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El vino y las vides también maridan en el Caribe en Puerto Rico

San Juan, 2 oct (EFE News).- Una empresa familiar agrícola de Puerto Rico se ha embarcado en la difícil tarea de elaborar un vino a partir de sus propias vides, un objetivo prácticamente insólito en una región caribeña con un clima poco propicio para este cultivo que no frena a estos emprendedores que buscan un producto de alta calidad.

Blanca Pérez, junto a su marido, Leonardo, propietarios de la Finca Península del Río, en el municipio sureño de Guayanilla, son los responsables de este proyecto que pretende sacar adelante un vino que buscan sea una referencia en el Caribe.

La puertorriqueña, al cuidado y desarrollo de las vides en la finca agrícola, dijo este viernes a Efe que trabajan para que en dos años se obtenga la primera cosecha de estas vides destinada a vino, que fueron a buscar a Florida, en el sur de Estados Unidos, en un intento de encontrar cepas ya adaptadas a un clima similar al de Puerto Rico.

Esta iniciativa de producir vino no es la primera que se da en la región, ya que, en concreto, en la República Dominicana se elaboran caldos blancos y tintos, además de en algunas partes del Caribe mexicano. Pero son iniciativas modestas que estos puertorriqueños quieren superar.

La historia está con estos emprendedores, ya que se le atribuye a Cristóbal Colón haber introducido la vid en América y fue la conocida como isla del encanto uno de los primeros territorios por los que pasó el almirante, aunque se estima que Hernán Cortés desarrolló por vez primera con fuerza este cultivo en algunas partes de México.

"Trajimos vides de Florida, de las variedades Carlo y Welder", explicó la empresaria, propietaria junto a su marido de una finca de cerca de 34 hectáreas (85 acres), la mitad de cuya superficie está dedicada al esperado vino.

"A pesar de estar en el Caribe contamos en la finca con un microclima, gracias a que el sur de Puerto Rico es mucho menos lluvioso que el norte y, además, junto a la finca pasa el río Guayanilla, que durante la noche proporciona el frío que necesita la vid", apuntó.

El punto de partida de estos emprendedores son las 200 vides plantadas en la finca, que, gracias a las condiciones del Caribe, se espera den dos cosechas al año.

"Con las dos variedades que trajimos de Florida queremos conseguir una primera cosecha en el plazo de dos años", subraya, para matizar que el objetivo es conseguir un vino blanco, caribeño pero de primera calidad, como si se tratara de un francés.

Pérez cuenta que no les ha frenado el no tener conocimientos de vides ni de vino, ya que han intentado, poco a poco y leyendo mucho, formarse para ser capaces de sacar adelante su cosecha.

"Vino la vid" es nombre que han pensado para su producto, que se comercializará a un precio aproximado de 25 dólares por botella, una cifra alta, en especial para un producto nuevo y salido de una iniciativa novel.

"El que lo quiera probar, que lo pague", subraya, después de asegurar que ya hay un plan de comercialización, que pasa por la venta directa al consumidor en la propia finca, donde quieren promover las visitas para dar a conocer a los puertorriqueños y a todos los que se acerquen cómo se elabora un vino y en general cómo funciona un centro agrícola.

El segmento de mercado que se busca es el de consumidores de buen nivel adquisitivo de entre 30 y 60 años, algo que entienden no será complicado en un territorio como Puerto Rico, en el que el vino es muy consumido entre algunos sectores de la población.

La emprendedora asegura que el cálculo es alcanzar las 200 botellas por acre, por lo que, dado que se esperan dos cosechas, se podría obtener una producción cercana a las 2.400 botellas por año, en una primera fase de este ambicioso proyecto.

"Hemos querido aprovechar que en Puerto Rico se consume mucho vino -entre determinados sectores- para vender directamente al consumidor en nuestra finca", sostuvo.

No tiene duda de que la calidad del vino será buena, ya que las vides lo son y el suelo, seco y rocoso, también permite el desarrollo de unas uvas de calidad, a pesar de encontrarse en un clima caribeño, a priori nada indicado para este producto.

Hasta hace poco en la finca Península del Río era un centro agrícola especializado en el cultivo de plátano y yautia amarilla, aunque se ha tenido que hacer espacio a un producto más sofisticado y, sobre todo, casi insólito en estas latitudes.

Pérez asegura que las cosas no han sido fáciles y que todavía luchan con las entidades bancarias para conseguir los préstamos necesarios para hacer realidad su atrevido proyecto, pero que nadie les va a parar hasta conseguir un vino de referencia, por mucho que, en principio, el Caribe no sea el espacio natural para las vides.

"Hemos empezado con unas vides jóvenes que estamos convencidos que en dos años nos van a dar un buen vino", asegura, después de señalar que si se quiere alcanzar un objetivo hay que arriesgarse y que en dos años el "Vino la vid" estará en la mesa de casas puertorriqueñas compitiendo con productos de Francia, España o California.

(c) Agencia EFE