Vestido de sacerdote roba y lo más insólito es cómo desaparece todo

Enfundado con las ropas de un sacerdote, un sujeto abordó a una mujer y a un joven que comían en un restaurante de la Ciudad de México. Los dos comensales le prestaron atención y luego de un tiempo el falso cura colocó su Biblia sobre la mesa, cubriendo un teléfono celular.

El sujeto levantó el libro y siguió conversando, luego volvió a poner la Biblia sobre el móvil y esta vez al momento de retirarla también se llevó el dispositivo.

El video fue compartido en Twitter por varios usuarios, entre ellos el empresario y servidor público Andrés Guzmán Castillo, quien en su publicación menciona que se trata de una nueva manera de robar.

La grabación es narrada por el dueño del negocio, quien explica que la víctima del crimen fue una mujer extranjera. En las imágenes se aprecia que tras ejecutar el hurto el supuesto sacerdote permanece de pie cerca del comercio.

Cuando el acompañante de la víctima solicitó la cuenta, se percataron de que el teléfono había desaparecido, lo buscaron en sus bolsas sin éxito. Fue entonces cuando el gerente se dirigió a cuestionar al cura, luego cliente también lo confrontó.

El gerente se dio a la tarea de revisar a detalle una mochila que llevaba el presunto ladrón, al mismo tiempo el cliente inspeccionaba la Biblia. "Mi gerente estuvo revisando todo, el padrecito no tenía ni bolsas en los pantalones, rarísimo. Entonces esto es lo que pasó, lo revisamos todo, no había nada y el señor se va tranquilamente" mencionó el dueño del lugar, luego explicó que al analizar el video varias veces, descubrió la forma en la que el criminal logró salirse con la suya.

En el momento del robo la cámara enfocó al sacerdote y a otro cliente que estaba sentado en una mesa aledaña, luego se alcanza a observar que en cuestión de segundos el ladrón le entrega el teléfono a esa persona de forma muy discreta.

El cómplice tomó el objeto, lo guardó en la bolsa de su sudadera e inmediatamente se levantó de la mesa y se retiró del lugar tranquilamente sin que nadie sospechara de él.

En su publicación, Guzmán Castillo no especificó el nombre del comercio donde ocurrió el robo y solo aclaró que sabía que fue en la Ciudad de México.