Por qué las ventanas ya se abren en Inglaterra y otros legados de la pandemia

Londres, 30 abr (EFE).- El coronavirus ha cambiado la faz del mundo, a veces de la manera más prosaica. En el Reino Unido, donde es poco frecuente abrir las ventanas, la pandemia ha evidenciado la importancia de la ventilación "como en España, donde por ejemplo mi madre siempre airea la casa".

Quien habla así sobre esta enseñanza y otras que ha dejado la pandemia se llama Isabel Pereña Pinedo, pero en Inglaterra es más conocida por su nombre de casada, Isabel Oliver. La "eñe" en su apellido, le advirtieron muy temprano, no le ayudaría en su carrera.

Como directora de Enfermedades Infecciosas de la agencia de salud pública de Inglaterra, esta doctora madrileña es responsable de buena parte de la respuesta sanitaria a la covid en el Reino Unido.

"He aprendido mucho a nivel personal y profesional" de la pandemia, dice en una entrevista con Efe, pero lo importante es conservar esas lecciones para reducir los riesgos de todas las infecciones.

"Siempre pensamos que hemos conquistado las enfermedades infecciosas, que son cosa del pasado, y no es verdad", reflexiona, antes de enumerar gestos cotidianos que deberían permanecer anclados en nuestros hábitos, como el de airear los interiores.

Los equipos de vigilancia que trabajan a sus órdenes han demostrado que desde la irrupción de la covid se han reducido "muy significativamente" las enfermedades gastrointestinales, que causan vómitos o diarrea, con medidas tan simples como lavarse más las manos.

El presentismo laboral también deberá someterse a revisión.

"Estamos acostumbrados a que cuando no nos encontramos bien o tenemos una infección, vamos a trabajar de todas maneras. Porque es lo que se espera, es la cultura que tenemos. Y una de las cosas que deberíamos aprender es que si tienes una infección deberías quedarte en casa", señala.

SECUENCIAR GENOMAS PARA ADELANTARSE AL VIRUS

Oliver es optimista. Cree que lo peor de la pandemia ya está atrás y que afortunadamente ya se conoce lo esencial: "Que las vacunas funcionan y son la herramienta más importante que tenemos ahora mismo para combatir el virus".

Sin embargo, recuerda, todos los virus cambian con el tiempo, y el SARS-CoV-2 no supone una excepción.

En un momento de inquietud global por las mutaciones aparecidas en la India, la médica considera que la única opción de no volver a los confinamientos es controlar rápidamente la aparición de nuevas variantes, antes de que se generalicen entre la población.

Precisamente, su departamento es uno de los más punteros del mundo en la secuenciación genómica. La propia Oliver salió en persona para ofrecer al mundo la ayuda del Reino Unido para identificar posibles variantes, un guante que varios países ya han recogido.

"Como pasa con la vacuna de la gripe, aunque a lo mejor no tan frecuentemente porque el coronavirus tiene una tasa de cambios que no es tan rápida, puede ser que en algún momento haya que desarrollar nuevas generaciones de vacunas", admite.

Y aunque ya existen "colaboraciones fantásticas" entre naciones, "todavía no tenemos una plataforma común en la que todos los países tengan la misma capacidad de secuenciar genomas", agrega.

LOS PELIGROS DE LA SOBREINFORMACIÓN

"Ninguno de nosotros yo incluida, sabemos qué vacuna nos pusieron para el sarampión. Pero sé perfectamente qué vacuna me han puesto contra el coronavirus". Y por cierto, fue con AstraZeneca y "ni hay ninguna razón por la que no la recomendaría", dice.

Oliver debe lidiar con ministros y con medios de comunicación. Es parte de su tarea. Y sabe que, tanto como son necesarios, la gente está saturada por la hiperexposición a las noticias pandémicas.

"El peligro es que, cuando hay tanta información disponible, no estemos bien informados. Es una situación curiosa. No significa que toda la información que se difunde sea correcta. Por eso necesitamos la ayuda de los medios", sostiene.

La doctora insiste en la importancia de acudir a fuentes oficiales y que tengan credibilidad: es fundamental comunicar bien al público los riesgos y las razones por las que se recomiendan ciertas medidas.

DE LA COMPLUTENSE AL NHS

Oliver es consciente de que su carrera profesional es atípica. Pese a haber nacido en España, haber estudiado la carrera en la Universidad Complutense de Madrid y haber desembarcado en Inglaterra ya con la licenciatura en la mano, ha conseguido ascender hasta uno de los peldaños más altos de la sanidad pública (NHS).

"En el campo sanitario, los españoles estamos muy bien entrenados. Y desde luego mi experiencia es que los médicos y enfermeros españoles están muy bien valorados en el Reino Unido", señala.

Pese a ello, matiza, el hecho de no ser británica tampoco ha sido irrelevante: "Aunque llevo aquí muchos años, sigo teniendo un poco de acento, así que la gente nota que soy española".

La doctora cree que al inicio de su carrera se topó con más barreras por el hecho de ser mujer que por ser española, pero ahora, en un puesto de alta responsabilidad, "las cosas serían un poco más fáciles si no fuera extranjera".

Llegó a Inglaterra por "razones personales" y, tras pasar por medicina interna en un hospital, un catedrático de la Universidad de Oxford con quien realizaba un proyecto de investigación le animó a pasarse a la epidemiología.

Ya en la agencia de salud pública de Inglaterra (que se encuentra en pleno proceso de reconversión que implicará también un cambio de nombre), progresó desde el nivel local y regional hasta la dirección del servicio, hace casi un año.

Gracias a esa trayectoria, no puede dejar de recordar otra de las lecciones más significativa de la pandemia: "Es importante que todos los países reconozcan la importancia de mantener un sistema de salud pública que sea eficaz".

Y concluye con un deseo, compartido por cientos de miles de españoles en el extranjero: "Espero que podamos volver a un nivel mucho mayor de normalidad lo antes posible. Y también por razones personales: hace casi un año y medio que no he podido ir a España y ver a mi familia".

Enrique Rubio

(c) Agencia EFE