros relativizan la entidad de las denuncias.

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“Creo que las visitas en sí mismas no prueban nada, no acreditan ningún pacto espurio”, dijo Culotta a LA NACION. Recondo fue todavía más enfático: “Me llama la atención que políticos de tanta experiencia hagan un problema por estas cosas. Los jueces no somos monjas de clausura, tenemos relaciones con todo el mundo”. Según Recondo, los jueces no deben estar “alejados de la sociedad”.

“Tenemos que tener conciencia de qué está demandando la sociedad en un momento dado, así como de los problemas que pueden causar nuestras sentencias en un determinado momento. Yo he tomado café y almorzado con diputados, gobernadores, presidentes, y jamás he dejado de ser independiente”, afirmó el juez, que insistió: “Salvo que sea un tema de mala fe, que no tengo por qué pensar que fue así, no entiendo por qué se hace tanto barullo con este tema”.

El Consejo de la Magistratura fue epicentro de la discusión sobre el futuro de los jueces federales
El Consejo de la Magistratura fue epicentro de la discusión sobre el futuro de los jueces federales


El oficialismo tiene mayoría en el Consejo de la Magistratura, pero sus votos no le alcanzan para disponer por sí mismo la apertura de juicios políticos contra jueces

El tono de sus declaraciones contrasta con las del presidente de la Asociación de Magistrados, Marcelo Gallo Tagle, que la semana pasada cuestionó las visitas. Si bien pidió “no sacar conclusiones apresuradas”, afirmó: “Es preocupante. Hay que investigar si hubo prevaricato”. Sus declaraciones sorprendieron en los tribunales porque Gallo Tagle, como Recondo, pertenece dentro de la Asociación a la lista que históricamente fue más crítica del kirchnerismo.

Las definiciones de Recondo son claves. No solo porque es el presidente de la Comisión de Disciplina y Acusación, donde tramitan las denuncias contra los magistrados, sino además porque durante meses consolidó un diálogo con el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo, Gerónimo Ustarroz, y con su hermano Eduardo De Pedro, que les permitió destrabar concursos. Según dijo Recondo a sus pares del Consejo, hoy no están dadas las condiciones para volver a hacer acuerdos.

Las críticas del oficialismo

En febrero, cuando todavía no era ministro de Justicia, Martín Soria denunció a Hornos por haber ido a la Casa Rosada seis veces. También la entonces ministra, Marcela Losardo, tuiteó contra los jueces que “jugaban al tenis” con Macri. Pero fue después de que El Destape publicó que Borinsky había ingresado 15 veces a la quinta de Olivos durante el gobierno de Macri que se multiplicaron las críticas de funcionarios y legisladores oficialistas contra los camaristas. Incluso del Presidente, que dijo que eran revelaciones de una “gravedad inusual”.

“Es un disparate”, dijo a LA NACION el diputado y consejero Pablo Tonelli (Pro). “Las visitas no prueban nada y de ninguna manera implican una inconducta. De ningún modo están los votos para avanzar en un enjuiciamiento”, afirmó. Diego Marías, consejero por los abogados porteños, también del bloque opositor, coincidió en que no hay motivos para avanzar contra Hornos y Borinsky. Carlos Matersson (consejero por los abogados del interior), afirmó: “Por ahora no veo margen para promover un jury, pero esto recién empieza”.

En el kirchnerismo reconocen que los votos para acusar a los camaristas por mal desempeño hoy no están y dicen que conseguirlos no es en la actualidad la prioridad en el Consejo. “Fijate quién denunció a Borinsky”, deslizó un oficialista en alusión a que fue un abogado particular. Nadie del núcleo duro del oficialismo. Distinto fue el caso de Hornos, denunciado por Soria, aunque en términos del propio ministro “andar persiguiendo jueces” era algo que hacía como diputado y que ya no le corresponde como ministro.

Diego Molea, presidente del Consejo de la Magistratura, dijo que la semana próxima pedirá medidas de prueba en el expediente contra Gustavo Hornos
Diego Molea, presidente del Consejo de la Magistratura, dijo que la semana próxima pedirá medidas de prueba en el expediente contra Gustavo Hornos


Diego Molea, presidente del Consejo de la Magistratura, dijo que la semana próxima pedirá medidas de prueba en el expediente contra Gustavo Hornos

En el bloque kirchnerista del Consejo dijeron que sí consideran prioritario lograr los acuerdos necesarios para aprobar el concurso para nombrar a dos nuevos camaristas federales en Comodoro Py. También, avanzar contra otro de los camaristas de Casación, Juan Carlos Gemignani, denunciado por tratos misóginos.

Esta semana, los trámites de Hornos y Borinsky seguirán su curso. Con los votos que tiene, el oficialismo sí podría aplicarles sanciones disciplinarias a los camaristas. El presidente del Consejo, Diego Molea, aliado al kirchnerismo, dijo a LA NACION: “La causa de Hornos se está tramitando y voy a pedir medidas de prueba. La de Borinsky todavía tiene que sortearse. Cada uno deberá explicar sus conductas. A mí me preocupa especialmente la de Gemignani, porque tenemos que terminar con los rasgos machistas de la justicia patriarcal”.

Los planteos judiciales

En Comodoro Py, mientras tanto, se tramitan recusaciones contra Hornos y Borinsky y pedidos de nulidad que buscan dejar sin efecto medidas tomadas por ellos en causas de alto impacto político. Uno los planteos que deberá resolver la propia Casación será el de Cristina Kirchner contra la reapertura de la causa por el memorándum con Irán. La primera señal del tribunal no fue buena para ella: el viernes pasado, rechazó un pedido similar. Con el voto del propio Borinsky y Javier Carbajo, fueron rechazados planteos de nulidad y recusación en un caso de espionaje ilegal durante el macrismo. Angela Ledesma votó en disidencia. Ayer, en una entrevista con Página 12, Soria sostuvo que con ese fallo Borinsky había “tirado el Código a la basura, al resolver él mismo rechazar su recusación”. La pelea judicial terminará sin dudas en la Corte Suprema.