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Ventas de soja: una jugada al revés del mundo

Cuando hablamos de soja, el "mundo" se limita a cuatro países: China, EE.UU., Brasil y la Argentina.

China es el motor del mercado internacional y es quien ha impulsado las fuertes subas en los precios de las últimas semanas. Está abocada a cumplir con la Fase 1 del acuerdo con EE.UU. y su demanda no se detiene para recomponer stocks, buscando intensamente también la soja de Sudamérica.

EE.UU. se encuentra en plena cosecha y ya presenta un avance superior al 60% que presiona los precios a la baja. Pero cuando parecía que el mercado ya tenía descontada una merma de rendimientos, salió el 9/10 el nuevo reporte del USDA que recortó aún más los stocks al cierre por la gran demanda China y menores rindes estimados que se sumaron a la fuerte entrada de los fondos al mercado aumentando de gran forma su posición comprada. Independientemente de este nuevo dato alcista, sus datos ya nos mostraban que empalmó las campañas sin saldo exportable y que ya tiene más del 60% comprometido de la campaña 20/21. Los precios suben y están vendiendo.

Brasil vive una situación inédita, ya confirmado como el principal país productor de soja del mundo. Los productores están subidos a un rally de ventas motivado por dos factores: la suba de los precios internacionales y la fuerte devaluación que tuvo el real en el 2020. Una devaluación del 40% hace que tengan ya el 96% de la campaña actual vendida y lo más llamativo es que vendieron más del 55% de la soja que recién están comenzando a sembrar. Un dato preocupante para el país vecino es que la siembra de soja viene retrasada por la falta de lluvias. Los precios suben y están vendiendo.

Venimos para la Argentina y nos encontramos con compras declaradas por la exportación y la industria por alrededor del 65%. Prácticamente el mismo nivel de ventas que en la campaña anterior, pero con la gran duda sobre cómo se comercializará lo que queda. La incertidumbre cambiaria genera el acto reflejo en el productor de "quedarse en soja" si no tiene destino de los fondos. Los dólares pesificados que se obtienen por la venta de los granos pierden inmediatamente su valor al pasar por ventanilla e intentar comprar los dólares nuevamente. Si no hay insumos que pagar es lógico que se eviten ventas en un contexto devaluatorio e inflacionario. Esto no es nuevo para nadie. Los precios suben y no se vende.

El principal problema es la soja disponible que en este momento se decide no vender y tiene varios frentes abiertos que definirán las cotizaciones de las próximas semanas. La necesidad de aumentar el nivel de dólares del país y un stock de soja valuado en aproximadamente 8000 millones generaron las medidas económicas recientemente anunciadas a nivel local: baja temporaria de retenciones y la vuelta del arancel diferencial pedido por las industrias.

¿Esto alcanza? ¿Qué hago con esos pesos si no tengo necesidad de efectuar pagos? ¿Es más probable que suba la soja si la retengo o que se devalúe el peso? Puede haber tantas respuestas como personas que se hagan esas preguntas.

Por otra parte, tenemos a China comprando sin parar y EE.UU. definiendo rindes que veremos finalmente qué tan malos son. No deja de estar presente la pandemia. Todo muy volátil. Todos estos factores pueden acelerar o frenar aún más las ventas o generar nuevas subas o bajas en los precios.

Estamos al revés del mundo en la decisión de venta y esta vez pareciera que sale muy bien la jugada con los precios que suben, pero siempre hay que tomar decisiones. Las opciones son herramientas que nos permiten garantizar pisos de precios pagando primas, como si habláramos del seguro del auto, de granizo o cualquier otro.

Uno paga las primas esperando no ejercer su derecho como asegurado. Hoy podemos asegurarnos un piso de 80 dólares por encima de lo que valía la soja en cosecha, pagando una prima de 4 o 5 dólares y esperar a ver qué ocurre en el mercado. Recordemos que la cotización de la soja no se basa en nuestra paridad cambiaria. La clave es entender que "no hacer nada" es una decisión. Y suele ser la más arriesgada de todas.

El autor es gerente comercial de ADBlick Granos