¿Tiene sentido el veto a Sudáfrica por Ómicron? Los datos de la Covid-19 dejan en evidencia a Europa

Inquietud y alarmismo son dos de las palabras que mejor definen las últimas jornadas en el mundo, tras conocerse la existencia de una nueva variante del coronavirus que ha recibido el nombre de Ómicron. Los expertos señalan que su transmisión es rápida y que cuenta con más de 50 mutaciones en su genoma respecto a la secuencia original del virus de Wuhan.

Una investigación de la universidad sudafricana de KwaZulu-Natal ponía el foco sobre Ómicron y la propia Organización Mundial de la Salud felicitaba al país y a Botsuana por "la rapidez y la transparencia al informar al mundo de la nueva variante".

Caos en el aeropuerto de Johannesburgo (Sudáfrica) tras la aparición de la variante Ómicron. (Photo by PHILL MAGAKOE/AFP via Getty Images)
Caos en el aeropuerto de Johannesburgo (Sudáfrica) tras la aparición de la variante Ómicron. (Photo by PHILL MAGAKOE/AFP via Getty Images)

Sin embargo, este esfuerzo investigador se le ha vuelto en contra a ambos países porque la respuesta que han recibido internacionalmente es aislamiento y señalamiento. Una reacción injusta y con poco sentido, ya que el hecho de que la hayan descubierto no significa ni que sea exclusiva de allí ni que se pueda evitar una expansión por todo el mundo que ya es una realidad.

Los países de la Unión Europea decidieron suspender los vuelos a Sudáfrica y a otros seis países africanos (Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia, Mozambique y Zimbabue) tras conocerse la existencia de la nueva variante. Una medida controvertida teniendo en cuenta los datos de coronavirus en ambos territorios.

Y es que Sudáfrica, que ha tenido un papel destacado en detección de casos durante toda la pandemia, está reportando menos de 3.000 positivos diarios de coronavirus en una población que cuenta con cerca de 60 millones de habitantes.

Por ponerlo en contexto, Italia, que es un país europeo con unos niveles similares de población, supera los 12.000 positivos diarios, lo que supone cuatro veces más. Y eso que la media de vacunación es sensiblemente superior (78% con al menos una dosis frente a 28% en suelo sudafricano).

Mirando los datos de una forma más global se aprecia que tanto la Unión Europea, como el Reino Unido, Rusia, Estados Unidos o Brasil cuentan con una tasa muy superior a la de Sudáfrica en casos confirmados por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días.

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Se podría argumentar que el veto se produce para evitar que la nueva variante se expanda a Europa, pero lo cierto es que ya se han detectado casos en los cinco continentes, incluyendo, por supuesto, el europeo. Naciones como Países Bajos, Italia, Bélgica o Dinamarca, entre otros, ya han confirmado contagios con Ómicron dentro de sus fronteras.

Se da incluso la situación surrealista de que los países de la UE han vetado los vuelos de esos siete países del continente africano pese a que la mayoría de ellos todavía no ha reportado contagios con la nueva variante, mientras que los europeos sí que lo han hecho, por lo que la medida solo sirve para criminalizar a unas naciones, pero no tiene ningún tipo de efectividad.

De hecho, ni siquiera se conoce si Ómicron realmente ha nacido en el continente africano, ya que de momento lo único que se puede constatar es que han sido los sudafricanos los que primero han dado la voz de alarma, pero podría haberse desarrollado en cualquier lugar del mundo.

Otro factor que se puede analizar es si la nueva variante ha provocado que la mortalidad se dispare en el país africano y por el momento los datos sudafricanos permanecen estables y muy bajos en comparación con el resto. De hecho la Asociación Médica del país ya ha señalado que los síntomas de Ómicron son hasta el momento "muy débiles".

Varapalo para la economía sudafricana

Estas restricciones suponen un duro golpe para la economía sudafricana. Cerca del 9% del PIB proviene del turismo y se afrontaban los próximos meses con optimismo, ya que las Navidades y la llegada del verano austral habían aumentado las reservas extranjeras, pero muchas de ellas ahora han sido canceladas por esta alerta y por la dificultad de desplazarse al país.

Cabe recordar que ya anteriormente el país había sufrido un cierto aislamiento internacional tras la detección de la variante beta, que era capaz de escapar parcialmente de las vacunas, pero que afortunadamente no se convirtió en dominante.

El turismo en Sudáfrica vuelve a estar en peligro por esta nueva variante. (Photo by David Silverman/Getty Images)
El turismo en Sudáfrica vuelve a estar en peligro por esta nueva variante. (Photo by David Silverman/Getty Images)

Así pues a la pregunta de si tiene sentido el veto a Sudáfrica, la respuesta es un rotundo no. De hecho, la aparición de esta nueva variante lo que debería fomentar es aún más la vacunación, ya que mientras que siga habiendo tantos millones de personas sin haberse inmunizado en el mundo, lo normal es que sigan apareciendo mutaciones del virus.

Está por ver si la Unión Europea termina rectificando una decisión que no tiene sentido o si continúa poniéndose la venda en los ojos y señalando a un conjunto de países, mientras que dentro de sus fronteras siguen creciendo los casos de Ómicron.

EN VÍDEO I La odisea de dar positivo en Covid en el aeropuerto de destino

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