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El viaducto a Sanibel Island está dañado mientras la Florida despierta con el rastro de destrucción de Ian

Mientras Ian continuaba su destructivo paso por la Florida, más de un millón de viviendas en todo el estado despertaron el jueves sin electricidad mientras los vecinos y los equipos de emergencia de la costa del Golfo comenzaban a revisar los edificios derribados, las calles inundadas y las infraestructuras paralizadas.

En el suroeste de la Florida, donde el huracán Ian tocó tierra como una de las tormentas más fuertes que jamás hayan azotado a Estados Unidos, las escenas de devastación fueron estremecedoras. Aunque es probable que haya muertos en toda la Florida —se reportó la muerte de al menos un hombre en Deltona— el número no estaba claro el jueves por la mañana.

Un trozo del viaducto de Sanibel Island, normalmente una idílica isla barrera, estaba completamente roto, haciendo imposible el paso. No estaba claro el número exacto de personas, si es que había alguna, que permanecían varadas en las islas barrera. La carretera de tierra firme que conduce a la vía estaba plegada como un acordeón y se veía una escalera de caracol arrancada por los vientos en la maleza junto a una camioneta.

En Cape Coral, muy afectado, los equipos de emergencia intentaban despejar las carreteras la mañana del jueves mientras los daños en las tuberías obligaban a la ciudad a cerrar su sistema de agua. Las autoridades pidieron a los vecinos hervir agua y beber agua embotellada.

En el centro de Fort Myers, las embarcaciones os botes que habían estado anclados en el río estaban desordenadas en el estacionamiento de Joe’s Crab Shack, con los cascos abiertos.

“Prefiero una tormenta de nieve a esto”, dijo Natalie Mathweg, que el jueves por la mañana paseaba dos perros con su hermana y su padre. Se abrieron paso a través de barro espeso y pegajoso y por encima de árboles caídos, faroles y postes de teléfono. Acababan de sobrevivir a su primer huracán tras mudarse a la Florida desde Wisconsin el año pasado.

“Es el primero y el peor que ha visto Fort Myers”, dijo el padre, Neil Mathweg.

Brian Entin, corresponsal de televisión de News Nation, informó que el agua se había retirado del centro de Fort Myers, pero el suministro eléctrico estaba casi totalmente cortado. “Tuve que conducir alrededor de varias embarcaciones en la carretera”, tuiteó Entin.

El administrador del Condado Lee, Roger Desjarlais, pronosticó a última hora del miércoles que habría víctimas mortales. “Me entristece decirles que aunque ahora mismo no conocemos el alcance total de los daños para el Condado Lee, estamos empezando a tener la sensación de que nuestra comunidad ha sido, en algunos aspectos, diezmada”, dijo Desjarlais, según el Ft. Myers News-Press.

Al sur, en Marco Island, otro popular lugar de vacaciones, la policía reportó a primera hora del jueves que la mayoría de las carreteras ya no estaban inundadas, pero los caminos estaban bloqueados por autos abandonados. “Los equipos están intentando moverlos”, escribió la policía en una publicación de Instagram. “Obras Públicas trabajó durante la noche retirando árboles de las carreteras. Los servicios públicos siguen sin funcionar. La cobertura de los teléfonos móviles es intermitente”.

Como tormenta de categoría cuatro, el huracán Ian tocó tierra el miércoles por la tarde en Cabo Cayo, una pequeña isla al norte de Captiva, y luego de nuevo al norte de Punta Gorda en el continente. Con vientos de 155 millas por hora —casi categoría cinco— la tormenta azotó el suroeste de la Florida, arrancando edificios de sus cimientos, sumergiendo calles y arrancando botes de sus amarres.

La tormenta también significó un duro golpe para la red eléctrica de la Florida. El director general de Florida Power & Light declaró el miércoles que algunas secciones tendrían que reconstruirse por completo, dada la ferocidad de los daños causados por el viento y el agua. En un momento dado el miércoles, más de dos millones de clientes estaban sin electricidad; el jueves por la mañana, a partir de las 7 a.m., la compañía estaba reportando casi 1.2 millones de clientes sin electricidad.

El jueves por la mañana Ian se había debilitado hasta convertirse en una tormenta tropical, sin embargo, azotó partes de la región central de la Florida con vientos de casi 65 millas por hora y lluvias torrenciales.

En Apopka, a unas 20 millas al noroeste de Orlando, un árbol arrancado cayó sobre la casa de una familia, haciendo que la lluvia se filtrara en el techo agrietado. Un reportero de televisión de WESH-2 rescató a una mujer cuyo auto quedó atrapado en las aguas de la inundación en Orlando. Un lago local de Orlando se desbordó a primera hora del jueves, sumergiendo aceras y calles.

En el Condado Volusia, entre Orlando y la costa este, la la policía reportó que un hombre murió en un canal. Se había aventurado a salir durante la tormenta para vaciar su piscina.

Ian provocó su destrucción cuando la Florida ya estaba lidiando con un mercado de seguros para propietarios de viviendas que lleva mucho tiempo en crisis. En un estado en que los costos para los propietarios de viviendas se han disparado y 14 compañías han dejado de suscribir nuevas pólizas en los últimos años, la compañía de seguros de último recurso, respaldada por el estado, ya presentó una cálculo preliminar de al menos 225,000 reclamaciones y $3,800 millones en daños causados por Ian.