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El Papa Francisco entrega los palios a 34 arzobispos con signos de cansancio

Con rostro visiblemente cansado llegaba hoy el Papa Francisco a la Basílica de San Pedro. El viernes una indisposición le obligo a cancelar una visita a un hospital, pero hoy no ha querido faltar a la fiesta de San Pedro, patrón de la Ciudad Eterna. Ha saludado al obispo ortodoxo de Pérgamo y, lentamente, se ha dirigido al altar. Con voz algo fatigada, ha bendecido los palios, que luego ha impuesto, sentado, a los 34 arzobispos llegados de todo el mundo. Más enérgico lo hemos escuchado durante la Homilía, en la que ha recordado a los arzobispos que la confianza en Dios aleja todos los miedos. Ayer lo veíamos, con una ligera sonrisa, junto al presidente de Madagascar. Con algo de tos y la voz débil, el Papa volvía al trabajo tras el breve paréntesis del viernes, su sexta ausencia en siete meses. En esta procesión del Corpus, hace diez días, vimos al Pontífice en su vehículo. Agotado, renunció a hacer el camino a pie. Aunque la Santa Sede insiste en que se encuentra bien, imágenes de cansancio como esta, el pasado Domingo de Ramos, hace que persistan las dudas sobre su salud.