Witzel, rostro de la "nueva política" de Brasil que cayó por la corrupción

Sao Paulo, 28 ago (EFE).- Antiguo juez y exmilitar, el conservador Wilson Witzel se alzó gobernador de Río de Janeiro al presentarse como la cara de la "nueva política" de Brasil, pero, pese a su discurso anticorrupción y de tolerancia cero contra el crimen, fue cesado este viernes de su cargo por supuestas corruptelas relacionadas con el combate a la pandemia.

Witzel dejó atrás una breve carrera militar y 17 años en la magistratura para entrar en 2017 en el mundo de la política, donde presumía de ser una "alternativa" contra la tradicional política que ha dominado el escenario electoral de Río de Janeiro en las últimas décadas, cuando saltaron varios casos de corrupción.

Su ascensión al palacio de Laranjeiras, residencia oficial del gobernador situada en la emblemática ciudad de Rio de Janeiro, fue inesperada para la mayoría.

En los primeros sondeos de las elecciones de 2018, el exjuez, de 52 años, contaba con un modesto 1 % de las intenciones de voto.

Sin embargo, vio su popularidad crecer de forma meteórica tras vincular su imagen e ideas a las defendidas por el entonces candidato presidencial Jair Bolsonaro, visto como la antítesis del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), formación que había gobernado Brasil entre 2003 y 2016 salpicada por varios casos de corrupción.

Cuando recibió el 41,2 % de los votos en la primera vuelta, y tras la confirmación de su elección en la segunda, Witzel admitió que el apoyo del hoy senador Flavio Bolsonaro, hijo mayor del ahora presidente brasileño e investigado por corrupción, fue fundamental para su victoria.

Así como los Bolsonaro, Witzel aupó su imagen en torno de la defensa de los valores cristianos, de la "familia tradicional" y de una política mano dura contra el narcotráfico en Río, marcado por las violentas disputas entre traficantes, milicias y fuerzas de seguridad.

Sin embargo, meses después de ser elegido, el gobernador fluminense pasó de aliado a enemigo de Bolsonaro en medio de las investigaciones para averiguar el asesinato de la concejala Marielle Franco y su conductor Anderson Silva, ejecutados en pleno centro de Río de Janeiro en 2018, y de las acusaciones de corrupción que pesan en contra Flavio, el hijo mayor del mandatario.

Este viernes, al comentar su destitución temporal como gobernador, Witzel dijo ser "una víctima" de intereses políticos de las altas instituciones del Estado.

DISPARAR A LOS BANDIDOS EN LA CABEZA

Padre de cuatro hijos, uno de su primer matrimonio y tres de su actual relación con la abogada Helena Brandao -una exalumna suya y 13 años más joven-, Witzel adentró en la política de la mano del pastor evangélico Everaldo Pereira, presidente del Partido Social Cristiano (PSC) y quien fue preso este viernes por su presunta participación en la trama corrupta que salpica al gobernador.

Witzel se apoyó en sus experiencias como antiguo fusilero naval y juez federal para reforzar su discurso de tolerancia cero contra el crimen. Se hicieron célebres algunas de sus frases, censuradas por organizaciones de derechos humanas, como la de "la policía pondrá el objetivo en su cabecita y disparará" al bandido.

El agosto de 2019, una fotografía del entonces gobernador empuñando el brazo en señal de victoria generó otra oleada de críticas: conmemoraba la ejecución de un secuestrador de un autobús del área metropolitana de Rio de Janeiro a manos de un francotirador de elite.

Desde el inicio de su mandato, el 1 de enero de 2019, la policía fluminense pasó a utilizar cada vez esos francotiradores en sus acciones y, en su primer año como gobernador, los agentes de seguridad mataron 10,5 personas para cada 100.000 habitantes, la mayor tasa del siglo, según datos oficiales, y por delante de las muertes perpetradas por criminales en Sao Paulo.

Nacido en Jundiaí, en el interior de Sao Paulo, el 19 de febrero de 1968, Wilson Witzel se mudó a los 18 años hacia Río de Janeiro para el curso de fusilero naval, que completaría dos años después.

DE LAS FUERZAS ARMADAS A JUEZ

No obstante, tuvo una corta y turbulenta experiencia en las Fuerzas Armadas, por lo que decidió ingresar en la universidad de Derecho y dedicarse a las oposiciones a fin de convertirse en juez, hecho que logró en 2001.

Tras 17 años en la magistratura y en la academia, pues también ejercía como profesor de Derecho, Witzel abandonó el cargo de juez para iniciar una carrera política que pasó del cenit a los abismos.

"Quieren masacrarme, con todo el respeto, el presidente (Bolsonaro) hizo contra mí acusaciones graves" porque "cree que seré candidato a presidente", criticó Witzel, quien recordó que el mandatario ya le acusó de "perseguir" a sus hijos, en alusión a las investigaciones contra Flavio Bolsonaro.

Pese a que se presenta como la cara de la nueva política, Witzel se junta a otros cinco gobernadores de la región de Río de Janeiro -la tercera más poblada del país con 17 millones y la segunda más rica- investigados por corrupción en los últimos cuatro años.

Los exgobernantes fluminenses Moreira Franco (1987-1991), Anthony Garotinho (1999-2002), Rosinha Matheus (2003-2006) y Luiz Fernando Pezão (2015-2018), todos acusados de corrupción, llegaron a ser detenidos pero responden en libertad, mientras que Sérgio Cabral (2007-2014) está entre rejas desde 2016.

(c) Agencia EFE