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El viaje relámpago de la infanta Elena para convencer a su padre de que busque otro refugio

PARIS, FRANCE - JUNE 09: Infanta Elena, Duchess of Lugo and her father Juan Carlos I of Spain celebrate the victory of countryman Rafael Nadal during the trophy ceremony of the men's final during day 15 of the 2019 French Open at Roland Garros stadium on June 9, 2019 in Paris, France. (Photo by Jean Catuffe/Getty Images)
La hija del emérito intenta apaciguar las cosas para su regreso fuera de Zarzuela. (Photo by Jean Catuffe/Getty Images)

El rey emérito ha vivido recientemente el fallecimiento de su primer amor desde el exilio forzoso y, ahora que pensaba que todo estaba preparado para su regreso a España por Navidad, la cosa se complica y su vuelta se retrasa.

La Fiscalía ha anunciado que su proceso legal se alarga hasta la primavera de 2022 y eso conlleva que un regreso inminente del exmonarca al país donde prometió que moriría aquel 23-F histórico quizá no sea lo más conveniente para la institución.

Juan Carlos I ya se veía en Zarzuela de nuevo y, según lo publicado en ‘El Confidencial’ con una asignación o lo que es lo mismo, ¡un sueldo! Pero la infanta Elena se ha desplazado a Abu Dabi para romper algunas de esas esperanzas del marido de doña Sofía.

Elena siempre ha sido la hija que más ha apoyado a su padre, a lo mejor Felipe VI lo hace en la sombra pero sabe que no le conviene estrechar relaciones públicas con él de cara a la galería y digamos que la infanta siempre es esa pieza comodín que calma las aguas e intenta estirar la ya agotada paciencia del emérito.

Vanitatis’ recoge que el entorno íntimo de Juan Carlos apunta a que vuelve de inmediato a Zarzuela: “No debería ser a ningún otro lugar, la Zarzuela es su casa, así lo vemos todo” y es que, según estas fuentes de información, el padre del rey ha manifestado que “quiero morir en Zarzuela”.

Eso va a ser complicado si la situación no cambia y es que, según el citado medio, Felipe quiere que renuncie a esa idea de morir en el palacio y por eso sus hermanas llevan meses buscando el ‘refugio ideal’ para el octogenario exiliado.

El viaje de Elena es muy significativo dado que despeja bastantes incógnitas de cara a las navidades en familia que Juan Carlos imaginaba. No tiene mucho sentido que la infanta viaje tan lejos si apenas dos semanas después su padre viniese a España aunque, por otra parte, quizá esta misión es a la desesperada para decirle que a España sí pero a Zarzuela no.

Sofía, Elena y Cristina insisten en que se refugie en alguna de las propiedades a las afueras de Madrid que han puesto a su disposición algunas familias afines a la suya y de buen nombre, seguro. Pero el emérito erre que erre, que quiere venir a Zarzuela.

El dinero es otro tema espinoso y es que cuando saltaron sus escándalos judiciales (presuntas comisiones de AVE, tarjetas black, desajustes con el fisco, donaciones sospechosas…) Felipe VI le retiró su asignación oficial de la Casa Real sin embargo Juan Carlos I espera que el Estado pague sus desplazamientos y vida a su regreso a España mediante dicha asignación que insiste en que le sea restaurada, según ‘El Confidencial’, hablamos de 161.000€ presupuestados.

De hecho, los citados informadores de ‘Vanitatis’ aseguran que “¿Podría vivir de ayudas de amigos? ¿No es eso caridad? ¿Debe el que ha sido jefe de Estado durante décadas vivir de lo que le presten sus amigos? Para todos nosotros y para él también es una vergüenza”.

Vergüenza o no, según las últimas informaciones la tensión va en aumento y es que con el archivo del caso hasta primavera, Juan Carlos está recrudeciendo su postura y quiere volver a Zarzuela y con ‘sueldo’ sí o sí mientras que, según parece, los reyes tienen claro que eso no va a ocurrir y menos ahora, caiga quién caiga.