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Cientos de miles de malienses salen a las calles en apoyo a los golpistas

Bamako, 21 ago (EFE).- Cientos de miles de malienses salieron hoy a las calles de Bamako para expresar su firme apoyo a los militares golpistas que el pasado martes derrocaron al presidente Ibrahim Boubacar Keita, disolvieron la Asamblea Nacional y se llevaron detenido al gobierno en pleno.

Convocados por el movimiento opositor M5-RFP, azote de IBK en los últimos meses, los malienses que hoy salieron a la calle blandían pancartas que decían "Viva Mali" y "Viva el CNSP" (Consejo Nacional de Salvación del Pueblo, órgano de los golpistas), mientras que denunciaban a Francia y a la misión de la ONU (Minusma).

Cuando algunos de los líderes del CNSP llegaron a la plaza principal, fueron acogidos como héroes por los manifestantes entre cánticos y sonidos de las vuvuzelas.

Aparte de nombrar a un presidente del CNSP en la persona del coronel Assmi Goita, los golpistas no han desvelado todavía sus planes ni plazos para la transición política que prometieron en su primera comparecencia televisada, pero eso no ha impedido que el golpe haya sido aplaudido por amplias franjas de la población.

Los organizadores eligieron convocar el acto el viernes tras la oración semanal, y en la Plaza de la Independencia, igual que para todas las grandes manifestaciones registradas en los últimos tres meses contra el régimen de IBK, pero la impresión generalizada en Bamako es que esta convocatoria de hoy superaba en afluencia todas las anteriores.

EL MIEDO A LAS SANCIONES

La CEDEAO (Comunidad de Estados de África del Oeste, a la que pertenece Mali) fue blanco de los insultos de los manifestantes, después de que ayer este organismo regional celebrase una cumbre extraordinaria para "negar categóricamente toda legitimidad a los militares golpistas", suspender a Mali de los órganos de decisión de la CEDEAO y reclamar el restablecimiento del presidente IBK.

Había gran interés por ver si la CEDEAO imponía un embargo sobre Mali, y finalmente se quedó a medio camino: los jefes de Estado del organismo pidieron "parar todas las transacciones financieras, económicas y comerciales con Mali, salvo para los artículos de primera necesidad, los medicamentos y equipos contra la covid-19, los productos petroleros y la electricidad".

"Las amenazas de la CEDEAO no nos dan miedo -dijo a los manifestantes Choguel Maiga, uno de los líderes principales del M5-RFP-; no tenemos miedo de nadie, ni nada que ocultar (...) Es la lucha del pueblo la que ha conseguido la dimisión de IBK".

Precisamente la situación de IBK está en el centro de los reproches internacionales a los golpistas, pues desde todo el mundo se les exige que lo liberen, así como a su gobierno y sus allegados, y les den derecho al menos a un juicio justo.

Hoy se supo que un equipo de derechos humanos de la misión de la ONU en Mali (Minusma) pudo visitar ayer a IBK y a otros detenidos, según publicó la misma Minusma en su cuenta de Twitter, sin dar detalles sobre su estado de salud o sicológico.

INESTABILIDAD EN GAO

En la ciudad de Gao, y sin relación con los acontecimientos que se suceden en Bamako a toda velocidad, se produjeron anoche y durante la jornada de hoy enfrentamientos interétnicos de una gran violencia entre la minoría árabe y tuareg, por un lado, y la población negroafricana, por otro.

Si ayer por la noche se registraron abundantes escenas de saqueos e incendios de comercios de los árabes y tuaregs, hoy pudo oírse un nutrido intercambio de tiros en varios barrios de la ciudad, sin que se conozca el saldo de víctimas por el momento.

Esta tensión interétnica, agravada por la existencia de milicias armadas de obediencia tribal o étnica, será uno de los grandes retos que tienen por delante los militares golpistas para ganarse a una población que ha manifestado su hartazgo por la ausencia del estado en grandes franjas de la mitad este del país.

Al menos, pueden contar hasta el momento con el apoyo cauto o la neutralidad de la Coordinadora de Movimientos del Azawad, paraguas de los principales grupos tuaregs, que ayer publicó un comunicado en el que se limita a "tomar nota" de la dimisión de IBK, la toma del poder por el CNSP y su compromiso de respetar los Acuerdos de Argel de 2015.

Esos acuerdos sirven de base para la reconciliación y la frágil paz entre los movimientos tuaregs y el estado maliense, aunque no hayan conseguido extender la autoridad del estado por todo el territorio ni desarmar a las milicias.

Idrissa Diakité

(c) Agencia EFE