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Paraguay mira al sistema forense español para encarar la violencia de género

Asunción, 12 dic (EFE).- Apenas setenta psicólogos forenses, en su mayoría mujeres, se enfrentan con más vocación que medios a la ingente cantidad de casos de violencia familiar y de género que llegan a la Fiscalía de Paraguay, que busca perfeccionar esa labor con las técnicas de evaluación aplicadas en España por Ramón Arce, de la Universidad de Santiago de Compostela.

Arce, catedrático de Psicología Jurídica y Forense de ese centro, y uno de los dos expertos que construyeron el Sistema de Evaluación Global (SEG), fue el encargado de impartir esas pautas a los psicólogos forenses del Ministerio Público, una iniciativa patrocinada por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID).

Una capacitación desde la referencia técnica del SEG sobre los casos de violencia de género, un flagelo que en Paraguay ha provocado en lo que va de año la muerte de 33 mujeres a manos de sus parejas o exparejas.

El sistema, también aplicable al campo de la violencia familiar, establece un conjunto de líneas maestras para demostrar la credibilidad del testimonio de las denunciantes de casos de violencia de género, así como verificar la existencia de un daño sicológico.

VEROSIMILITUD Y DAÑO SICOLÓGICO

El sistema parte de la importancia de que un juez conceda verosimilitud al testimonio de una víctima de un hecho de violencia, ya que generalmente las agresiones ocurren en un ámbito privado, lo que dificulta la detección de la prueba.

Ello a partir de una técnica que permita diferenciar los "hechos vividos de los fabricados".

"Lo que ocurre es que la memoria de los hechos vividos es una memoria sensorial y una vez que ya sabemos que es diferente de la otra, que es una memoria episódica, pues lo que buscamos fueron las características que nos permitieran identificar sin duda alguna para poder incriminar a una persona sin vulnerar el principio de presunción de inocencia", dijo Arce a Efe.

"Esas características nos podían decir realmente que eran un memoria de hechos vividos", acotó el experto.

El segundo pilar en el sistema es la constatación de la existencia de un daño psicológico, para ser inscrito como huella del delito y prueba de cargo.

"Posteriormente lo ampliamos al daño sicológico como consecuencia de los hechos denunciados, porque también era necesario demostrar que los hechos habían producido daño, porque si no hay daño no hay víctima, y sin víctima no había caso", dijo Arce.

Arce puntualizó que ambos ejes son hoy por hoy "determinantes" en los procesos abiertos por casos de violencia de género y también de violencia familiar.

"Sin este tipo de pruebas, ahora mismo todos estos casos de violencia en el ámbito privado como son los de agresiones sexuales, abusos sexuales y los de casos de violencia familiar y de género pues no podrían solventar o afrontar con ninguna garantía de éxito".

EL SEG EN EL CONTEXTO DE PARAGUAY

El catedrático admitió que el SEG supone un proceso complejo y laborioso, con una gran inversión de tiempo y dependiente de la cantidad de recursos humanos del Ministerio Fiscal o del Poder Judicial.

Aspectos que fueron apuntados desde la dirección del Centro de Atención a Víctimas (CAV), dependiente de la Fiscalía paraguaya, un centro que absorbe todos los tipos de violencia, no solo la de género o familiar, y que por tanto no "da abasto".

"Contamos solamente en el Centro de Atención a Víctimas específicamente con 72 sicólogos y 19 trabajadores sociales, y eso no alcanza para la cantidad de hechos punibles que ingresan mes a mes y anualmente", dijo a Efe Sady Pavetti, directora de la CAV.

Pavetti se extendió sobre esa realidad, que incluye escasez de medios técnicos, como ordenadores o cámaras para grabar las evaluaciones.

"Hay lugares donde no contamos con sicólogos y tenemos que ir nosotros hasta el lugar y ni siquiera hacemos todos los casos que nos piden, sino solo los que podemos".

"Él (Arce) hablaba en el curso que lo ideal es que un profesional atienda aproximadamente 20 casos al año. Nosotros atendemos 20 a 30 casos al mes. Entonces esa es la diferencia entre lo que hacen ellos y lo que hacemos nosotros. Nosotros vivimos apagando incendios porque no tenemos ni siquiera sicólogos a nivel país", expresó.

Al respecto, Arce insistió en la formación y especialización: "lo que se necesitan son buenos medios humanos, formarlos bien y sobre todo no saturarlos. Darles la capacidad suficiente y la suficiencia, sin eso tampoco van a hacer nada".

(c) Agencia EFE