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Veremos más marcas ofensivas registradas en EEUU gracias a esta banda

The Slants
Grupo musical The Slants. Foto: Anthony Pidgeon/Handout via Reuters.

Quizás nunca habías oído hablar de un grupo musical llamado The Slants, pero lo cierto es que han hecho historia, sólo que no mediante un hit en la lista de éxitos, sino gracias a un fallo de la Corte Suprema.

El grupo había estado luchando por el derecho a registrar su nombre como una marca federal durante más de una década, para toparse con el escollo esgrimido por la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos (USPTO, por sus siglas en inglés).

Esta se había negado a registrar The Slants con base en parte de la sección 2 (a) de la ley federal de marcas, la Ley Lanham, que prohibía el registro de cualquier marca que “consista o comprenda un tema inmoral, escandaloso o engañoso, pueda desacreditar o sugerir falsamente una conexión con personas, vivos o muertos, instituciones, creencias o símbolos nacionales, o despreciarlos”.

En inglés, la palabra slant se usa para referirse despectivamente a los asiáticos por sus ojos rasgados.

Claves legales

El fallo mayoritario de la Corte Suprema de los Estados Unidos, por 8-0, determinó que la prohibición de la Ley Lanham de registrar marcas despectivas es contraria a la Primera Enmienda, que avala la libertad de expresión.

Una parte esencial del caso del gobierno -opuesto a la registración federal de The Slants- era el argumento de que un registro de marca cuenta como discurso gubernamental. Hay más de 2 millones de marcas con registros federales activos, por lo que el juez Samuel Alito, quien emitió el fallo, descartó básicamente la idea de que el gobierno está diciendo 2 millones de cosas diferentes. Más bien, el tribunal dictaminó que el registro de marca no constituye ni el discurso del gobierno, ni su aprobación un respaldo a la marca.

En otras palabras, para la Corte Suprema, negarse a registrar las marcas ofensivas constituye una discriminación del punto de vista porque “ofender es un punto de vista”.

El tribunal consideró que el interés del gobierno en proteger a los grupos marginados contra el discurso de odio en forma de marcas despectivas parece mucho mayor que su interés en proteger al público contra el lenguaje grosero o las ideas inmorales.

Consecuencias de la sentencia

La decisión de la Corte Suprema elimina, de paso, las demandas contra el grupo de fútbol americano RedSkins (Pieles Rojas), que durante años ha recibido pedidos y demandas por un cambio de nombre, bajo el argumento de que el término es despectivo hacia los nativos americanos.

Pero sobre todo, el fallo abre el camino para que la USPTO reciba una avalancha de solicitudes de marcas potencialmente ofensivas que, en el pasado, no hubieran sido aprobadas. Y gústenos o no, recibirán la acreditación.

La capacidad de combatir las marcas ofensivas recae ahora directamente en los consumidores y en los principales minoristas.

Al igual que los consumidores pueden pronunciarse contra las empresas que explotan la mano de obra, o boicotear a aquellos que financian las campañas políticas a las que que se oponen, los que consideren a algunas marcas ofensivas tendrán que votar con sus billeteras para presionar a esas compañías a cambiar sus nombres, opinó Alexandra J. Roberts, profesora asociada de la Facultad de Derecho de la Universidad de New Hampshire, especializada en propiedad intelectual, marcas y competencia desleal y derecho del entretenimiento.