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Río comienza su reapertura con decretos encontrados y fallos judiciales

Río de Janeiro, 2 jun (EFE).- Río de Janeiro, una de las ciudades de Brasil más afectadas por la crisis del coronavirus, inició este martes una confusa reapertura gradual de su economía, con decretos encontrados entre las distintas autoridades de la región y fallos judiciales que limitaron el alcance de la medida.

El plan de desescalada para la retomada de las actividades no esenciales se dividirá en seis fases, cada una de las cuales tendrá una duración prevista de 15 días, según informó el alcalde de Río, Marcelo Crivella.

"Estamos esperanzados de que, poco a poco, nuestra vida vuelva a la normalidad con seguridad. Si la curva aumenta, vamos a tener que recular", indicó en sus redes sociales el alcalde, que decidió impulsar la reapertura a pesar de que la curva de contagios del país aún presenta un crecimiento exponencial.

En esta primera fase, que comienza hoy, podrán reabrir los concesionarios de automóviles y las tiendas de muebles y decoración.

Los bares y restaurantes seguirán cerrados, al igual que los negocios no esenciales, y solo podrán funcionar a domicilio.

También fueron liberadas las actividades físicas en la playa y deportes acuáticos individuales, como el surf, así como en los parques municipales.

Por otro lado, Crivella, que es pastor evangélico, autorizó a las iglesias oficiar misas siguiendo una serie de protocolos sanitarios.

Sin embargo, la Justicia de Río de Janeiro ratificó en la víspera la decisión de prohibir la reapertura de templos religiosos para la celebración de cultos de manera presencial, a pedido de la Defensoría Pública y la Fiscalía.

Además, la reapertura determinada por el regidor choca con un decreto publicado este martes por el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, que prorrogó hasta el próximo viernes las medidas restrictivas de circulación que rigen en la región desde marzo.

Según el texto, solo los servicios pueden seguir funcionando en el estado de Río de Janeiro, mientras que los negocios no esenciales deben permanecer cerrados.

Por otro lado, el Gobierno de Witzel recomendó a la población no ir a las playas, lagunas, ríos y piscinas públicas de todo el estado de Río de Janeiro, que es el segundo de Brasil más golpeado por el COVID-19, con 5.462 muertes y 54.530 casos confirmados.

La mayoría de los fallecidos (3.671) y de los contagios (30.014) del estado de Río se registran en la capital homónima, de acuerdo con los datos oficiales.

Brasil ha registrado ya cerca de 30.000 muertos, que lo sitúan como el cuarto país con más fallecidos en el mundo, y casi 530.000 infectados, segundo apenas por detrás de Estados Unidos, según el último balance del Ministerio de Salud.

A pesar de que el pico aún no ha llegado y solo se espera para las próximas semanas, según los expertos sanitarias, varios estados de Brasil ya han empezado a reactivar sus economías, entre ellos Sao Paulo, el motor económico del país y el más azotado por la pandemia.

También han empezado la desescalada algunas ciudades de Ceará (nordeste), Amazonas y Pará (norte), que igualmente se encuentran entre los estados brasileños con más números de muertes y casos de coronavirus.

La vuelta a la normalidad ha sido exigida por el presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, desde que en marzo pasado los estados y municipios empezaron a adoptar medidas de distanciamiento social para frenar la crisis sanitaria.

Bolsonaro calificó el COVID-19 de "gripecita" y llegó a afirmar que las cuarentenas, adoptadas por gobernadores y alcaldes según sus atribuciones constitucionales, son un "crimen".

(c) Agencia EFE