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Cáffaro, un subcampeón mundial en la segunda división del baloncesto uruguayo

Montevideo, 4 ago (EFE).- De jugar la final del Mundial de China a la segunda división uruguaya. Así cambió la realidad deportiva del baloncestista Agustín Cáffaro que, tras la suspensión de la liga argentina por la COVID-19, cruzó el Río de la Plata en busca de minutos y de su primera experiencia fuera de casa.

Con solo 25 años, el pívot argentino vivió un 2019 cargado de emociones con buenos minutos en el Torneo Panamericano, donde ganó la medalla de oro, y participó de un Mundial en el que los de Sergio Hernández quedaron segundos al perder la final con España.

En entrevista con Efe Cáffaro habló de la selección, su carrera y una primera e inesperada salida al exterior para jugar en el Urupan de la segunda división uruguaya debido a una pandemia que cambió los planes de todo el mundo.

"La verdad que no tenía pensado hacer esto porque tengo contrato en la temporada que viene con San Lorenzo y hace que no tenga la posibilidad de salir a otras ligas pero que se dilate un poco el tiempo de vuelta de la liga argentina hizo que se de esta posibilidad", dijo.

Si bien hay otras ligas de mayor renombre que también están cerca de volver, la ventaja de la segunda división uruguaya, conocida como 'El Metro', es que es un torneo corto que durará unos cuatro meses.

Cáffaro vivió en poco tiempo lo que todos los jugadores de algún deporte sueñan: jugar por su país en un Mundial. Si bien ya lo había hecho en el sub'17 y en los Panamericanos, la experiencia de tener minutos en un Mundial con los mejores del planeta es única.

"Se dio un poco repentinamente. Uno sueña mucho con la llegada a la selección y creo que se dio todo junto. Me tocó debutar en febrero en las ventanas y eso me abrió la puerta a pelear un lugar tanto en los Panamericanos como en el Mundial. Era un sueño llegar a jugar un mundial y que se haya dado de la forma en que se dio que salimos campeones panamericanos y subcampeones mundiales, eso ha hecho que sea algo inolvidable", recordó.

Para el pívot de 2,10 metros vestir la camiseta Albiceleste es "un sueño cumplido", pero también siente la responsabilidad de ser parte de la renovación de una 'Generación Dorada' que marcó la historia del baloncesto latinoamericano.

Tanto por lo que representa su figura dentro y fuera de la cancha como por la posición en la que juegan, Cáffaro reconoce lo especial e "increíble" que fue para él compartir cancha con Luis Scola.

"Siempre fue un ídolo de chico y siempre traté de tomar cosas de él. Sigue siendo un ejemplo porque han pasado muchísimos años desde que yo empecé a jugar y hoy él sigue vigente y sale mejor jugador del mundial con 39 años", expresó.

Añadió que el capitán Scola fue un guía para el resto del equipo a lo largo del campeonato del mundo. Un "líder positivo".

"Uno siempre teniendo esa posibilidad abre la cabeza y trata de ser una esponja para absorber un poco todo lo que ellos tienen para darle a uno", aseguró.

Si bien fue un jugador de recambio y sus mejores momentos en el combinado argentino se dieron durante los Panamericanos, donde promedió más de 10 minutos por partido, se quedó contento con su aporte en China ya que ayudó siempre que el equipo lo necesitó.

"Me encantaría, así como llegué a la selección, mantener ese lugar y sé que para hacerlo tengo que trabajar muchísimo, sé que el día a día y el trabajo que yo haga en mi club me va a sumar para la posibilidad de estar en una posible selección", dijo el pívot.

Aunque ya jugó importantes torneos con su selección, Cáffaro no ha tenido experiencias internacionales a nivel de clubes. Sin embargo, ha militado en prestigiosos equipos argentinos como el Boca Juniors, el Libertad de Sunchales y el San Lorenzo.

Pese a que fue algo repentino y que probablemente no estaba en sus planes, el coronavirus le permitió salir de su "zona de confort" e ir a otro país que, si bien comparte muchísimas tradiciones con su vecino rioplatense, no es su casa.

"Esto lo tomo como un proceso más y la posibilidad de dar mi primer paso hacia una experiencia en el exterior porque es mi primera salida del país y no quedarme dos o tres meses más sin actividad. Creo que me va a venir muy bien", manifestó.

Cáffaro no fue el único que tomó este camino. Hay un grupo de compatriotas que optaron por llegar a El Metro que, en tiempos de pandemia, hoy cuenta con un nivel nunca antes conocido.

Urupan es un equipo de la localidad de Pando, situada a 32 kilómetros de Montevideo, que llega de la tercera división pero que se armó fuerte para buscar la máxima categoría.

"Me han tratado muy bien en este tiempo. Me encontré con un equipo con mucho talento, mucha intensidad y creo que eso nos va a dar un buen pasar en el torneo si hacemos las cosas", declaró.

La intensidad del juego y la juventud son algunas de las características del Urupan. El entrenador Esteban Yaquinta busca fortalecer la plantilla en un duro campeonato y conseguir el ascenso con la ayuda de un subcampeón mundial.

(c) Agencia EFE