Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Las videoconferencias merman la creatividad

Quienes participan en reuniones virtuales son menos creativos que quienes trabajan de forma presencial.

Las videoconferencias son prácticas que se han vuelto muy comunes en tiempos de pandemia, pero aparentemente no favorecen la creatividad. Según un estudio reciente, las personas que participan en reuniones virtuales tienen menos ideas creativas que las que trabajan en reuniones presenciales.

Según afirman dos investigadores estadounidenses en un informe publicado en la revista científica "Nature", esto se debe probablemente a que la pantalla limita el campo de visión y, por lo tanto, también restringe los procesos mentales que son útiles para el pensamiento creativo.

Melanie Brucks, de la Universidad de Columbia, y Jonathan Levav, de la Universidad de Stanford, escriben que debido a la pandemia de coronavirus, millones de empleados pasaron de la oficina a la casa y se vieron obligados a trabajar virtualmente, y que este cambio sin precedentes hacia el trabajo a distancia a tiempo completo ha demostrado que, en principio, el trabajo puede funcionar en el espacio virtual.

Durante mucho tiempo, prosiguen los académicos, la colaboración en proyectos ha dependido de la proximidad física, ya que las tecnologías de comunicación, como el teléfono o el correo electrónico, limitaban el intercambio de información.

Según los científicos, las videoconferencias, en cambio, proporcionan casi tanta información audiovisual como las reuniones presenciales, lo que plantea la cuestión de si la nueva tecnología también puede sustituir la colaboración cara a cara durante el desarrollo de nuevas ideas.

Esto es exactamente lo que los investigadores quisieron evaluar mediante una serie de experimentos que involucraron a más de 600 personas que trabajaron en equipos de a dos. A estos se les pidió que desarrollaran nuevas ideas creativas para el uso de un producto, más concretamente un frisbi. La mitad de las parejas trabajó de manera presencial, la otra mitad virtualmente.

En la prueba se constató que las parejas virtuales desarrollaron un número significativamente menor de ideas creativas. Sin embargo, a la hora de decidir qué idea concretar, no obtuvieron peores resultados que las parejas que trabajaron en persona.

Para comprobar si un estrechamiento de la percepción visual es realmente el responsable de la menor creatividad, los investigadores decoraron las salas con diversos objetos, algunos de ellos habituales, como carpetas, y otros inusuales para los espacios de oficina, como un cartel con un esqueleto. A continuación, los investigadores siguieron la mirada de los individuos mientras estos dejaban aflorar sus ideas y les preguntaron al final del experimento qué habían percibido en la sala.

El resultado: las parejas virtuales se miraron directamente a los ojos durante mucho más tiempo y recordaron menos objetos de la sala que las parejas que interactuaban en persona. Según los investigadores, cuanto más se desviaba la mirada de los participantes por la habitación y cuanto más objetos recordaban, más ideas creativas desarrollaban también.

Los científicos consideran que el resultado confirma la hipótesis de que un campo de visión reducido y, por lo tanto, un enfoque cognitivo restringido, impiden que los pensamientos divaguen y que surjan asociaciones que finalmente darán lugar a ideas creativas.

A continuación, los científicos probaron, y confirmaron, sus resultados en condiciones aún más realistas con casi 1.500 empleados de una empresa con delegaciones en cinco países de Europa, Asia y Oriente Medio.

Por último, consideraron otras posibles explicaciones para las diferencias observadas en la creatividad. Por ejemplo, descartaron la posibilidad de que las parejas presenciales hubieran desarrollado más ideas, pero todas estas muy similares entre sí. A través de las entrevistas, determinaron que las parejas virtuales se sentían igual de conectadas y cómodas que las parejas que trabajaban en persona, por lo que esto tampoco podía explicar la diferencia.

Por último, los estudios sobre el lenguaje (corporal) y las expresiones faciales tampoco demostraron que las videoconferencias en sí hubieran cambiado de forma decisiva la comunicación y la interacción de los participantes.

Para los empresarios, los científicos tienen un consejo práctico como conclusión de su estudio: en el caso de que, una vez finalizada la pandemia, muchos empleados sigan trabajando tanto desde el hogar como en la oficina, se recomienda que el trabajo que implica el desarrollo de ideas creativas tenga lugar en reuniones presenciales.

En un comentario sobre el estudio, Emőke-Ágnes Horvát y Brian Uzzi escriben que, para las empresas, la cuestión de si son mejores las reuniones presenciales o virtuales es también una decisión financiera.

Los científicos de la Universidad Northwestern en Illinois, Estados Unidos, señalan que, si los equipos virtuales producen menos ideas, pero a un menor coste, renunciar a las reuniones presenciales puede ser la decisión más productiva para una empresa. En general, opinan, el estudio ofrece un interesante punto de partida para seguir investigando sobre la influencia de las tecnologías del trabajo en la creatividad humana.