Contra viento y marea. Las razones de Kicillof para sostener a Berni

El gobernador Axel Kicillof

En enero, después del primer cortocircuito entre Sergio Berni y Sabina Frederic, que incluyó un desafío a la autoridad del Presidente, Alberto Fernández habló a solas con Axel Kicillof. Le dijo que el ministro de Seguridad bonaerense se movía por intereses personales y le dejó una advertencia: "Va a renunciar y te va a dejar colgado, vas a ver". Seis meses más tarde y con varias polémicas a cuesta, el funcionario sigue en su cargo, incluso después de haber desautorizado el miércoles, en el inicio de la nueva cuarentena, a las autoridades de la Policía Federal, en el Puente La Noria.

¿Por qué el gobernador lo sostiene? La pregunta circula en las charlas políticas del oficialismo. En especial, entre los que no quieren a Berni, en cuya designación tuvo un peso determinante la palabra de Cristina Kirchner. En la Casa Rosada y en la gobernación bonaerense desestiman la idea de que la vicepresidenta esté detrás de las acciones desafiantes del ministro de Seguridad bonaerense. ¿Entonces?

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Con ganas de dar vuelta la página lo antes posible, en el entorno de Kicillof responden sin mucho detalle: "Las razones para sostenerlo son las mismas por la que lo eligió. Axel está convencido de que es la persona indicada para llevar adelante la gestión en materia de seguridad en la provincia". Optan también por una respuesta escueta a la pregunta de si el ministro está firme en su cargo. "Todo sigue igual", dicen. Le restan importancia además a las pintadas aparecidas en el conurbano, que promueven la figura de Berni y abonan la hipótesis de un plan electoral del ministro.

El escándalo sobre el puente La Noria derivó, eso sí, en un llamado de atención de Kicillof a su funcionario, después de que el gobernador recibió un reclamo airado de la ministra de Seguridad de la Nación. Frederic le recordó que Berni no había participado de la última reunión del Comité Operativo de Emergencia (COE), destinado a coordinar las medidas de seguridad ante la nueva cuarentena. "Esta vez se pasó de la raya", le advirtió. El gobernador convocó a su ministro y logró que bajara el tono de la disputa.

Días después del episodio, funcionarios del gobierno de Kicillof reconocen que Berni equivoca las formas e incluso que en ocasiones queda sobrepasado "por su propio personaje". Destacan, como contrapartida, que el funcionario suele tener razón y ponen de relieve sus cualidades. "Sabe de seguridad, es médico y fue viceministro de Desarrollo Social, que son los tres temas centrales de esta cuarentena. Siempre cumple y es una garantía ante situaciones complejas", dice un ministro bonaerense. "Es muy laburador. Gobernar la provincia de Buenos Aires no es para cualquiera y menos en el área seguridad", coincide otro integrante del gabinete.

Sergio Berni

Esa razón, la primera que esgrimen en el gobierno bonaerense para explicar la continuidad de Berni, es rebatida en el Ministerio de Seguridad de la Nación. "No hay una sola foto de la policía bonaerense controlando autos en un retén", le recriminan. Su dedicación al trabajo también es relativizada por intendentes del conurbano cercanos al Presidente. "El delito crece todas las semanas y él se la pasa todo el día en la televisión", le dedicó un jefe comunal de la tercera sección. Otros intendentes lo defienden. Fernández no habló esta semana de la cuestión con Kicillof, pero conversó con Frederic y dio luz verde para que los secretarios del ministerio, Eduardo Villalba y Gabriel Fuks, cuestionaran en público la actuación de Berni. El Presidente decidió correrse de la discusión pública, porque entiende que es un "problema" que debe solucionar Kicillof.

La segunda razón por la que el gobernador sostiene a Berni es, afirman funcionarios de la provincia, la voluntad de garantizar un control civil de la policía bonaerense, la fuerza más grande del país, con casi 100.000 agentes. Para explicar la dificultad de la tarea, en el gobierno bonaerense cuentan una anécdota. Dicen que antes de asumir como gobernador, Kicillof habló del tema con funcionarios del Ministerio de Seguridad salientes. "Ritondo fue durante cuatro años secretario de prensa de la bonaerense", cuentan que le advirtieron, para dar cuenta de la tendencia al autogobierno que tiene la policía de la provincia.

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El gobernador esgrimió ese argumento para justificar la participación de Berni en operativos policiales, después de que se conocieron imágenes del funcionario con un arma larga. "Como son estructuras jerárquicas también hay una cuestión de mantener y refrendar la autoridad permanentemente. Me parece que esto que hace Sergio, a los miembros de la fuerza les hace ver que él también corre los riesgos asociados a la tarea", dijo el mes pasado a LA NACION. En el gobierno nacional discuten esa mirada. "La idea de que la autoridad debe encarnarse en una persona es muy peligrosa", advierten. En la provincia replican: "Manejar la Policía Federal es distinto, porque es una fuerza sin territorio".

La tercera razón de Kicillof para designar y sostener a Berni, cuentan funcionarios de la provincia, es la necesidad de cerrar, al menos desde lo gestual, un flanco que le generó muchos problemas a Cristina Kirchner y que, según la mirada de la vicepresidenta, le podía provocar un fuerte desgaste al gobernador. "Ella cree en eso de 'si no puedes con tu enemigo, únete a él'", dicen en la Casa Rosada, sobre la decisión de Cristina de apostar por una figura valorada por un sector de la sociedad que reclama "mano dura" con el delito. "Sergio se para en un lugar que al kirchnerismo siempre le costó más", señala un ministro bonaerense.

En el gabinete de Kicillof no se atreven a pronosticar, de todos modos, cómo seguirá la saga que empezó en enero. Advierten, eso sí, que es muy improbable que el gobernador vaya a hacer cambios durante el combate contra la la pandemia.